Críticas de literatura

Reseña: «Panteón», de Carlos Sisí. Pánico interespacial.

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Quinta novela del escritor malagueño Carlos Sisí y ganadora del Premio Minotauro 2013, Panteón nos hace viajar a un futuro muy lejano en el cual la Humanidad se ha expandido por toda la Galaxia. El planeta Tierra explotó muchos siglos atrás y se vive un extraño clima de guerra controlada. Diversas facciones se enfrentan en batallas, pero parece que todos obedecen a los designios de La Colonia el enclave científico más avanzado. Allí, Maralda Tardes controla todos los conflictos, vigilando que siempre se cumpla un cierto "equilibrio" que no desestabilice la Galaxia. Por otro lado, los chatarreros espaciales Malhereux y Ferdinand se encuentran en un planeta esperando que termine una batalla en la superficie para hacerse con los restos, encontrando un extraño artefacto por el cual serán perseguidos por las más extrañas facciones mercenarias.

A partir de esta premisa que nos sitúa en la historia, la novela avanza a un ritmo pausado en el cuál se nos presenta a todos los personajes principales -cuatro-, mientras sobrevuela en el ambiente una atmósfera que se hace opresiva página tras página. A ello ayuda el hecho que el escenario principal de la trama sea siempre el mismo, un lugar al que poco a poco van llegando todos los protagonistas y que tiene claras influencias de la obra de H.P. Lovecraft En las Montañas de la Locura.

Existe una clara diferenciación en dos partes de la trama. En la primera, y que abarca buena parte de la novela, el misterio es la principal dominante de los acontecimientos; los personajes se ven obligados a investigar, buscar y explorar a su alrededor en busca de unas respuestas que desencadenan los acontecimientos futuros. Esta parte es la más interesante del libro, un ejercicio muy bueno de intriga que como dijimos antes recuerda mucho a Lovecraft -un lugar misterioso, repleto de secretos antiguos e importantes-. El estilo narrativo logra crear una tensión constante, una sensación que en cualquier momento puede ocurrir algo y que no hay que perder ningún detalle por insignificante que pueda parecer. Es ese suspense sostenido, un aquí ocurre algo grave, el que mantiene la atención del lector y le empuja a seguir leyendo en busca de la explicación de todo ese misterio. Al igual que los personajes, ansía saber las respuestas a todo aquel enigma.

La segunda parte de la historia arranca con la revelación del misterio. A partir de ahí la ambientación deja atrás el misterio para llevarnos en volandas repentinamente a un thriller espacial, una acción desenfrenada y adrenalítica que contrasta con la calma precedente y logra mucho mayor impacto. Todo se vuelve más rápido, más apremiante y catastrófico. Las prisas aparecen y los actos se vuelven mucho más brutales, llevando a nuestros protagonistas al límite mientras son arrastrados irremediablemente a un desenlace que se decidirá a cara o cruz. O todo o nada. La novela queda bien resuelta, con un final coherente con toda la trama, aunque quizás decepcione a los lectores de ciencia-ficción más exigentes. Aún así, no se trata de un mal desenlace.

Los personajes, aunque arquetípicos, están bien construidos y tienen su personalidad bien marcada. El hecho que sean pocos los protagonistas que realmente soportan el peso de la trama ayuda a que su construcción sea más exhaustiva y profunda, sin aparentes agujeros. A pesar de eso, se echa en falta un toque de originalidad más allá de la mera exposición de diferentes personas y actitudes a las cuales es prácticamente imposible no encontrar similitudes con personajes de otras novelas. Aunque bien es cierto que eso es inevitable hasta cierto punto.

Ferdinand y Malhereux encarnan perfectamente el rol de héroes casuales; sin quererlo ni beberlo se ven inmersos en unos acontecimientos que escapan a su comprensión, y sin embargo se enfrentan a los sucesos con aparente valentía. A pesar de luchar contra las adversidades, no dejan de ser personas sencillas y humildes, quedando bien reflejado ese aspecto en muchas de sus reacciones y pensamientos. Su amistad es el nexo que les mantiene unidos y buena parte de su apoyo en los peores momentos. Da la sensación que han llegado a un punto en el cual el uno no puede hacer nada sin el otro, una especie de simbiosis emocional bien explicada y que se hace comprensible.

Maralda Tardes es otra de las protagonistas, la única femenina. Su personalidad y las acciones que se ve obligada a hacer durante la novela recuerdan mucho a la Teniente Ripley de Alien. Dura, preparada y capaz de luchar como el más experto de los guerreros, Maralda encarna perfectamente el rol de mujer luchadora que tan buen resultado da en las novelas de ciencia-ficción -y en todas las demás-. La evolución que el lector tiene en cuanto a su opinión sobre ella es sutil pero efectiva: se pasa de un espectro al otro de manera lenta pero progresiva. Al final de la novela nada es lo que parece y es probablemente el personaje que más y mejor evoluciona de toda la historia.

Jebediah es el cuarto y último personaje protagonista de la novela, y con diferencia el mejor de todos ellos. A medio camino entre humano y máquina, en ciertos aspectos las similitudes con Grievous de Star Wars. El parecido, no obstante, es básicamente físico: un cyborg al mando de una flota de guerreros. Más allá de esta casualidad, el resto queda bien diferenciado desde el momento en el que a lo largo de la novela se nos revelan los pensamientos de Jebediah y que descubren una personalidad que va más allá de su temible puesta en escena. Hasta nos confiesa sus temores más profundos, que explican en buena medida el porqué de muchos de sus actos.

Otro de los puntos fuertes de la novela es su duración; 360 páginas que encajan perfectamente con el ritmo de la trama. Más corta hubiera acelerado los acontecimientos y el resultado habría sido demasiado atropellado y forzado. Una novela más extensa habría significado muchos pasajes demasiado aburridos y la pérdida de la sensación de "suspense sostenido".

Lo mejor: la atmósfera opresiva que impregna la mayoría de las páginas.
Lo peor: el maniqueísmo de la mayoría de personajes, leve pero presente.

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