Críticas de cómics

“Crítica: Astro City, Héroes Cotidianos”. Combinación clásica y legal.

Resumen de la Crítica

General
Guión
Dibujo
Personajes
Historia
Edición

“Seguimos aquí, mirando al cielo, buscando superar sus límites y haciendo lo que podemos”

Miradas retrospectivas y enfoques legales en un volumen doblemente conmemorativo.

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Una de las cosas que permite el extenso estudio del campo metahumano en Astro City es la cantidad de temas que engloba. Si a lo largo de la historia del género sus creadores se apoyaban en un concepto básico para presentar historias de cualquier género o ámbito, el compendio que supone esta serie funciona como un tratado universal donde todas las posibilidades se acumulan en un todo que desglosa cada tema. Una de las virtudes de Astro City es que pica la curiosidad con momentos relevantes de la historia para crear retroactivamente mitologías que les sirvan para explicar momentos ya conocidos o que sirvan para introducir ideas que se rescatarán en el futuro (Busiek hizo algo parecido en Marvel). “Héroes Cotidianos” une versos sueltos que no han tenido encaje independiente en otros tomos por su escasa relevancia numérica, que no en calidad, concentrándolos en un contenedor variopinto y diverso.

Voy a arrancar con las historias a las que aludía anteriormente, empezando por “Esta ciudad”. Retrocedemos a muy principios del siglo XX y sus años veinte donde la alegría y el optimismo de la creación de la ciudad choca con la intolerancia y el racismo. Al igual que muchas localidades de Estados Unidos de esa época, en la que la cultura se enfrenta al odio armados con música y bondad. Los dos episodios que compone esta historia juegan con la fuerza y emoción de los ídolos metahumanos, más sobrenaturales e idealizados que tangibles y conocidos como avatares de la pasión contra la injusticia. Una especie de reflejo del espíritu de las minorías de esa época que transmuta en función de las corrientes culturales y ociosas de una serie de habitantes que van tomando cada vez más confianza en su destino. El pequeño arco argumental no dejará de lado la puntual amenaza que necesita este tipo de evasión referencial, deudor de las historias pulp de brujos y hechicería ancestral escondido en joyas preciosas provenientes de entornos exóticos y misteriosos, donde la tradición de la identidad heroica y su problemática social que implica el pijameo también tiene su foco de atención.

El límite es el Cielo” supone un hito en la serie ya que es la entrega cien de la obra si contáramos con un único volumen. Número doble donde la serie aprovecha para homenajearse así misma y a la Golden Age. De esa época donde sus millonarios imaginarios eran responsables y buscaban el bien general a base de inventiva y valentía donde el enemigo era la amenaza alienígena fruto del fervor del género de los años cincuenta. La mezcla arroja una ucronía fantástica de la Segunda Guerra Mundial llena de justicieros variopintos de uniformes estereotipados pero con mucha razón de ser, dentro de un marco de acción y drama unidos por diálogos de altos valores morales, firmes y respetuosos con un deje conversador coincidente con la época. El episodio es un canto de amor a las historias y el trasfondo que iniciaron este negocio. Además sirve como “origen” al logo de la serie y como what if loco y rompedor de Howard Hughes.

 

Si ya en entradas anteriores veíamos picotazos del Samaritano como protagonista absoluto, “En Sueños 2015”, el número que conmemora el vigésimo aniversario de la obra, explora la psique del metahumano supermaniano en los momentos bajos, cuando la ansiedad y la desmotivación pueden ser peores amenazas que los villanos con los que combaten. De forma sutil, en apenas un episodio, Busiek hace un interesante estudio de las consecuencias que supondría la desaparición del Samaritano y deja entrever lo que podría acontecer de tenerle de parte contraria. Para ser un tebeo contemplativo y de desarrollo de personaje, los escenarios oníricos y las referencias visuales al pasado de la ciudad y del personaje funcionan para romper la curiosidad y para facilitar el transcurso del embate interior del protagonista.

“Enemigo del Imperio” se convierte en otro cuadrado del mosaico imaginativo y referencial que es Astro City. Nos reencontramos con esos episodios en los que el narrador es un civil que contagia la alegría y el temor que supone la vida metahumana en nuestra sociedad. Lejos de encasillarse en ejemplos de trabajadores, adolescentes, jubilados o delincuentes, aquí la mirada procede del campo contrario. El del niño cuya sociedad es antagonista de la nuestra y los pilares editoriales superheroicos son la principal amenaza. Me refiero a dimensiones alienígenas o paralelas, donde especies inteligentes distintas a la nuestra habitan civilizaciones con una serie de costumbres y prácticas distintas por su propia razón de ser existencial y morfológicas. La Primera Familia, representante de la comunidad heroica, es la referencia/guiño de los Cuatro Fantásticos y la Zona Negativa desde la óptica de un sistema contrario dentro de esta zona dimensional. Esa es la base, el juego de Astro City. Lo demás funciona como crítica a los regímenes totalitarios y al lavado de cerebro de sus ciudadanos contra un enemigo falsamente vendido, un trasunto de Corea del Norte interiorizado por un niño.

Nos despedimos con “La Primera Parte Contratante” donde repescamos la idea anterior. La protagonista no forma parte de la comunidad metahumana y es otro ejemplo de las consecuencias legales de la existencia de este extraño mundo en el nuestro. Lo asombroso y lo extraño contra lo soso y lo legislado. Este doble episodio, como ya pasó con “Héroes Locales”, demuestra lo atinado de su escritor de colocar todas las posibilidades del género en situaciones de relevancia legal (algo parecido a lo que Brian M. Bendis hizo en Powers). Hay que reconocerle que en este apartado Busiek le da al coco y para los que estamos familiarizados en el mundillo legal es muy divertido y estimulante. Además el tío se moja y no se conforma con un tipo disfrazado que se dedica a detener criminales de perfil bajo, sino con toda la mitología mágica que pueblan las series de las editoriales capitales de este mercado. Los escenarios místicos y dimensionales de Doctor Extraño, John Constantine, Doctor Destino, El Tribunal Viviente, Shazam, Eternidad, etc. se transforman en datos de un caso práctico universitario para salvar a la humanidad. Una pequeña joya dentro de este catálogo de buenas historias que significa Astro City, cuyos siguientes valores radican en el respeto a las tradiciones culturales y familiares, la solidaridad con la gente de bien que necesita ayuda y a la relaciones sentimentales de la mediana edad. Una historia redonda y sumamente divertida.

Termino con la ilusionante aparición en esta histórica serie de la dibujante malagueña Carmen Carnero, quien se encarga precisamente del ultimo arco analizado. Que una colección tan continuista en el binomio escritor/dibujante rompa su dinámica con una dibujante española tan joven y prometedora me llena de enorme satisfacción. Su estilo limpio y claro (pero con mucha fuerza interior), realista, detallado y proporcionado (su estilo me recuerda mucho a Mike McKone), alterna de maravilla momentos costumbristas en espacios naturales y urbanos con imaginación y geometría dimensional alucinógena, a la par que aprovecha el leitmotiv de la historia, focalizado en la figura del Ahorcado, para cambiar de registro estilístico en los flashbacks. El honor de ver su nombre grabado junto a Busiek y Anderson en un cómic de Astro City es un premio a la consolidación y éxito de los autores españoles en el mercado estadounidense. Enhorabuena.

Astro City vol. 3 26, 29-30, 37-41, Dc Comics/Vertigo. Astro City, Héroes Cotidianos, ECC Ediciones. Color. Cartoné. 224 pags. Pvp: 22 €. Fecha de edición: Noviembre 2017.

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