Críticas de cómics

Crítica: Batman, Los Padres del Demonio. De Dennis O´Neil, Neal Adams y otros autores.

Resumen de la Crítica

General
Guión
Dibujo
Personajes
Historia
Edición

La Joya de la Batcueva

La obra es una maravilla gráfica-narrativa absoluta, la emoción transformada en dibujo.

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Las posibilidades de la colección “Grandes Autores de Batman” de ECC son inmensas a la hora de publicar buen material del personaje y por fin nos da la posibilidad de recuperar, en un formato de lujo, historias clásicas del mismo. Lanzadas etapas o sagas míticas de Frank Miller, Alan Moore, Grant Morrisson y otros tantos, por fin tenemos la ocasión de alcanzar material clásico, y el que nos ocupa en este caso es de primerísimo nivel. El conjunto de historias que encontramos en “Los Padres del Demonio” fueron publicadas entre 1.969 y 1.973 en distintas series del Caballero Oscuro y todas tienen un nombre en común: Neal Adams. Nombre que perfectamente podría estar por encima del personaje en cuanto a nombre acreditado se refiere, puesto que si alguien elevó su aspecto visual  a la máxima expresión fue el neoyorquino. La onda expansiva de la encarnación del personaje bajo el lápiz de este dibujante  fue tan inmensa, que a partir de entonces sólo se tenía una imagen gráfica del mismo, como si todo lo anterior sólo hubiera podido ser dibujado por este. Fue tan honda su impronta, que a partir de entonces el que imaginara al alter ego de Bruce Wayne sólo podía llevar a su imaginación el aspecto que en esta obra se encuentra. Adams inundó  los tebeos de Batman de un realismo tan impresionante que era similar al que traza alrededor de fotografías, con un sentido de la expresión, el lenguaje corporal, el naturalismo en las poses, el movimiento, los ángulos de visión, los paisajes, la naturaleza, las arquitectura, los objetos móviles, et., etc., que jamás ha conocido el noveno arte. Con el dibujante el disfraz de Batman pasó a ser el uniforme de Batman, hasta el punto que si este existiera sería con la apariencia diseñada por el “toque Admas”. Convirtió en real el hecho de que alguien así campara a sus anchas por el mundo, a pesar de llevar botas largas, una máscara con cuernos y una capa. Debió de ser un shock para el lector de la época (finales del 69, esto es, hace casi 50 años) comprobar que Batman podía existir realmente. La presente obra nos muestra en catorce piezas, el arte de este gran dibujante. Catorce excusas para comprobar desde un contexto escenográfico casi real cómo se desenvuelve en distintos parajes: los propios de su particular universo urbano, Gotham, así como los más extraños dentro de su hábitat natural, tales como paisajes desérticos hasta frías montañas, pasando por zonas rurales del norte de Europa y entornos pantanosos hostiles. Adams colocó, a través de sus escritores, a Batman en el mundo. Le internacionalizó, y con su exquisito estilo y buen hacer hizo posible y verosímil algo impensable: que pudiera pasar como uno más. 

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El otro peso pesado del volumen es el escritor Dennis O´Neil, quien con el paso de los años se ha encargado de escribir a los personajes más representativos del cómic de superhéroes USA y que explotó lo mejor del dibujante, probándole número tras número en los escenarios más extravagantes en los que Batman pudiera desenvolverse: desde el Himalaya, pasando por México, España, Irlanda, Calcuta y muchos más. Visto con los ojos de hoy se puede apreciar una cierta ingenuidad tanto en las historias como en el lenguaje y modos de los personajes, cosa lógica en tiempos duros del Comic Code, donde el riesgo en las tramas y en los diálogos se comprobaba de forma velada. Pero esto pasaba en todos los comics del género que tanto Marvel como DC lanzaban en los quioscos. Y si además las historias eran autoconclusivas y en formato comic book, más limitadas eran la posibilidades de crear historias que dejaran verdadera huella. De ahí que fuera mejor apostar por la calidad del dibujo que por la de la escritura. Aún así, O´Neil se permitió rematar por la escuadra, rompiendo las telarañas que unen el poste con el larguero con un golazo gracias a la creación de un personaje que ha trascendido el rol de villano, no sólo en lo que a Batman se refiere sino en general dentro del comic de superhéroes: Rha´s Al Ghul. Si Adams lo hizo reconocible, O´Neill le dotó de ese misterio tan embriagador que desconcertó al personal, como si de un igual de Batman con mayor edad se tratara. Y no sólo la fuerza del dibujo dotó a esto de cosa cierta, sino lo que este escondía siendo tan ambiguas sus intenciones como concretos sus métodos.

