Críticas de literatura

Reseña: «Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea». Puertas secretas…

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De comentarios ingeniosos, como el título, está lleno este libro de Annabel Pitcher que ahora llena las estanterías de nuestras librerías atrayéndonos con un nombre que es tan inocente como duro.

Porque así es esta novela, narrada en primera persona por Jamie, un niño de diez años que se ha mudado con su padre, su hermana y su gato Roger a una casa de campo situada en medio de las tierras de los lagos ingleses. Pero no viajan solos; con ellos se va a vivir su hermana Rose, cuyas cenizas descansan en una urna colocada sobre la repisa de la chimenea. Una costilla, una clavícula y poco más es lo que quedó de ella tras los atentados de Londres, que volaron por los aires a la pequeña de diez años e, indirectamente, hicieron pedazos a la familia de Jamie. Y, caprichos del destino, la única amiga de Jamie en la escuela se llama Sunya y lleva la cabeza cubierta por un velo.

Escrito por Annabel Pitcher de un modo muy sencillo, “Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea” es la prueba de que lo magistral no tiene por qué ser complicado, que no se necesita contar una historia sobrenatural, compleja o retorcida para alcanzar el éxito. Basta con tocarnos el corazón desde el conjunto de pequeños y hermosos detalles que conforman esta gran historia.

Una historia que versa sobre la madurez, los prejuicios, los traumas y la fina línea, débil como la nieve que rodea el final de esta historia, que separa y une el universo de los niños y los adultos. De la vida y la muerte.

Porque el caso es que, aunque la novela no cuenta nada que aún no sepamos (siendo, en cierto modo, una pequeña versión de “Romeo y Julieta” explicada desde los ojos de un niño), su valor no reside tanto en la historia que nos presenta como en las facetas del ser humano que explora: pensamientos que son demasiado dolorosos para pararse en ellos, palabras que nos está prohibido pronunciar por lo socialmente incorrecto de ellas, o la brutalidad y radicalidad de la pérdida.

Y todo narrado de una forma en que nos dan ganas de volver a la infancia y compartir con Jamie todo su dolor, su ilusión y su mirada cristalina del mundo.

El lector querrá encontrar puertas secretas, hacer rebotar piedras en el agua, tener un pez naranja en un estanque y el valor que sólo puede tener un niño de ir hasta el infinito por aquellos a los que quiere.

“Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea” es una pequeña gran novela para aquellos que nunca dejaron atrás su infancia y para adultos a los que les resulta difícil asimilar que todo tiene un fin.

Marta C. Catalán

Foto, vídeo y gestión cultural. Aprendiendo a gestionar vías de escape al aburrimiento.

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