Críticas de videojuegos

Crítica: «Resident Evil Village», la aldea maldita.

Historia
Jugabilidad
Gráficos

Muy Recomendable

Grandes dosis de terror en esta nueva entrega

Valoración de los Usuarios Be the first one !

Seguro que fuimos muchos los que a mediados de los ’90 nos pillamos una PSX solo por jugar al Resident Evil. Desde entonces hemos permanecido fieles a cada entrega (o casi a cada una, de tantas que hay)… además de todos los millones de jugadores que se han ido sumando a la saga con cada nuevo lanzamiento. Muy lejos quedan aquellos personajes hechos de polígonos y fondos renderizados estáticos… pero siempre ha mantenido un elemento invariable: el terror, el miedo, la tensión, la supervivencia. De hecho fue uno de los primeros títulos en acuñar esa etiqueta de Survival Horror.

No discutiremos sus historias y guiones ni su línea argumental, aunque esta última, aun renqueando, mantiene su continuidad… lo que sí abogamos es por afirmar que Capcom ha sabido adaptar esta franquicia estrella a los tiempos. Diversificándose en plataformas, incluyendo juegos con online, cambiando la vista a tercera persona y luego a primera… algunas decisiones gustarán más o menos, pero el intento de sobrevivir como uno de los grandes es manifiesto y se ha conseguido con la mayoría de las entregas.

La capacidad técnica de las máquinas más modernas permitió que esa reinvención sirviese para crear entornos y enemigos hiper-realistas, merced de un motor gráfico creado para la ocasión, intensificando ese componente que definió la saga: el terror. Resident Evil 7 fue tan tremendo en ese aspecto que consiguió rescatar antiguos jugadores y, lógicamente, el siguiente juego iba a remar en la misma dirección. Tomándose su tiempo entre un juego y otro (cuatro años de desarrollo), Capcom lanza esta octava entrega, Resident Evil Village, usando el mismo motor que ya lucía aquel y que tan buenos resultados ha dado con los últimos remakes.

Ya lo hemos sufrido y lo hemos padecido, disfrutado también, desde luego… Pero sobre todo lo hemos exprimido a conciencia para contaros qué nos ha parecido esta nueva y aterradora aventura de Ethan Winters y que vosotros valoréis si queréis disfrutar de esa extraña sensación que es pasar miedo por gusto.

Aquí, espiando a la Dimitrescu… y rezando para que no nos pille

Argumento, Historia, Personajes…

La historia es continuación de Resident Evil VII, por ello sería ideal haberlo jugado previamente. Sin embargo, no es requisito indispensable pues al inicio el juego nos permite ver una secuencia de video donde se resume todo lo anterior y nos coloca en el punto de partida de este. Después de aquellos sucesos, vivimos plácidamente con nuestra esposa Mia y nuestro bebé Rose. De repente, Chris Redfield irrumpe con un grupo de soldados y, tras asesinar a Mia a sangre fría, se llevan a Rose. Durante la escena de violencia que se sucede perdemos el conocimiento…

Despertamos tras un accidente de coche, siendo el único superviviente y comprobando que entre los restos del siniestro hay huellas que se desplazan por la nieve y que evidencian que alguien se ha llevado a la pequeña Rose. Nuestros pasos nos harán llegar hasta un siniestro poblado dominado por un castillo… y allí comienza realmente la aventura. Debemos buscar a nuestro bebé y combatir contra todo aquello que nos lo quiera impedir aunque, por desgracia, se trata de seres terroríficos entre los que encontraremos licántropos, vampiras, zombis, mutantes… o quizá no sean lo que parecen y nos toque, de paso, descubrir cual es el misterio que se esconde en ese paraje y quien es aquella a la que todos nombran con temor: Madre Miranda.

Madre Miranda y algunos de sus «hijos»

Cuando vayamos avanzando a través del escenario iremos desvelando todo lo que oculta este Resident Evil Village y tendremos que alcanzar algo más del ecuador del juego para que arranque de verdad, siendo al principio algo vacío argumentalmente y siempre supeditado a su magistral ambientación y sus personajes. Porque, como no podía ser de otra forma, las entidades malvadas que nos acosan tienen un carisma especial… y lo comprobamos cuando en una secuencia de infarto nos presentan a la mayoría de estos. Lady Dimitrescu y sus hijas que nos darán caza en el castillo… Heisenberg en su fábrica de seres de pesadilla… Moreau en su ciénaga… Donna Beneviento en su «casa de muñecas»… serán algunos de los macabros personajes con los que nos toparemos en nuestra aventura (pero hay muchos más). Todos ellos con su personalidad y su momento de gloria, creando para cada cual un entorno y unas mecánicas diferentes que nos hacen pensar (y temer) «qué será lo siguiente». En lo más alto de la pirámide está Madre Miranda, pero cuando nos enfrentamos con ella ya conocemos todo lo que hay detrás del juego… por lo que no os podemos contar nada.

