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Crítica: Star Wars: Episodio II – El Ataque de los Clones

Resumen de la Crítica

Valoración

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Impresionante remontada. No se puede resumir mejor el salto que hay entre la, en general, muy normalucha 'La Amenaza Fantasma' y este nuevo episodio. Esta vez, nos encontramos con una trama mucho más interesante y elaborada, un mayor sentido de la aventura y personajes mejor perfilados. Por desgracia, algunos fallos de relativa gravedad la impiden estar a la altura de la trilogía clásica, aunque se queda a muy poquito de 'El Retorno del Jedi'. Con esta película, 'Star Wars' regresó.

 

Puede que esta sea la película en la que menos consenso hay. A muchos les gusta, pero otros muchos la detestan, afirmando incluso que es la peor de la saga. Y no sé muy bien que tiene este segundo grupo en contra de la cinta. Entiendo que 'La Amenaza Fantasma' despertara la furia de los fans, pero cuando oigo los ataques hacia este episodio detecto que la mayoría son rabietas irracionales provocadas simplemente porque no forma parte de la trilogía de toda la vida. Además, todas las críticas se ceban en un único punto negativo, y sospecho que es porque no hay mucho más que merezca ser criticado. Vale, ese punto negativo, que obviamente se trata de como está desarrollada la historia de amor de Anakin y Padmé, es importante y resta calidad al film, pero no es tan desastroso como para cargarse toda la película, ni mucho menos. Yo prefiero quedarme con lo bueno, que es bastante. Lucas, que esta vez recibe ayuda en la escritura del guión, se mete por fin en materia. Su predecesora pecaba de que, en el fondo, no pasaba nada, pero en esta ocasión los hechos narrados tiene una importancia crucial en la historia global de la saga, ya que presenciamos, por un lado, el primer acercamiento de Anakin al Lado Oscuro, y por otro, el origen de las decisivas Guerras Clon. De esta manera, se empiezan a ver conexiones aquí y allá con la trilogía original que, francamente, saben a gloria. Con toda seguridad, la sensación de estiramiento innecesario desaparece. Además, a pesar de ser más larga, es bastante más trepidante y entretenida que 'La Amenaza Fantasma', y con mucha más emoción que esta, cosa que queda clara desde los primeros minutos.

 

Y digo esto porque, como ya sucedía con 'El Imperio Contraataca', la función comienza echando toda la carne en el asador, presentándonos a nuestros protagonistas, Obi-Wan y Anakin, debiendo proteger a la ahora senadora Padmé Amidala (una irresistible Natalie Portman, a pesar de los peinados raros y los disfraces que lleva) de un misterioso ataque íntimamente relacionado con la trama política. Sí, aquí también hay politiqueo, pero, ya sea porque ya estamos acostumbrados o porque esta mucho más relacionado con la trama principal, resulta infinitamente más interesante.

 

Volviendo a nuestros héroes, debo decir que esta vez Ewan McGregor sí está a la altura del personaje, pues esta bastante más acertado y carismático. Tal vez ayude que Obi-Wan gane muchísimo protagonismo, dejando que veamos algunos destellos del sabio y anciano Maestro que conocimos hace tanto. Aunque por supuesto, sea mucho más jovial, impulsivo y desenfadado. De lo mejor de esta nueva trilogía la evolución de este precioso personaje, pero ya me extenderé sobre ello en el futuro análisis del último (tercer, en realidad) episodio.

Sobre el papel de Hayden Christensen como Anakin… Pues estoy confuso. Hay momentos, pocos la verdad, en los que me convence muchísimo, pero otros (la mayoría) en los que dan ganas de darle una bofetada. Según tengo entendido, es un actor que puede hacerlo mucho mejor, por lo que sospecho que Lucas y su deficiente dirección de actores han vuelto a hacer de las suyas. En cualquier caso, conviene resaltar dos puntos a favor del chaval: Uno, al lado de Jake Lloyd realiza una interpretación digna de un Oscar. Y dos, desde un punto de vista físico, el personaje le va como anillo al dedo, pues su rostro consigue reflejar a la perfección la dualidad de Anakin. Tanto la bondad y fortaleza como la maldad y debilidad se pueden ver a través de sus ojos.

