Críticas de cine

Crítica: “El chef, la receta de la felicidad”. Sabores conocidos

Resumen de la Crítica

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Jean Reno y Michaël Youn protagonizan esta coproducción franco-hispana que expone el competitivo y envolvente mundo de la cocina.

La comedia culinaria que nos presenta Daniel Cohen se consume de forma ligera y deja un buen sabor de boca pero es necesario recalcar que no será el bocado más increíble que como espectador haya degustado. La trama se centra sobre todo en el logro del sueño de Jacky (Michaël Youn) de alcanzar un puesto como chef siguiendo el camino y las recetas de Alexandre Lagarde (Jean Reno), que a su vez quiere mantener como sea su estrella Michelin olvidándose de la esencia de la vida.  Parece una combinación algo predecible pero que al ser una receta conocida no molesta al público, aunque puede dar la sensación de habérsela presentado en demasiadas ocasiones.

El dúo de actores protagonistas muestra lo esperado en cada uno de sus personajes. Por un lado está Jacky (Michaël Youn) que representa la inocencia, la búsqueda de lo que parece imposible, la sensibilidad y la bondad. Un personaje casi ya arquetípico en las comedias francesas, aunque en el caso de Youn a veces no llega a explotar lo suficiente esas cualidades no logrando llegar a ese lado sentimental que aporte una mayor consistencia al film. Su partener, experimentado en casi cualquier tipo de géneros y que cada vez más se deja llevar al lado de la comedia, el gran chef Alexandre Lagarde (Jean Reno) es el jefe nada dispuesto a los cambios, gran creador y con apariencia segura y estudiada pero en el fondo con la seguridad de un castillo de naipes. Tal vez a nivel interpretativo también le falte ahondar en la catarsis que experimenta, sin embargo,  en su caso parece tener más que ver con una falta de un ritmo coherente en la propia  acción del personaje en la trama, se resuelven los conflictos, por lo general,   de una forma poco estudiada y muy previsible, casi improvisada. Algo que se acentúa con la combinación hombres graciosos y poco atractivos con mujeres espectaculares como Raphaëlle Agogué que interpreta a la novia de Youn.

Los puntos fuertes de la película son sin duda el trío de chefs improvisados: Titi (Serge Larivière), Moussa (Issa Doumbia) y Chang (Buh-hay Mean) sus expresiones y frases cortas son más cómicas que muchos momentos de los protagonistas.

El fugaz cameo de Santiago Segura no deja una huella muy profunda en el desarrollo de la historia pero sí sirve para retratar lo absurdo que puede ser el abuso de artificios que hacen que la cocina en sí deje de tener sentido. Y es que no puede pasarse por alto al elemento unitario de todo este largometraje: la comida. Delicados platos que combinan pequeños sabores que tal y como son descritos se pueden imaginar en el paladar y representan lo más apetecible de la película. Es interesante el retrato de las presiones a las que se tienen que enfrentar los chefs de éxito y a la transición, que actualmente parece una obligación, hacia la cocina química, aunque en cierta manera, tal y como se muestra aquí, la gastronomía siempre ha sido la búsqueda de un nuevo descubrimiento a través de fórmulas muy ensayadas, todo bajo la premisa de deleitar al comensal.
 
 

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