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Crítica de Jurassic World, cuando los dinosaurios dominaban la taquilla

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Veintidós años han pasado ya desde que un genial, Steven Spielberg, asombrase al mundo con la adaptación cinematográfica de un best seller de Michael Chrichton. Parque Jurásico, como se tradujo en nuestras fronteras, nos mostraba un parque temático donde los protagonistas eran los dinosaurios. Pero nada de animatronics, hologramas o maquetas, sino animales reales obtenidos por mutación genética a partir de sus cadenas originales de ADN.

El film supuso un éxito tanto de crítica como de taquilla, gracias a las perfectas recreaciones de estos colosos del origen de los tiempos. Elementos digitales combinados con maravillas animatrónicas que convirtieron la época jurásica en todo un fenómeno social,

Tras el éxito, no tanto de la novela como de la superproducción hollywoodiense, dos años mas tardes Chrichton sacó en papel la inevitable secuela. «El Mundo perdido» como se tituló tanto al bestseller como a la posterior película, tuvo un acogimiento moderado por parte del público en general. El nivel de la adaptación, con Spielberg repitiendo tras las cámaras, era notablemente inferior a su antecesora. Esta bajada de nivel era, fundamentalmente, derivado de algunos cambios efectuados sobre el escrito original, que dio como resultado un producto más parecido a un king kong que a otra cosa.

La sombra de una tercera parte planeó durante muchos años entre los muchos seguidores de la saga, pero tanto Spielberg como Universal se dedicaron a desmentir cada rumor. Steven no quería volver a dirigir una nueva secuela, y solo veía su lugar en ésta como productor. Así, entre noticias ciertas y desmentidas llegó el año 2001 en el que se estrenaría la no tan esperada Parque Jurásico III. El resultado fue una entretenida película de aventuras, repleta de acción trepidante, pero a la que le faltaba la esencia de la obra original.

Han tenido que pasar catorce años para que Universal volviese a confiar en una de las sagas que más beneficios le ha aportado. Para ello decidió romper con todo el reparto original, que si fueron apareciendo en sus predecesoras, y hacer una especie de tabula rasa tomando como punto de partida el desenlace del Parque Jurásico original.

Jurassic World nos transporta, nuevamente , a Isla Nublar. Si en la primera entrega las instalaciones aún no eran definitivas y se encontraban en modo de pruebas, en esta ocasión el parque está totalmente operativo, recibiendo millones de visitantes cada año.

Las especies allí contenidas son bastante familiares para las enormes masas de personas que pasan cada año por sus taquillas, por lo que In-Gen continúa desarrollando nuevas especies que, cada año, completen la oferta del enorme recinto. Estas investigaciones a base de recombinaciones genéticas han dado como resultado al sorprendente y temible Indominus Rex. Un dinosaurio con base genética de Tiranosaurio que está destinado a ser la estrella del parque por mucho tiempo.

Esta sería, muy a groso modo, el punto de partida de una superproducción que es todo un homenaje a las entregas con las que Steven Spielberg asombró a pequeños y mayores. Un gran multitud de guiños rellenan todas y cada una de las escenas del film, que te atrapan y te llevan, directamente, a aquella navidad del año 93 en la que la «dinomanía» se apoderó de nosotros.

Colin Trevorrow fue el seleccionado por el equipo de producción para ponerse a los mandos de este ambicioso proyecto. El cineasta californiano debuta, prácticamente con esta obra, en la gran pantalla. Una película para televisión, un documental, un cortometraje y el desconocido film de 2012 «Seguridad Garantizada» era, a priori, un curriculum bastante pobre para una obra de tal magnitud, tanto por expectativas como por presupuesto.

Para esta complicada tarea contó con el guión desarrollado por Rick Jaffa y Amanda Silver. La historia, como ya hemos comentado, contaba con el punto original de desarrollarse en un parque totalmente funcional, pudiendo jugar con el concepto de pánico generalizado. Un elemento que se ha sabido aprovechar muy bien, ofreciendo momentos realmente espectaculares como la primera escena en la que aparece el sorprendente Mosasaurus.

Y es que el diseño, tanto de los dinosaurios como de las construcciones son realmente sobresalientes. Un excepcional trabajo de la nunca decepcionante ILM, que convierte a cada plano en un auténtico espectáculo. Algo que no hubiese sido posible sin el gran trabajo de John Schwartzman. Este director de fotografía, al que recordaremos por films de acción como Pearl Harbor o The Amazing Spiderman, combina perfectamente los tonos fríos y metálicos de las modernas instalaciones con los tonos verdes y mas cálidos de la naturaleza de autóctona de la isla.

