Críticas de literatura

Reseña: «Jardín de invierno», de Kristin Hannah

Resumen de la Crítica

Puntuación

Una historia de historias sobre el amor, la pérdida, la lucha y la superviviencia.

Valoración de los Usuarios 2.42 ( 8 votos)

Tenía muchas ganas de leer algo de Kristin Hannah, la autora que ha cosechado excelentes críticas por su novela El ruiseñor, que seguramente muchos conoceréis. Así que hoy os traigo mis impresiones sobre Jardín de invierno, una obra que pertenece a los inicios literarios de la autora y que explora la difícil relación entre una madre y sus dos hijas y que, francamente, me ha fascinado.

En la novela encontramos dos líneas temporales: la de dos hermanas, Nina y Meredith, que prácticamente han vivido toda su vida sin conocer verdaderamente a su madre, Anya, una mujer que lucha contra la depresión cada invierno, como si el frío y la nieve tuvieran algo que la molestara profundamente, y que ha erigido un muro alrededor de sí misma para protegerse y, proteger a los que la rodean, de su sufrimiento interior.

Anya les cuenta una historia a sus hijas desde que eran pequeñas, pero nunca la termina. En su cuento, entreteje la historia de una bella y joven rusa llamada Vera («una chica pobre, una chica cualquiera») y nos traslada al Leningrado de 1941, cuando no era más que una ciudad sitiada, aislada por la Segunda Guerra mundial, la desesperación, y la nieve. También se narran momentos transcurridos en los años treinta, caracterizados por la Gran Purga del Partido Comunista, durante la cual la policía secreta de Stalin arrestó a campesinos y a personas pertenecientes a minorías étnicas y a artistas.

El principio de Jardín de invierno me encantó. La autora tiene la capacidad de conmover y de conseguir que empaticemos con los personajes a la perfección… Y no le hacen falta muchísimas palabras. Después, la trama me pareció algo lenta, pero porque me daba la impresión de que las protagonistas se habían encerrado en una especie de círculo vicioso del que era difícil salir y no estaba muy segura de si volvería a conectar de nuevo con ellos. Me equivoqué, y lo cuento porque creo que precisamente uno de los mensajes de esta lectura es la gran facilidad con la que los seres humanos se juzgan mal sin saber su historia completa.

Esta es una de esas historias que se construye mediante ricas capas de profundidad emocional de tal manera que vale la pena seguir, porque el impacto y la entrega de la segunda mitad del libro (y especialmente el final) es increíble.

Además, hay un punto en particular que hace que desde entonces no puedas parar de leer: el cuento. Me pareció absolutamente cautivadora la manera en que el «cuento de hadas» que la madre estaba contando se mezclaba también, lentamente, con lo real. La transición es tan poderosa, y hay tantos detalles, algunos muy sutiles, que si lees con cuidado, te atrapan y te dejan sin aliento.

Kristin Hannah recrea de una manera excelente la ambientación, y consigue desgarrarnos con su prosa, conmovernos profundamente. Podría ponernos multitud de ejemplos y explicarlo pormenorizadamente, pero no quiero hacer spoilers y, a decir verdad, me parece más interesante hablaros de los personajes, porque son lo que más destacaría de toda la obra.

¿Por qué? Porque Hannah dibuja personajes de carne y hueso, profundamente reales, con sus luces y con todas sus sombras. Anya es una mujer tremendamente luchadora que vive de puntillas sin disfrutar de nada, inmersa en sus pensamientos. En sí misma. Meredith opina que su madre está sola tanto si está con ella como si no. Pero lo cierto es que es una mujer que se proteje del sufrimiento a su manera y que intenta superar su pasado, que posee un gran dolor que arrastra desde hace años y que siempre ha llevado en secreto. ¿Por qué es incapaz de amar, incluso a sus propias hijas? ¿Cuáles son las causas?

Jardín de invierno indaga en todas esas razones, además de bucear en los distintos tipos de amor, tan desiguales: por un lado, tenemos a Nina, que apenas suele estar en casa porque viaja por todo el mundo, en especial en épocas de guerra y destrucción, fotografiando la mirada de mujeres, y ama su trabajo. Sueña con que algún día sus retratos mostrarán al mundo lo fuertes y poderosas que son las mujeres, así como el coste personal de esa fortaleza. Por otro lado, tenemos a Meredith, que tiene un marido que la quiere y dos hijas, y cuida de todo el mundo, constantemente, pero… ¿quién la cuida a ella? ¿Siempre ha vivido sólo para otras personas?

Nina y Meredith son hermanas que en el fondo no se conocen. Por suerte, se dan cuenta de que llegar a saber quién es su madre podrá ayudarlas a conocer quiénes son ellas. Y si no lo llegan a saber, al menos podrán estar solas juntas. ¿Lo conseguirán? Y, si no lo hacen, ¿se cuidarán mutuamente, de todos modos?

Asimismo, la obra consigue transmitir a la perfección el frío de la pérdida, porque sí, todos sabemos de pérdidas. La fase de duelo está muy bien explicada y recreada: cómo cada uno lo sobrelleva a su manera y se refugia en una cosa. Los personajes saben lo que es perder a alguien, y también perder el amor, o lo que es sentirse destrozado por dentro cuando uno está más enamorado que otro, pero siguen amando. Creo que Jardín de invierno no deja de ser eso, un canto a la lucha y a la honestidad pero, sobre todo, al amor, porque todos sabemos que al fin y al cabo darle la espalda resultaría insoportable.

La autora, a través de un cuento, ha sabido reflejar todo el dolor, la angustia, la fuerza, las ganas de vivir a pesar de todo, en las diferentes situaciones que vivieron muchísimas personas. Porque en este cuento se dibuja una realidad oculta, que cambia la vida de ellas para siempre.

En definitiva, lo que empieza siendo un misterio familiar se convierte en una historia épica sobre el amor y la superviviencia. Una historia de historias, sobre seguir adelante, sobre olvidar, si podemos. Sobre vivir.

Jardín de inviernoSinopsis

Una gran historia de amor ambientada en la Segunda Guerra Mundial de Kristin Hannah, la autora de El Ruiseñor.

Una ciudad sitiada. Una madre. Dos hijas. Y un secreto que cambiará sus vidas para siempre.

URSS, 1941. Leningrado es una ciudad sitiada, aislada de toda posibilidad de ayuda por la guerra y la nieve que entierra los edificios con su blancura. Pero en Leningrado también hay mujeres sumidas en la desesperación, capaces de cualquier cosa para salvar a sus hijos y a sí mismas de un final trágico.

Estados Unidos, 2000. La pérdida y los años han causado estragos en Anya Whitson. Finalmente ha conseguido contactar con sus hijas, Nina y Meredith. Y con una voz vacilante e insegura, empieza a entretejer la historia de una bella y joven rusa que vivió en Leningrado hace mucho tiempo…

En una cruzada en busca de la verdad oculta tras la historia, las dos hermanas se enfrentarán a un secreto que hará tambalear los cimientos de su familia y cambiará para siempre la imagen de quiénes creían ser.

María Baz

Tengo papeles que dicen que soy filóloga con máster en estudios literarios, pero todavía no certifican que sea seriéfila, algo utópica y curiosa de necesidad. A veces, si me deja Internet, escribo.

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