Críticas de cómics

Crítica: «Mi amigo Pierrot», más Ghibli que el propio Ghibli

General
Guión
Dibujo
Personajes
Historia
Edición

Muy Recomendable

Jim Bishop lo vuelve a hacer. Una obra con sensibilidad, mensaje, emoción y mucho arte.

Valoración de los Usuarios Be the first one !

Hace unos meses nos deleitamos con esa maravilla de novela gráfica que es Una carta para Yodo. Jim Bishop, su autor, se situó por méritos propios en el centro de nuestro punto de mira como lectores de cómic. Su elegancia en el dibujo y su pulcritud narrativa a muchos niveles nos embrujó y nos dejó listos y preparados para seguirle en sus siguientes creaciones. Y ahora llega una de ellas: Mi amigo Pierrot.

Vuelve a publicar Ediciones La Cúpula, Glénat en el país de origen, imitando edición de la mencionada anterior obra y, por lo tanto, cuidando dicha edición como la obra se merece. Papel, rotulación, traducción… para que nosotros nos limitemos a sentarnos, leer y disfrutar de uno de los autores europeos en estado de gracia. Por que, efectivamente, Jim Bishop lo vuelve a hacer.

Nos traslada a un mundo evocador, a medias de cuento de hadas y a medias envuelto en las más lúgubres pesadillas. Su colorido y vaporoso paisaje, sus gentes risueñas y festivaleras, muchas veces ocultan secretos que es mejor desconocer. Rascando en esa brillante capa de fantasía y encanto o en esa mugre de misterio y ponzoña es fácil encontrar similitudes con nuestra vida real.

En esta ocasión Jim Bishop nos lleva hasta un país donde la magia está prohibida, reservada a feriantes y embaucadores en el mejor de los casos y a brujas y demonios en el peor. De hecho, toda persona relacionada con la magia (magos, brujas, etc) viven en un bosque «maldito» al que nadie quiere entrar y deben cuidarse esos habitantes, a su vez, de entrar en la ciudad a riesgo de ser detenidos.

Nosotros comenzamos la historia conociendo a una joven aristócrata del reino, Cléa, destinada a ser condesa y a casarse con otro joven de título nobiliario, por intereses paternos y para perpetuar los títulos, la sangre azul y esas zarandajas. Pero a Cléa le gustaría ser bailarina y sueña con poder tener la libertad de llevar a cabo su sueño. Pronto se dará de bruces con la realidad, cuando le presenten a su prometido que, para más desgracia, parece tan aburrido y simple como ella temía.

Sin embargo, algo pasa. Un encuentro fortuito con un mago callejero la llena de ilusión y esperanza… y todavía más cuando ese mago, el tal Pierrot que da título a la obra, le ofrece la libertad de cumplir sus sueños.

Y hasta aquí contamos porque el viaje, interno y externo, que le espera a la protagonista, es para vivirlo. Más allá de la típica historia de crecimiento personal, de autoconocimiento, tenemos un montón de dilemas a los que Cléa se va a tener que enfrentar. Y sí, también va de afrontar responsabilidades, de amor y desamor… pero mucho más. Porque esta historia no solo habla de Cléa y de su crecimiento, conocimiento y despertar. Va, como marca ya el sello Jim Bishop, de otros muchos temas ocultos en su fabuloso relato.

En el plano artístico que decir… El dibujo es de cuento de hadas y sabe transformarse como lo hacían esos cuentos en su versión original. Es decir, que tiene sus partes aterradoras y crueles también. El mundo y los personajes que retrata el autor evocan esos cuentos, a medias Disney clásico y a medias Ghibli, pero con el sello personal del autor. Se atreve, aunque poco, a flirtear con el lenguaje comiquero, estirándolo y forzándolo. Eso se agradece e incluso se echa de menos que no se atreva a ir más allá. En un momento dado rompe la cuarta pared y se convierte en una escena mágica… y queremos más momentos así.

Literariamente es excepcional. Con unos personajes que crecen y/o cambian, y no siempre para bien. O, al menos, no siempre como nos gustaría que lo hicieran, pero dejándote una pequeña duda de si no los estarás juzgando con tu propio sesgo. La historia no se para nunca, cambiando de un personaje a otro y entendiendo como estos evolucionan con cada vivencia. Además tiene tiempo para el humor, la reflexión, el amor, el drama, la amistad… Y para hacernos parar a pensar.

Ya no se puede decir que Jim Bishop nos ha sorprendido, porque sabemos de lo que es capaz. Pero sí diremos que se mantiene como uno de esos autores únicos a los que seguir y que, dada su juventud, nos tiene que dar todavía mucho más. Un talento que sabe aprovechar todas sus influencias para crear obras únicas.

Giacco

Redactor jefe de las secciones de Cómics y Videojuegos, así como presentador de muchos de los programas de Hello Friki Podcast.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba