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Crítica: «Resident Evil: Venganza» Otra secuela innecesaria.

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Nada más salir de la sala de cine, aún con el regusto de palomitas en la boca, tuve dos sentimientos opuestos: como gamer, me siento estafado; pero como película, no está mal para pasar el rato. Porque esta nueva entrega de Resident Evil lo único que tiene con relación a la exitosa saga de videojuegos es el nombre y… bueno… los logos de Umbrella.

Resident Evil: Venganza es la 5º película de una saga iniciada por Paul W. S. Anderson en 2002, que poco a poco, ha ido degenerando hasta encontrarnos con esta nueva película. Alice (Mila Jovovich) continúa su cruzada contra Umbrella y su devastador virus T, que ha asolado la tierra por completo. Ella se despierta en unas instalaciones diseñadas para probar la reacción de dicho virus en distintos puntos estratégicos del planeta como Moscú, Nueva York o Tokio. Con la ayuda de sus aliados y antiguos amigos, Alice deberá escapar de aquella trampa para intentar salvar lo que quede del mundo.

Y ahora, empecemos por los apartados específicos. El guion parece inventado sobre la marcha. Ya que realmente estás una hora y media viendo un película sin que te cuente absolutamente nada. Ni del virus T, ni de Umbrella, nada. Absolutamente nada que ya no se sepa de anteriores entregas. La trama en sí misma, es sosa y aburrida, aunque el “formato” (por así decirlo) de la película es idéntica a las cinemáticas de un videojuego. Dividido por niveles, fases e incluso level boss. Por lo que en ese sentido, está bastante logrado. Casi te dan ganas de haberte llevado un mando a la sala y apretar START para poder comenzar a manejar tú a la propia Alice. Y aquí acaban los halagos.

En el apartado técnico la película es desfasada y repetitiva. El maquillaje de los No Muertos es de risa y la ambientación lamentable. La música no acompaña, los actores sobreactúan en cada fotograma y los zombies no son zombies. Lo único que puede salvarse es el monstruo antagonista: Licker (original de Resident Evil 2), y también el 3D, que aunque espectacular, se torna repetitivo. ¿Funciona eso de tirar un cuchillo hacia el público? ¡Vale, pues vamos a hacerlo dos veces! ¿Funciona disparar y lanzarle las balas al público? ¡Vale, pues repitamos lo mismo otras diez veces! Y así, hasta la saciedad.

En cuanto a la comparación con la saga de videojuegos en la que está basada (inevitable, ya que lleva su nombre), se puede decir que tomaron rumbos distintos desde la tercera película, por lo que si empiezas a compararlos entre sí, te entran ganas de llorar. Paul W. S. Anderson coge a los zombies según la novedad que haya en el juego (que en ese aspecto, puede pasar) empezando con zombies normales en la primera y acabando con infectados por La Plaga; pero cuando coge a los personajes protagonistas, hace con ellos auténticas herejías. Como el que ha hecho en el film con uno de los personajes más queridos e importantes de toda la saga de Resident Evil: Leon S. Kennedy.

Puedo decir, sin despeinarme, que Paul W. S. Anderson es a Resident Evil como Joel Schumacher a Batman. 

Rubén Pozo Verdugo

Escritor todoterreno y crítico de cine. Eterno friki. Amante del cine, los cómics y el humor absurdo. Gané la liga pokémon con un Magikarp. @Rupover

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