John Papsidera, encabezando el equipo que realizó el casting para el film, tenía las premisas de buscar un reparto totalmente nuevo, sin ninguna cara asociada a la saga. Dicho reparto es uno de los mayores aciertos de esta superproducción, que está encabezado por uno de los actores mas de moda del séptimo arte.

Chris Pratt, que nos sorprendió en su rol de Star Lord en la asombrosa Guardianes de la Galaxia, se mete en esta ocasión en la piel de Owen, uno de los cuidadores del parque. El actor se mueve como pez en el agua como héroe de acción, protagonizando las escenas con mayor adrenalina del film. Además, con el estilismo con el que se le ha caracterizado en esta ocasión, es imposible que no se pase por la cabeza la idea de verlo como el nuevo Indiana Jones, sobre todo después de ver que es una de las apuestas fijas de Disney para recibir el testigo de Harrison Ford.

Junto a él, compartiendo protagonismo, encontramos a la guapísima Bryce Dallas Howard, a la que vimos en films como la desastrosa Spider-Man 3 o en la magnífica Criadas y Señoras. Su nivel a lo largo de las dos horas que dura la acción va increscendo, con un comienzo bastante flojo y poco convincente, pero que mejora a medida que se va desarrollando el guión.

Como ocurriese en las precuelas, no podían faltar niños o adolescentes en la trama. En esta ocasión tenemos uno de cada, interpretados por Ty Simpkins y Nick Robinson. Estos hermanos en la ficción realizan una actuación bastante correcta, no desentonando para nada con el nivel del film.

Como ocurriese en Jurassic Park, aquí si que encontramos un antihéroe a la altura. En esta ocasión se trata de Hoskins, al que da vida Vincent D`Onofrio. Su personaje es de aquellos que saca de las casillas tanto a los protagonistas como a los espectadores, una cualidad que debe tener cualquier villano que se precie.

Irrfan Khan, Omar Sy o Jake Johnson son otros de los nombres que podemos encontrar en este completo y variado cast. Todos ellos están mas que aceptables, ayudando a mantener con sus actuaciones el buen nivel de la película.

Una película que tenía un complicado escollo a salvar si la comparamos con las dos primeras obras. Más allá de los dinosaurios y la marca Spielberg, hay un aspecto que denotó a la saga de una entidad única, La banda sonora compuesta por John Williams se convirtió en todo un hito y en una de las partituras más apreciadas por los amantes del cine. Como ya ocurriese en Parque Jurásico III, el neoyorkino no se quiso involucrar en el proyecto, por lo que se echó mano de uno de los compositores más prolíficos del momento. Inseparable de J.J.Abrahms, Michael Giaccino recibió la complicada tarea de ponerle música a esta gran producción.

El músico estadounidense, que solo en este año ha puesto acordes a cuatro films, no quiso dejar de lado el magnífico trabajo de Williams, y creó una composición en torno a los acordes principales de la original Parque Jurásico. Así, en más de una ocasión, nos vamos a encontrar con las míticas melodías que desde principio de los noventa resuenan en nuestra cabeza cada vez que vemos un dinosaurio. El resultado es una banda sonora con la firma y la fuerza de Giaccino, pero con el encanto y sabor añejo de esos acordes rescatados, que la convierten en una gran composición musical.

Jurassic World, que en su primer fin de semana ha batido todo tipo de records en taquilla, es un film para disfrutar, para viajar atrás en el tiempo y dejarnos atrapar por la magia de ver por primera vez unos seres tan increíbles, reflejados de una forma tan realista. Muchos la han tachado de que es más de lo mismo, de que no aporta nada nuevo… ¿y qué? Yo quería ver dinosaurios y mucha acción y, francamente, eso es lo que me he encontrado. Una película que se disfruta desde que aparece el monorail entrando en las instalaciones del parque. Un film que me devolvió a la navidad del 93 durante dos horas, y que me hizo vibrar en mi butaca como aquel adolescente de 14 años que era.

 

javiroman

Gaditano de nacimiento, jerezano de adopción, ingeniero químico de estudios, profesor de profesión y un friki de corazón.

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