Críticas de cómics

Crítica: “Wild Worlds”. Moore registral.

Resumen de la Crítica

General
Guión
Guión (Majestic)
Dibujo
Personajes
Historia
Historia (Majestic)
Edición

“Si todas nuestras guerras nunca hubieran ocurrido, esta última oscuridad no habría cambiado lo más mínimo. Tanta lucha sin un sentido final”

El episodio de Majestic sobresale por encima del resto en un ejercicio breve pero intenso sobre un posible final de Superman.

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Rebañando en el fondo editorial de la antigua Wildstorm seguimos encontrando versos sueltos de Alan Moore. De moda indefinida, cualquier momento es bueno para recopilar todo lo posible su legado. Como a parte de sagas más largas (WildC.A.T.S. del mismo estudio o Supreme, de Extreme) el británico tocó formatos más cortos, se ha tenido a bien publicar en unidad de acto todo lo casable pero con varios registros. En este caso Voodo, Majestic y Deathblow. Personajes que tienen relación ya sea por afinidad superheroica en grupo, ya sea por coincidencia eventual.

Como obra a destacar de las tres me quedo con la de Majestic (Wildstorm Spothlight # 1), la historia más corta. Desde hace veinticinco años (más/menos) muchos autores han aprovechado los trasuntos de Superman para escribir lo que no podían llevar a cabo en la editorial madre. La libertad de usarle sin autocensura ha permitido a los lectores entrar en el juego de ver quién hace qué con la idea (yo creo que Apolo es el que mezcla mejor la buena fe de supes con los mecanismos extremos que él mismo combate). Me vienen a la cabeza Samaritano de Astro City, Plutonian de Irremediable, Americano de Classwar y Majestic, cada uno con una construcción y devenir diferente. Computando estas versiones comprobamos la expansión moral y emocional de Majestros en los números de WildC.A.T.S. que Moore escribió. Considero que como punto de partida al de esta historia (“El Gran Frío”) las intervenciones en la etapa del grupo citado son bastante interesantes para comprobar el contraste de sus inquietudes en esa época (presente) con la evolución completa de miles de años en el fregado ante la extinción de todo el universo (futuro). Ya trató Moore a Superman a través de Supreme de forma más pormenorizada que con Majestic, pero realmente fue un gran ensayo donde desglosaba uno a uno todas las texturas del kryptoniano como universo de ficción propio en su aspecto extensivo y como superhéroe en su aspecto restrictivo. Y ello sin perjuicio del subtexto metalingüístico sobre el tratamiento de los autores y etapas editoriales del personaje al que versionaba. Con Majestic hace algo parecido sin serlo colocando al mito heroico en el fin de todo, no como amenaza a detener sino como fin inevitable. Moore aleja al personaje de cualquier discurso introspectivo de frustración e impotencia y presenta una mirada de aceptación sin resignación más serena y clara. Acompañado de unos secundarios bien escritos con sólo dos frases y tres descripciones, utiliza diálogos existencialistas muy notorios en personalidades totalmente opuestas pero compatibles. Como si hubieran estado toda la vida enfrentadas pero que ante los eventos recientes forman el mejor apoyo mutuo posible. Además, la retrospectiva de su bagaje combativo es muy acertada dejando claro que el enemigo real de todos siempre ha sido la muerte, quedando las superluchas como actos evitables, fútiles y absurdos. Gran historia.

Algo más ligeras son las siguientes, una de formato y profundidad más pretenciosa que el otro. Si tuviera que enfrentarlas en un duelo imaginario habría tablas. La que en teoría debería superar a la otra es  “Voodo: Bailar en la Oscuridad” (Voodo # 1-4). El personaje, rebotado de Wildcats (en ambos sentidos), aparece en una historia de misterio y crímenes por resolver con elementos sobrenaturales coincidentes con sus habilidades metahumanas. Clásica narración de dos fuerzas claramente contrarias que operan en la sombra unidos por un pasado traumático que funciona como promotor de sus efectos y que se sirven de la protagonista por su enorme potencial. En cuanto a su propuesta narrativa, Moore pone por delante al lector que a Priscilla presentándonos primero los actos de unos y otros dejando que las pistas explícitas sean el único eslabón de la protagonista para salir del atolladero. Tampoco es que tengamos todas las respuestas a cada pregunta que se lanza pero sí jugamos con ventaja. Estamos por tanto ante uno de esos relatos donde el protagonista actúa por cuenta de otros sin tener ni idea donde se encuentra y porqué pasan las cosas que pasan.

Con “Deathblow: Reencarnación” (Deathblow Byblows # 1-3) escapamos de argumentos más complejos para entrar en una historia de acción pura, ciencia ficción potente, fantasía europea y mucha caña ciberpunk. Lucha por la supervivencia en una Battle Royal de manual llena de clones de Michael Cray, sin distinción de género y especie. El cómic se caracteriza por un guión ágil y abierto para la imaginación del dibujante en su rol más dinámico. Alejado todo lo posible del estatismo, Travis Charest traza una aventura donde los diálogos solo cunden lo imprescindible en beneficio de la acción en general y la protagonista en particular. Una píldora de acción total, llena de conceptos ciencificcioneros molones y protagonizada por una mujer con una imagen visual potente y con una personalidad muy disfrutable intelectualmente. Una historia muy rockanrolera de nuestro barbudo favorito.

Wildstorm Spothlight # 1, Voodo # 1-4, Deathblows: Byblows # 1-3, WildC.A.T.S. # 50 (extracto), Wildstorm/DC Comics. Wild Worlds, ECC Ediciones. Color. Cartoné. Pvp: 22 €. Fecha de edición: Mayo 2018.

 

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