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No obstante, no sólo la creación de este gran personaje es lo que encontramos aquí, sino la de otro clásico: Manbat, no por O´Neil sino por Frank Robbins, en un primer intento de enfrentar a Wayne con su bestia totémica interior convertida en realidad, esto es, un murciélago antropofórmico, con unas primeras intenciones bienintencionadas cuyo paso del tiempo ha borrado. Además, no podemos olvidar que su origen parte de la idea de un auténtico fan boy de Batman, casi como si los autores quisieran jugar con una idea que al lector se le pudiera cruzar por la cabeza.

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Entre estos dos personajes creados en estas páginas que abarcarán cuatro episodios, el resto se apaña con historias enfocadas al misterio la mayoría de ellos en distintos escenarios internacionales, pero siempre con un elemento sobrenatural, lejos de lo que estamos acostumbrados a ver en el héroe pero que permiten comprobar como se desenvuelve con aquello que le queda grande y que le impide tocar con sus propias manos. Hecho este que obliga a sacar lo mejor del dibujo, pero que con Adams se comprueba que todo es posible en el universo Batman. Los gestos de frustración ante lo extraño que le rodea son de una expresividad manifiesta y la oportunidad que regala al lector de ver al protagonista en entornos alejados de su especialidad, dan a las viñetas un dramatismo fuera de lo normal. Porque aquí le vamos a ver en mar y aire, sorteando innumerables trampas y enfrentado a enemigos formidables. No hay que olvidar tampoco a los villanos clásicos, siendo dos los supuestos aquí mostrados. Uno es Dos Caras y el otro el Joker. Lo que veremos con el primero será un enfrentamiento físico e intelectual entre ambos, y en el segundo, su planteamiento más primigenio, alejado del psicópata que el escenario post crisis ha enseñado, la del seudo ganster extravagante y locuelo.

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Por último recordar que la mayoría de episodios cuentan con tremendas primeras páginas desde cualquier ángulo de visión: planos picados, contrapicados como cenitales, con un dinamismo en las escenas de acción que vistas hoy día hacen que las páginas que uno tiene entre las manos sean un privilegio más que una inversión al entreteniendo. El arte de Adams es tan descomunal que las atmósferas asfixian al lector al igual que al héroe, alcanzando una sensación mutua de desconcierto, cuya oscuridad va a ser continuada a lo largo de los años. El enfoque de las historias pretendidas por O´Neil casa mejor con el cómic de terror y fantasía contra la iluminación y el optimismo del comic de superhérores, de tal modo que la lluvia y la niebla que en diversos momentos “atacan” al personaje pesan, ahogan, lastran y tumban, como si de otro adversario se tratara, y esa cambio en el planteamiento del personaje es el mejor aliado del dibujante, permitiéndole dar lo mejor de su oficio. En definitiva, esta obra es una joya gráfica-narrativa absoluta, la emoción hecha dibujo, y contemplarla en un personaje tan querido como este, la convierten en un must have que toda estantería debe contemplar.

The Brave and the Bold nums. 86 y 93 USA, Detective Comics nums. 395, 397, 400, 404 y 410 USA, Batman nums. 232, 234, 237, 243 a 245 y 251 USA. DC Comics. Batman, los padres del demonio. ECC Ediciones. Cartoné. Color. 272 pags. PVP.: 27 €. Fecha de edición: Septiembre 2015.

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