Los diseños de enemigos son fantásticos, presentando el realismo esperado y solo notándose un tanto precario en algunos casos concretos como el Lobo Alfa que circula por una parte del mapa o esos seres alados fácilmente abatibles. El resto es una delicia visual, sobre todo cuando nos enfrentamos contra ellos en interiores donde los escenarios recargados de detalles multiplica la sensación de realidad.

Contamos en el juego con la ayuda de Duque, ese orondo personaje de la imagen de abajo. Él nos venderá munición, armas, objetos y mejoras… a cambio de buenas monedas que debemos recoger durante nuestra aventura o vendiéndoles trofeos. Algún otro secundario aparece durante la aventura para ayudarnos, además de puntualmente manejar a un personaje que no os vamos a desvelar. Ethan, el protagonista, crece con esta nueva aventura y nos sumerge en cada momento con cada acción que nos toca vivir. Un protagonista con carisma que destaca y que, con el final del juego, da paso a una nueva y futura esperanza.

Este es Duque, nuestro más fiel aliado… siempre que llevemos el monedero lleno.

Estilo de juego, Jugabilidad…

Como pasaba con el título anterior, este survival horror de acción destaca por su inmersión. En algunos lugares y escenarios contará más nuestra destreza y habilidad con los puzles y la rapidez de decisiones, mientras que en otros se prima la puntería con la pistola o el rifle. Este es un aspecto ampliamente criticado en el juego… pero ya sucedía en el glorificado Resident Evill VII. Porque mantener al jugador durante toda la duración de la aventura en un estado de alerta y de «susto permanente» no es productivo y sí muy agotador. Por ello es normal que esos momentos se alternen con otros más de acción, más shooter, donde el intercambio de disparos es el que te salva la vida.

En ese sentido el juego está nivelado y los momentos de terror llegan a su clímax durante nuestra estancia en el Castillo Dimitrescu o durante la fase que transcurre en la mansión Beneviento. La parte de acción se explota más en la zona de la fábrica y en la parte final del juego. Y todavía quedaría una zona intermedia, en la que se equilibra el tema shooter con el tema horror… esa sería la parte que transcurre en el poblado o en las ciénagas. Es, por lo tanto, un juego nivelado para mantener siempre un ritmo cambiante y no relajar ni aburrir al usuario… pero se arriesga a que, los jugadores que buscan una de las experiencias más puras, se quejen cuando el tipo de acción cambia.

Tendremos que hacer una curiosa autopsia

Marca de la casa, los puzles son constantes en el juego… pero extremadamente fáciles. La dificultad la vamos a encontrar en explorar los mapas con profundidad, bien por no tener cierta llave o bien por necesitar según qué objeto. Esto nos hará recorrer los caminos en más de una ocasión, volver sobre nuestros pasos… pero también se cerrarán algunos accesos y tendremos que jugar una segunda partida para explorarlos al 100%. En cuanto a esto, no andamos escasos de niveles de dificultad, siendo el más fácil un paseo sin sentido y el más complicado, ese valle de sombras, un infierno. La dificultad media es la ideal si tenemos los nervios fáciles con este tipo de juegos, pues nos permite seguir sin frustrarnos pero requiere que estemos siempre alerta.

Además de los objetos que encontramos como llaves, ganzúas o manivelas, hay otros que podemos coleccionar y otros que obtenemos al abatir enemigos. Pero su utilidad mayor es servir como moneda de cambio para Duque y mejorar y comprar armas y utensilios. Podemos cazar tímidamente, es decir… matar unas gallinas, unas cabras, unos peces. Con ellos, el mismo Duque confeccionará recetas que aumentarán nuestro nivel de vida y alguna mejora más.

Las armas son, sin duda, la parte principal del juego. La pistola del principio pronto será sustituida por una escopeta, un rifle con mira o un colt… cuanto más daño haga, mejor. Nos va a hacer falta porque casi todos los enemigos se eliminan a tiro limpio y solo un par a base de ingenio y pericia. Las partes de la aventura que requieren menos balas y más «sangre fría» son geniales y las que, de verdad, nos pondrán al límite. En las zonas donde nos atacan en masa, sobre todo licántropos, es donde más se exige nuestra destreza y puntería.

