Reportajes de cine

Festival Buenos Aires Rojo Sangre 2012: Crónica Diaria N° 7

Y llegó el capítulo final del Festival Buenos Aires Rojo Sangre 2012. En nuestra crónica anterior del día 6 hacíamos referencia que esta séptima jornada prometía ser, a priori, uno de los días más intensos del evento, si no el más intenso de todos. Puede decirse que, si bien hubo proyecciones destacadas, varias de éstas no fueron tan emocionantes como se esperaba.

Lo más relevante llegó por el lado de la sección Novedades. Sin dudas, la gran sorpresa del día fue Lobos de Arga (España, 2012), que confirmó a este país como una de las filmografías más ricas a lo largo del Festival. Buenas Noches, dijo la Señorita Pájaro (España, 2012) había sido uno de los destacados hace unos días en la Competencia Internacional, pero se trataba de un thriller clásico. Lobos de Arga, en cambio, apuesta enteramente a la comedia, y más específicamente al humor negro más recalcitrante, y el resultado es pura diversión. Con la figura de Alex de la Iglesia como innegable influencia, el filme intenta ser una versión humorística del mito del Hombre Lobo, algo así como An American Werewolf in London (1981) made in España. Pero a diferencia de aquella obra maestra de John Landis, el protagonista de Lobos de Arga no viaja del campo a la ciudad tras ser atacado por un lobizón, sino que llega y se queda varado en un pequeño pueblo para luego ser obligado a luchar por su vida contra una horda de gigantescos licántropos. Para esto contará con la ayuda de varios pintorescos personajes, situación que no hace más que transformar a la cinta en una comedia con escenas gore. En resumen, Lobos de Arga representa una opción totalmente recomendable para los que busquen mucho humor con algo de sangre y vísceras.

La sección Novedades también presentó The Human Race (Estados Unidos, 2012). Su particular argumento presenta a 79 extraños que compiten en una macabra carrera por ver quién es el último que sobrevive. La historia remite directamente a la novela The Long Walk, de Stephen King, pero en este caso la puesta en escena es una combinación de Battle Royale (2000) y Cube (1997). En un principio, el planteamiento suena más que interesante, pero el resultado es una cinta no muy lograda, debido primordialmente a actuaciones pobres y un guión que recurre a golpes de efecto y diálogos bastante cursis para hacer avanzar la historia. Además, el giro final que habilita al desenlace es tan trillado como descabellado para el tipo de relato que tenía lugar hasta ese momento. Probablemente, sin esos 10 minutos finales que brindan una explicación detallada de las causas por las que ocurre lo que ocurre a lo largo de la historia, el filme podría haberse enriquecido. Los momentos más interesantes son aquellos en los que los personajes que intervienen se desvían de la trama argumental principal para mostrarse más en profundidad. Es una pena que los realizadores hayan recurrido a semejante cantidad de personajes en lugar de focalizarse en unos pocos para lograr un mejor desarrollo de los mismos. En pocas palabas, The Human Race es una buena idea desaprovechada.

Una cinta que tampoco llegó a cumplir con las expectativas es Todos Mis Muertos (Argentina, 2012), publicitada como el primer western gauchesco/criollo con zombies, dirigida por Mad Crampi, director de culto local y patrocinada por el Instituto de Cine argentino. Si bien el director aclaró que se trató de una versión beta sin el grueso del trabajo de post-producción –¿por qué será que se permite competir a una película aún no terminada junto con filmes completados?–, la cinta se resiente por interpretaciones actorales pobres y un guión en el que no queda clara la amenaza real de los zombies –apenas se alimentan de un par de pueblerinos y después sólo se dedican a deambular a lo largo de un viejo cementerio alejado del centro del pueblo. También es extraña la decisión de rodar la película en un formato de video cercano al 1.33:1, ajeno al spaghetti western que pretende homenajear y que es casi siempre filmado en 2.35:1 anamórfico. Tal vez esto se deba a la intención del director de no abandonar un estilo propio, pero sin dudas resulta llamativo que haya eludido la posibilidad del formato scope si tenía los subsidios del Instituto de Cine argentino para hacerlo.

Finalmente, también pudieron verse Topos (Argentina, 2012) y Penumbra (Argentina, 2012), que ya se habían estrenado en salas comerciales locales; Frankenstein: Day of the Beast (Estados Unidos, 2011), que completó la sección Novedades; The Last Will and Testament of Rosalind Leigh (Canadá, 2012), filme de fantasmas que compitió en la sección Internacional; y El Eterno Retorno (Argentina, 2008-2012), película de muy bajo presupuesto realizada por un grupo de jóvenes estudiantes, y que integró la Competencia Iberoamericana. La noche se cerró con La Ira del Espadachín Manco (Hong Kong, 1971), en copia de 35 mm correspondiente a la sección Filmoteca Presenta.

Llegó a su fin el Buenos Aires Rojo Sangre en su edición número 13. En un próximo artículo habrá posibilidades de analizar los ganadores y las impresiones y conclusiones generales de un evento que supo ofrecer una enorme y variada cantidad de películas, demostrando que sigue siendo el mejor festival de América Latina relacionado con el género de terror y fantástico.

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