 

Centrándonos de nuevo en la película, los primeros minutos sirven para presentar, entre otras cosas, la relación de Anakin con su Maestro, extremadamente tensa. Son amigos, se respetan y se quieren, pero las constantes malas contestaciones y las ganas de ser más poderoso de Skywalker consiguen que sintamos que la cosa va a estallar en cualquier momento. Poco después vemos una secuencia de persecución por los cielos y las calles de Coruscant realmente estupenda, pues a parte de ser espectacular, es emocionante, ágil y está perfectamente planificada, inyectando un ritmo a la película que, al menos a mí, logra engancharme hasta el final de la cinta. Sin duda, es a partir de este momento cuando vemos que poco tiene que ver con el episodio anterior.

 

A partir de aquí, la trama se divide en dos (a que me recuerda eso… Sí, las similitudes con la magistral 'El Imperio Contraataca' son numerosas). Por un lado vemos los avances de Obi-Wan en la investigación acerca  del ataque a Padmé y que le llevará a algo mucho más grande, y por otro, seguimos a Anakin en su misión de proteger a Amidala, aunque lo que realmente hace es caer en tentaciones, lo cual, creo yo, da una dimensión totalmente nueva, muy humana, a este grandioso personaje. Para empezar, se enamora de Padmé, y como ya se encargan de explicarnos, los Jedi no pueden sentir apego hacía nada, para así evitar la codicia. Francamente, este segmento del film es muy regulero. Entendemos porque Anakin se enamora de ella, pero no queda del todo claro porque el sentimiento es correspondido. Si a esto sumamos un ritmo bastante lento y varias líneas de diálogo (y escenas enteras) con sobredosis de azúcar que dan un poco de vergüenza ajena (la interpretación de Christensen tampoco ayuda), queda un amor prohibido al que se le podría haber sacado mucho, mucho más partido. Al menos la música rómantica compuesta por Williams es una pasada. También recalco positivamente una breve pero interesante conversación en la que se dejan claras las ideas autoritarias de Anakin. Pero es evidente que toda esta parte afecta bastante a la valoración final. Lástima.

 

La cosa empieza a remontar notablemente cuando Anakin, después de una pesadilla, decide ir con Padmé en busca de su madre. Pasando por alto el hecho de que… No, no lo voy a pasar por alto. Señoras y señores, vemos de nuevo la mítica granja de los Lars y conocemos a unas jóvenes versiones de Tío Owen y Tía Beru (cuyo parentesco con Anakin está cogido con pinzas, francamente). Oh… Dios… Mío. Pelos como escarpias y nudo en la garganta. Pero bueno, aún sin tener en cuenta eso, este segmento en Tatooine me parece sublime, soberbio, pues nos da la clave para saber porque Anakin se pasa al Lado Oscuro.

 

A partir del momento en el que Anakin decide infiltrarse en el campamento de los Moradores de las Arenas, y que nos deja uno de los planos más épicos y preciosos de la saga (Anakin en moto con los dos soles a su espalda), se nos encoge el corazón, sensación que aumenta cuando por fin encuentra a su madre y esta muere en sus brazos. De pronto, un es consciente de la auténtica barbaridad que es que le separaran de su madre siendo tan joven, y lo triste y terrible que es que el reencuentro haya sido así. De este modo, el ataque de ira que sufre Anakin es totalmente compartido, al menos en mi caso.

Y aún queda otra gran escena, que es el momento en el que Anakin le confiesa a Padmé lo que acaba de hacer. Todo en este monólogo es de vital importancia, pues Anakin nos está diciendo lo que más desea: Tener el poder suficiente para salvar a sus seres queridos de la muerte. Que pague su disgusto contra Obi-Wan no es sino una pista de que estará dispuesto a pasar por encima de quién sea para conseguirlo. Finalmente, cuando grita que odia a los Moradores de las Arenas y empieza a sonar levemente la 'Marcha Imperial'… Yo estoy sin respiración. Una pena que al final se estropee por el hecho de que a Padmé no parezcan importarle los crímenes cometidos por Skywalker…

 

