Críticas de cine

Crítica: Furia de Titanes. Un culto desaprovechado

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Cuando Warner Bros. anunció de modo oficial la realización del remake de “Furia de Titanes” dio una alegría a más de un posible espectador.
 
Y no por la sorpresa de que Hollywood se dedicara a volver a realizar algo para lo que alguien ya trabajó en su momento, no (la escasez de ideas del cine americano no resulta nueva para nadie), sino por el abanico de posibilidades que se desplegaba al fusionar este film de culto con la espectacular tecnología de la que se dispone en la actualidad.
 
Pero casi nos olvidamos, en plena emoción, de que la calidad de las películas, hoy por hoy, es inversamente proporcional al desarrollo tecnológico del cine.
 
Y quizá con algo más de presupuesto, y no los ciento cincuenta millones de dólares invertidos en un film sobre el que recaían tantas expectativas, se hubiesen podido tapar todos los agujeros que una desequilibrada gestión de los fondos (o de la creatividad, según se mire) ha dejado tras de sí.
 
Porque si algo ha brillado por su ausencia en este proyecto ha sido el equilibro, reflejado principalmente en un reparto en el que lo mismo figuran los actores más cotizados de Hollywood (San Worthington, Ralph Fiennes, Liam Neeson) como medio elenco de la teleserie británica “Skins” (Nicholas Hoult, Kaya Scodelaria).

Y a este ejemplo le siguen un desequilibrio en lo que a efectos especiales respecta, contrastando escenas bien logradas con imágenes que parecen sacadas del film original (pero sin mérito). Por no hablar del desigual vestuario en el que conviven sucias y realistas armaduras de la Grecia Antigua con la vestimenta que orgullosamente luce Gemma Arterton (en el papel de Ío), y que parece sacada de un anuncio de moda garrula de última temporada (tupé incluido).
 
Y si a todo este mejunje  le añadimos un insulso 3D, improvisado durante la postproducción con el único y exclusivo objetivo de obtener beneficios a costa de espectadores poco informados, el resultado no es más que otra de las obras prefabricadas de lo que ya es más un negocio que un arte.
 
Triste, pero cierto.
 
Gracias al cielo (o más bien a Peter Menzies Jr.) que la fotografía es, sin duda alguna, espectacular, regalándonos maravillosos paisajes o hermosas escenas como la de Perseo cabalgando a lomos de Pegaso a través de la costa de Argos.
 
Perseo, el nuevo Perseo. Ese inexpresivo personaje representado por Sam Worthington, el nuevo descubrimiento de Hollywood al que resulta necesario explotar y al que le convendría tomar unas cuantas clases de arte dramático antes de aceptar cualquier papel que se le proponga.
 
Hay que ver los estragos que “Avatar” está causando en el cine…

Marta C. Catalán

Foto, vídeo y gestión cultural. Aprendiendo a gestionar vías de escape al aburrimiento.

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