Críticas de literatura

Reseña: «El misterio de las cabras y las ovejas», de Joanna Cannon

Resumen de la Crítica

Puntuación

Una historia conmovedora y nostágica, de rabiosa actualidad y con un misterio atípico.

Valoración de los Usuarios 2.6 ( 5 votos)

El verano de 1976 es uno de los más tórridos que se conocen hasta el momento. Un acontecimiento extraordinario saca a los vecinos de la Avenida de su rutina: la señora Creasy ha desaparecido. Así comienza El misterio de las cabras y las ovejas.

Creasy era conocida de todo el mundo; le gustaba conversar con los demás —y también curiosear en sus vidas— en su tiempo libre. Cuando, un día, no aparece, todos se imaginan lo peor. Sin embargo, su marido no logra comprender qué le ha pasado y está convencido de que aparecerá. Y no es el único: Grace y Tilly tampoco aceptan la versión oficial de la policía, ni de los que las rodean, y tratan de descubrir el paradero de la señora Creasy.

Las dos niñas tienen diez años y se consideran las mejores amigas del mundo. Juntas interrogan a los vecinos de la Avenida y muy pronto descubren que todos esconden secretos inimaginables y también que el mundo no es ningún lugar apacible. Al menos no tanto como afirman sus padres.

Aunque el misterio que rodea a la señora Creasy se instala como eje central del libro, cada personaje guarda un secreto —no necesariamente el que nos pensamos en un principio— y, como consecuencia, hay varios misterios más en la novela, como el secuestro de un bebé, un caso de incendio provocado y lo que un grupo de vecinos hizo nueve años atrás —algo que, por cierto, les hace discutir actualmente, y con frecuencia; es difícil que nos hagamos una idea de lo que sucedió exactamente. ¿Tal vez un asesinato? Pero, ¿de quién?—.

Con el fin de explorar todo esto, la historia de Grace —voz narrativa principal— se entremezcla con otras perspectivas, ofreciendo al lector una visión de la vida anterior de algunos de los vecinos y sus secretos. Estas perspectivas incluyen a Dorothy, que es intimidada por su siniestro esposo; a Eric, un hombre todavía en duelo por la muerte de su ex esposa; a Brian, cuyo desarrollo parece haber sido atrofiado por una madre autoritaria; y John Creasy, el esposo de la desaparecida.

El misterio de las cabras y las ovejasEs ésta la primera novela de la autora, Joanna Cannon, y se ha convertido ya en el debut más elogiado de 2016 en Gran Bretaña. Su escritura denota el interés por las tragedias cotidianas de la gente común, por las personas sumidas en el dolor y abiertas a cometer errores que cambian sus vidas y las de quienes les rodean.

La novela está ambientada en los años setenta, tiene un aire a las series de estos años maravilloso. Todo está reflejado con nostalgia y humor. Los residentes en la Avenida representan la naturaleza humana en estado puro, con sus claroscuros. El misterio atípico comentado anteriormente va a hacer tambalear toda esta estructura social construida a golpe de engaños, falsedad y apariencias.

Y es que la gente de la Avenida sigue un patrón vital en cuanto a personalidad y actitudes; cualquiera que escape a esas características es considerado «raro» y, probablemente, si algo malo o fuera de lo común sucede, será aquel más acusado por todos. La gente de la Avenida cree algunas cosas sólo porque otros las creen. Por suerte existen Grace y Tilly, y su agudeza, dulzura y perspicacia.

La trama (que recuerda a El famoso incidente de un perro a medianoche, a algunos casos de Agatha Christie e, incluso, a Stranger Things) es excelente, aunque con cada cambio en el punto de vista y la enumeración de secretos que, intuimos, tienen que ser revelados, creo que el impacto del libro disminuye y el lector puede impacientarse demasiado por saberlo todo. Y con tantas revelaciones y secretos que parecen no querer salir a la luz es inevitable que el final necesite, al menos, una última explicación, un broche final, varias páginas más. Es más bien apresurado.  

Por otra parte, si os ha llamado la atención el título, tiene su explicación, por supuesto: las niñas piensan que la señora Creasy está viva y llegan a la conclusión de que necesitan a Dios para encontrarla. Un día, escuchan que Dios sabe que el mundo está dividido en cabras y ovejas. El problema es que no siempre es fácil distinguirlas.

En definitiva, El misterio de las cabras y las ovejas  (Grijalbo) es una lectura amena de rabiosa actualidad: todos tenemos creencias distintas, puntos de vida diferentes sobre la vida. En los setenta, por poner como ejemplo la época en la que está ambientada, la gente era cruel con los que no pensaban igual que ellos. Pero, ¿y ahora?

 

El destino. Las decisiones que tomamos. Siempre se vuelven en contra nuestra.

Depende mucho del punto de vista. Lo que una persona considera una mala hierba puede parecerle a otra una hermosa flor. Depende en gran medida de dónde crezca y con qué ojos la miremos.

Y me pregunté si en ocasiones sólo hace falta que dos personas creamos en lo mismo para que sintamos que formamos parte de algo.

Una persona podía airear algo cuando le conviniera. Lo malo era que a veces las cosas se ventilaban por sí solas. Cosas que uno preferiría olvidar; cosas que llevaban a cambiar la perspectiva y sembraban la duda en la mente, por mucho que uno intentaba arrinconarlas.

Sinopsis:

Verano de 1976. La señora Creasy se ha esfumado sin dejar rastro. Su marido, perplejo y desesperado, revuelve sus cosas tratando de encontrar alguna pista, mientras los vecinos echan la culpa a la ola de calor de haber alterado a esa mujer afable y generosa aunque propensa a sonsacar los pecadillos a los demás.

Cuando la policía la declara oficialmente desaparecida e inicia la investigación en La Avenida, la pequeña Grace, de diez años, decide aportar su grano de arena y emprende sus propias pesquisas con la ayuda incondicional de su mejor amiga Tilly.

Juntas van de casa en casa interrogando subrepticiamente a los residentes. Pero a medida que las puertas y las bocas van abriéndose, esa avenida empieza a revelar sus más oscuros secretos y pronto las detectives aficionadas descubrirán más de lo que habrían sospechado.

María Baz

Tengo papeles que dicen que soy filóloga con máster en estudios literarios, pero todavía no certifican que sea seriéfila, algo utópica y curiosa de necesidad. A veces, si me deja Internet, escribo.

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