Críticas de cine

Crítica: «Tiempo después», de José Luis Cuerda

Resumen de la Crítica

Valoración

Como película de José Luis cuerda, "Tiempo después" es solo contingente, pero en estos tiempos las risas son muy necesarias.

Valoración de los Usuarios 4.11 ( 9 votos)

Tiempo después es, ni más ni menos, que otro largometraje de José Luis Cuerda: una historia surrealista muy bien anclada en la realidad. Al llegar al tercio de la película (minuto arriba o abajo), una avalancha de decepcionados espectadores abandonó la sala entre bufidos. Y yo me pregunto… ¿qué puñetas venían a ver? Pero ya saben ustedes lo que se dice de la Fenomenología del espíritu: la parte más dura es el prólogo.

Roberto Álamo
Roberto Álamo

La debacle comienza el día en el que el parado José María (Roberto Álamo) tiene la ocurrencia de ir a vender zumo de limón a los trabajadores que viven en el único edificio del mundo que se mantiene en pie. Esto supone un grave problema, ya que socava los principios de igualdad y libre competencia de la sociedad que allí habita: solo se adjudican tres comercios de cada sector, en locales de igual tamaño y anunciados con la misma tipografía en la puerta. A esto hay que sumarle la inminente desnaturalización de José María como parado, ya que habría encontrado un trabajo con el que ganarse un sueldo. En este desastre ontológico-económico se ven envueltos, además de José María, todos los parados que malviven en las afueras; el conserje (Carlos Areces); el alcalde, único cargo electo; la Marina, por eso de que el zumo es un líquido; la jefa de gabinete (Blanca Suárez), Méndez, una mujer con fuertes convicciones y de una belleza clásica, aunque tenga los pies demasiado grandes; y el mismísimo monarca (Gabino Diego), que ostenta el poder omnímodo, o así lo consideran sus súbditos.

Barbero
Arturo Valls

Dejando ya fuera la broma, y otros ornamentos, en esta nueva película de José Luis Cuerda se percibe un entorno más angustiante, opresor y desesperanzado, además de una intención descaradamente didáctica.  Sus previsiones para el futuro de la humanidad no son halagüeñas: seguiremos viviendo en un capitalismo salvaje con ínfulas de neofeudalismo igualitario. Año 9177, mil años arriba o abajo (que no queremos pillarnos los dedos), un mundo nada propicio para los criadores de galgos vocacionales… y nada nuevo bajo el Sol.

https://www.youtube.com/watch?v=7aZbiXLoKmo

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