Donna Benneviento es una ventrílocua muy peculiar

Gráficos y banda Sonora…

El motor propiedad de Capcom, el RE Engine, está creado para esto. Con sus texturas e imágenes hiperrealistas nos sumerge en esta pesadilla jugable y solo la imaginación de los programadores es el límite. Alucinas con los interiores del castillo Dimitrescu… te quedas embobado con las impresionantes vistas del pueblo con el castillo al fondo o la mansión Beneviento… sientes el aliento cuando una de las hijas de la Dimitrescu se te echa encima o cuando los licántropos te persiguen por los campos… los interiores oscuros y húmedos de las cuevas… la detallada y asquerosa recreación de las mutaciones que sufren algunos enemigos… las chispas en la fábrica cuando te persigue ese ser armado con un objeto que gira… Todas las horas que dura el juego están cargadas de detalles gráficos impresionantes que, entre su realismo y su visión en primera persona, te lleva a perder fácilmente los nervios (es un juego muy intenso!)

Pero claro, tanto realismo gráfico tiene su precio. Los escenarios no son destruibles y solo puedes romper ciertas contadas cosas como cajones o algunas ventanas... mientras una copa o una botella permanece inmutable por mucho plomo y pólvora que le eches. Si disparas a una bombilla, a una luz… no pasa nada y ni el agua se inmuta. Con todo lo que tiene el juego sería de locos obsesionarse por este detalle, pero sí es cierto que resta credibilidad cuando un disparo perdido no daña la vidriera de los Dimitrescu, por ejemplo. En el aspecto gráfico no se le pueden sacar muchas más pegas, y eso es algo muy positivo.

Ahí tenemos la fábrica. Lo que nos espera dentro no nos lo podemos imaginar.

Este juego se disfruta con cascos. Si la inmersión visual es completa, lo ideal es acompañarla con la auditiva. En Capcom han puesto mucho cuidado en este aspecto (siempre lo hace en los Resident) y han incluido una batería de efectos sonoros apabullante. Escuchas el arrastrarse de los enemigos zombis en la lejanía, el gruñido de los licántropos de fondo (si miras con el objetivo del fusil los puedes ver encaramados en un tejado o en una roca), el viento o el llanto de un bebé… El doblaje perfecto a español hace que los gritos o las amenazas de los enemigos te alerten o te preocupen, que Lady Dimitrescu te acose por el castillo sin descanso mientras te recrimina lo que has hecho anteriormente… y todo ello con una composición musical que encaja como un guante y enfatiza los momentos de acción y también enaltece y rubrica aquellos en los que el miedo nos acecha.

Un paseo por los tejados del castillo

Impresiones finales

Capcom ha vuelto a crear un juego imprescindible. Tener un motor gráfico de esta potencia y tomarse su tiempo para desarrollar con él una aventura es garantía de calidad. La ambientación, la tensión, la supervivencia… todo lo que se espera de un Resident Evil está aquí y, aunque comparándolo con la entrega anterior haya quien lo desmerezca, seguramente por la atrevida apuesta de aquel y por el carácter más «fantástico» de este, es sin duda una experiencia que vale la pena jugar.

Su duración varía entre las 10 y las 15 horas en una primera vuelta… pero con lo intenso que es se te hará mucho más largo, sin duda. RE Village requiere además rejugarlo para sacarle todos sus secretos, posiblemente haya algún jefe que no hemos eliminado (ni encontrado) o algún tesoro por descubrir. Sumemos que al finalizar optamos también por el Modo The Mercenaries… y la vida del juego aumenta. En Mercenarios debemos sobrevivir a oleadas de enemigos en un tiempo determinado, para ir desbloqueando mejoras y accesorios.

Gráficos realistas y terror del bueno combinado con acción sin tregua en esta nueva entrega de la saga que no solo continúa la historia sino que le da un nuevo enfoque con su final (no contaremos nada). No es más de lo mismo, para que este Resident Evil nos canse deben de salir todavía más entregas. Nos encanta pasar miedo y este es uno de los mejores exponentes.

Lo Mejor

  • Los gráficos. El RE Engine tiene mucho aun por mostrar
  • La ambientación, los enemigos, su diseño, el sonido…
  • Fiel y coherente con la historia de la saga

Lo Peor

  • Su duración puede decepcionar (si se juega en baja dificultad)
  • Escenarios irrompibles
  • La historia tarda en arrancar

Giacco

Redactor jefe de las secciones de Cómics y Videojuegos, así como presentador de muchos de los programas de Hello Friki Podcast.

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