Dejemos al futuro Vader y vayámos con Obi-Wan, que protagoniza una trama mucho más entretenida y espectacular. Debo decir que el misterio que envuelve su investigación está muy bien manejado, y si además el desarrollo es un relato detectivesco en toda regla, queda una trama a la que es muy difícil no engancharse, por lo que resulta algo molesto tener que abandonar a Obi-Wan una y otra vez para ver a Skywalker y Amidala diciéndose cursiladas. Es evidente que el equilibrio entre las dos líneas narrativas no es tan bueno como el de 'El Imperio Contraataca'. Pero al menos la historia de Kenobi deja grandes momentos, como su visita a Kamino, donde la intriga alcanza su máximo nivel. El momento en el que vemos desfilar al Ejército Clon pone los pelos de punta, pues en realidad estamos viendo a los primeros Soldados Imperiales. Las piezas empiezan a encajar.

Poco después, conocemos al sujeto que sirvió de base para los clones y autor de los ataques a Amidala, el cazarecompensas Jango Fett, y también (¡sorpresa!) a su hijo-clon, Boba. Al igual que su hijo en la trilogía original, Jango derrocha carisma por los cuatro costados. La conversación, increíblemente tensa y que es más bien un interrogatorio encubierto, Entre Fett y Kenobi, nos lleva a un epectacular y violento enfrentamiento físico bajo la lluvia, y de ahí (esta línea narrativa no a respiro) a una persecución en un campo de asteroides. Es emocionante y está muy bien hecha, pero me sigo quedando con la persecución del mismo estilo que vimos en el Episodio V.

 

Esto nos lleva a Genosis, donde vemos a los separatistas a punto de atacar la República, sin saber que hay un ejército de clones formándose para protegerla, claro está. Aquí conocemos al Conde Dooku, un villano tremendamente carismático y elegante (en fin, es Christopher Lee), con una ambigüedad muy interesante, pues no deja claro si solo es el líder separatista o un Sith. No hay más que ver como le advierte a Obi-Wan que la República esta controlada por Darth Sidious, el Lord Oscuro del Sith que andaban buscando. Kenobi desoye la advertencia, lo cual pone de manifiesto que los Jedi no se enteran de nada. como ya nos aclararon en otro momento Yoda y Mace Windu (un Samuel L. Jackson al que se saca mucho más partido respecto al anterior episodio), el Lado Oscuro está nublando su capacidad de percepción. Empezamos a preocuparnos.

 

Mienttras tanto, Anakin, acompañado por Padmé y unos R2 y 3PO que, de nuevo, están ahí por estar, va al rescate de su Maestro. Tras la escena en la cadena de montaje, que a mí por lo menos me encanta y me recuerda al buen cine de aventuras de antes, llegamos a una secuencia bastante innecesaria y que solo alarga la peli sin motivo. Me refiero claro a la lucha con los bichos gaigantescos. Pero después… La madre de todas las batallas, que da inicio a las Guerras Clon. Decenas de Jedi luchando codo con codo, droides de combate… Y luego llegan los clones. Impresionante, espectacular, emocionante y lo más importante, muy bien rodada batalla final. De lo mejorcito de la saga, ni más ni menos. Una gozada.

 

Lástima que el duelo de sables de luz Dooku (que se revela por fin como un Sith) y Obi-Wan/Anakin deje mucho que desear, pues es insultante que el Conde les venza con tanta facilidad. Más tarde llega Yoda y… No sé si el hecho de que luche de esa manera con la espada es una genialidad o una de las cosas más vergonzosas que he visto en mi vida. Ahí lo dejo.

 

Por último, cuando la cinta ya está apunto de acabar, poco antes de la boda secreta de Anakin y Padmé, Lucas no regala un momento para el recuerdo: Los líderes de la República viendo subir a su ejército de clones en las naves que dentro de unos años serán Destructores Imperiales, con la 'Marcha Imperial' sonando  por fin a todo volumen. Sublime.

 

Y nada más. Una película muy disfrutable, con muchas más virtudes que defectos, aunque estos acaben pesando. En tres años veríamos cerrarse el círculo con una película que consiguió superar a 'El Retorno del Jedi', logrando así estar a la altura de las películas clásicas. En breve comentaremos, pues, el nacimiento de Darth Vader.

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