Críticas de cine

Crítica: «The Tourist». Rompiendo tópicos

Resumen de la Crítica

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Tras realizar unos cuantos cortos y un film que le otorgó popularidad (“The Lives of Others”), el director alemán, Florian Henckel von Donnersmark, nos trae su primer film comercial, “The Tourist”, que se estrena en nuestras salas este 29 de Diciembre.
 
Un film que es fruto del remake de la cinta francesa que tiene por realizador a Jérôme Salle, titulada “Anthony Zimmer”, y que data de la reciente fecha de 2005.
 
Y, aunque ya empieza a resultar incómoda la costumbre estadounidense de esperar cada vez menos para rehacer un film original, hay que decir que Donnersmark ha conseguido un resultado impecable.
 
Con un reparto estelar, tanto de actores principales (Johnny Depp, Angelina Jolie) como de secundarios (Paul Betanny, Timothy Dalton, Rufus Sewell), “The Tourist” comienza mostrándonos cómo varios agentes secretos de diferentes países siguen a una mujer. 

La mujer de Alexander Pearce, el hombre de rostro desconocido que ha robado millones de dólares a la banca y a una organización de gangsters, y con el que ésta deberá encontrarse en Venecia. 
 
Se trata de Elise (Angelina Jolie), quien, vigilada de cerca por la policía italiana y el jefe de Scotland Yard (Paul Bettany), decide escoger a un hombre cualquiera para flirtear con él y hacerlo pasar por su marido, despistando así a los cuerpos de inteligencia.
 
Y el desconocido no es otro que Johnny Depp, un viudo de mediana edad, Frank, que viaja por placer a Venecia y que pronto sucumbirá a los encantos de Elise, entrando en un juego de seducción que lo conducirá a una peligrosa y compleja trama que tiene como núcleo un importante misterio: conocer la identidad de Alexander Pearce.
 
Porque si algo tienen en común las buenas novelas y películas es  el hecho de mantener al público en una intriga continua que se mantiene a lo largo de toda la película.
 
Y el film engancha al espectador en una nube de misterio que se encuentra en torno a un punto central: ¿Quién será Alexander Pearce?
 
Intriga acentuada, a su vez,  por frases que se dejan caer en conversaciones, haciendo referencia al susodicho, como cuando Elise le dice a Frank en una cena a bordo de un barco en Venecia: “Él es diferente a todas las personas que conozco”.
 
Así que nos preguntamos: [b]¿Cómo será ese hombre de rostro desconocido,  al que todo el mundo busca y que, en la distancia, colma de regalos y atenciones a la protagonista? [/b]
 
Y así nos sentimos parte de esta cinta impregnada del [b]estilo de las películas policiacas antiguas[/b]. 
 
Un ritmo tranquilo, sin muchos disparos ni persecuciones frenéticas, conversaciones acompañadas de una musiquilla de orquesta, y una acción que se desarrolla en una hermosa capital. La enigmática Venecia, cuya belleza se ve incrementada por la suntuosidad y la riqueza de uno de los protagonistas, Elise, que arrastra al otro hasta su mundo de lujo.


Una ostentación resaltada por el brillo de [b]Angelina Jolie[/b], quien, lejos de lineal ceño fruncido o de la cara de sufrimiento absoluto (véase Salt, entre otras), [b]se mantiene en su papel con una sobriedad e inteligente frialdad que expresa más que cualquier gesto sobreactuado[/b]. Lo cual se agradece.
 
Y como parece que este film ha supuesto todo un cambio de registro para los actores, no podía ser menos [b]Johnny Depp[/b] que, ya entradito en carnes, da vida a Frank, [b]un personaje más bien tímido, no abandonando del todo ese punto excéntrico[/b] que Depp le da a sus papeles, pero alejado del histrionismo que últimamente ha caracterizado su interpretación. 
 
No obstante, aunque resulta un poco increíble la forma en la que se conocen ambos protagonistas en el tren y, sobre todo, el modo resignado con el que Frank reacciona ante el extraño flirteo de una mujer totalmente desconocida, dejándose llevar por ella a lo largo de su aventura, Depp se lo monta a la perfección para conseguir parecer un pobre turista desorientado, que nada tiene que ver con la suntuosidad de su compañera de viaje.
 
Y puestos a mencionar cosas poco creíbles, hay que decir que tampoco lo son mucho los sentimientos repentinos de los protagonistas, surgidos a raíz de un falso y frío beso.
 
En definitiva, a la historia le faltan escenas de cama, fragmentos que parecen haber sido arrancados del guión de forma exagerada. Y es bastante probable que así haya sido, teniendo en cuenta las exigencias del actor en cuanto a recortar al máximo el erotismo del film, a raíz de la presión ejercida por su esposa, no muy contenta con la participación de Depp junto a Angelina Jolie en el proyecto.

  Y es que hay que decir que la película estaba preparada desde el principio para algún escarceo que va más allá de un beso inocente, si tenemos en cuenta la pasión y la picardía que emana de las miradas de Frank y Elise, así como la fuerza de una banda sonora que se hace evidente en escenas como la del tocador, en la que Frank acude al vestidor de su compañera de habitación, la sujeta del pelo, la besa apasionadamente mientras la música asciende…y se despierta en su sillón, solo y víctima de un sueño. 

 
Forzado y poco realista, sin duda, y acrecentado por el hecho de que la protagonista parece amar profundamente al turista, lo cual o no tiene sentido, o puede dar a entender al espectador algo que no debería descubrirse hasta el final de la película.
 
Así pues, sólo me queda decir: malditos los celos de la esposa de Depp, el cual ha terminado por ponerse en la piel de un personaje que llega a dar lástima (en un principio) por lo inocente de su personalidad y por la deliberada manipulación a la que lo somete la protagonista. Toda una novedad para Johnny Depp, teniendo en cuenta los hombres descarados y seguros de sí mismos a los que ha dado vida en los últimos años.
 
Y así tenemos a un turista, “El turista”, inmerso, sin saberlo, en medio de una operación secreta que involucra a agentes especiales de diferentes nacionalidades y en la que está en juego una exorbitada cantidad de dinero. 

Y esto rompe con las típicas películas de espías y policía secreta de toda la vida[/b], dándole un toque de humor al film y creando un contraste inmenso entre ambas clases sociales. El ciudadano de a pie, y el poder que se mueve por las altas esferas.
 
En pocas palabras, Frank es el hombre que, mientras revienta la típica escena final de toda película de la mafia,  hace al espectador reír de puro absurdo, pensando: “¿Qué demonios está haciendo?”
 
Y es entonces cuando nos da una respuesta que a todos nos deja con una duda mayor que la inicial: “Yo soy Alexander Pearce”.
 
Pero, ¿quién es  Alexander Pearce?
 
 
 
La escena: Johnny Depp corriendo en pijama por encima de un tejado.

 

 

Marta C. Catalán

Foto, vídeo y gestión cultural. Aprendiendo a gestionar vías de escape al aburrimiento.

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