Gráficos
Sonido
Jugabilidad
Duración
Desafiante
Buen juego de velocidad y carreras futuristas que tiene en su estética de neon y futurista su mayor atractivo.
2124, las carreras extremas se han convertido en un deporte a vida o muerte, literalmente. Un grupo de corredores se enzarzan en populares competiciones para convertirse en el mejor aunque para conseguirlo puedan perder la vida.
Velocidad, luces de neón y vehículos futuristas en esta interesante mezcla de Tron y Akira que nos presenta Numskull Games, desarrollado por el estudio indie Repixel8 y que hemos podido disfrutar en PS5 gracias a PressEngine, aunque se puede adquirir también en Xbox, PC y Switch.
También se puede encontrar en formato físico para PS5 y Nintendo Switch gracias a los amigos de Meridiem. Como sea, en digital o físico, os esperan unos circuitos de locura que recorremos a velocidades alucinantes… y con una historia de fondo la mar de interesante.
Las carreras del futuro
Con voces en inglés y textos en castellano el juego nos sitúa en un futuro lejano dominado por corporaciones y donde el cruel espectáculo de carreras al límite es el «deporte» de moda. Podemos elegir entre un grupo de competidores al que más nos guste para manejarlo y llevarlo a lo más alto y para conseguir, carrera a carrera, nuevos vehículos y acceso a nuevos desafíos y carreras.
Estos personajes son realmente carismáticos y podremos irles conociendo con las píldoras de información que antes de cada carrera den ellos mismos o las televisiones que retransmiten las carreras. De esa forma se le da un contexto y pasa a ser algo más que un «simple» juego de velocidad.
Desde el inicio tenemos disponible un montón de modos de juego (casi todos solo para un jugador, lástima) siendo los más inmediatos y rápidos los siguientes: Modo Arcade, para jugar carreras rápidas; Modo Contrareloj, para superar tiempos; Modo Duelo, con el que competimos con otro jugador a pantalla dividida. Pero lo bueno se encuentra en los modos de juegos más complejos…
Muchos solitarios Modos de juego
En el Modo Historia, nuestro favorito, competimos en un campeonato mientras se nos cuenta, de fondo, el conflicto que vive la Humanidad con Androides e Híbridos. Es decir, se explica el mundo en el que se desarrolla este Neon Apex. En el Modo Trayectoria tendremos que ir ganando carreras y desafíos para ganar créditos e ir accediendo a nuevos eventos. Por último, el Modo campeonato nos llevará a competir en 8 carreras para intentar acabar los primeros.
Un buen montón de modos que tienen el aliciente de cambiar dependiendo del vehículo que controlemos. Porque podemos elegir competir con moto o coche… y la conducción cambia radical. De hecho cada vehículo cambia en varios parámetros: velocidad, potencia, manejo y blindaje. También será mejor que nos hagamos pronto a los controles pues los daños en el vehículo son acumulativos y tendremos que acceder al taller, antes de cada carrera, para reparar nuestro vehículo.
A este respecto destacar que cada vez que ganamos o quedamos entre los primeros se nos entregan unos créditos que podemos canjear por esas reparaciones o por comprar nuevos vehículos (además de tunearlos con colores y cosas así). La adquisición de cada nueva «máquina» nos abrirá nuevos tipos de carreras pero ojo, que si no ganamos… no cobramos, y tanto los vehículos como la participación en las carreras no son, precisamente, baratas.
Circuitos y rivales sin clemencia
Gráficamente el juego destaca por esa estética a lo Tron mezclada con anime. Personajes muy particulares y reconocibles y vehículos futuristas imponentes se funden con unos circuitos sensacionales repletos de elementos luminosos, de neon, de colores fríos… y todo a gran velocidad. Además la sensación de vértigo, con líneas cinemáticas y chispas y explosiones y cosas así es un auténtico alucine. Los circuitos son algo parecidos, la verdad, pero todo se olvida y se funde en esa sensación de velocidad extrema que consigue transmitir el juego.
En cuanto al manejo, pues encontramos controles muy fluidos que precisan de práctica para dominar el frenado, el giro, el derrape y para saber cuándo usar el nitro, otro elemento importante del juego que, por cierto, también se gasta y también hay que reponer comprándolo. No es fácil hacerse con el manejo, además que los escenarios presenta obstáculos, tráfico, impulsores y los rivales no son, precisamente, pasivos. Por si fuera poco, cada impacto deteriora el vehículo (no visualmente, solo en una barra de vida) y podemos acabar explotando.
Nos podemos encontrar con una curva de dificultad seria y frustrante pero no hay que preocuparse, porque los desarrolladores lo tienen todo pensado: tenemos la posibilidad de modificar la IA de los rivales. De esta manera, podemos dominar la conducción y, una vez que nos veamos preparados, volver a modificar la IA como ponerla como estaba.
Conclusiones
Tenemos aquí un título indie muy recomendable para los seguidores de los juegos de carreras. Con una apuesta distinta y vistosa que resulta desafiante y tiene muchos elementos añadidos que la enriquecen. Múltiples factores como son los vehículos coleccionables, un total de 25 entre coches y motos, y un número destacado de modos de juego y circuitos. Añádele sus protagonistas/corredores y esa línea argumental de fondo que nos habla de un futuro tecnológico frío y deprimente.
Por desgracia no cuenta con modo multijugador online y solo tiene una forma de compartir las competiciones con otra persona a pantalla dividida, una carencia sangrante para este tipo de juego que suele contar con el factor social como uno de sus máximos atractivos.
Pero aun así, por estética y originalidad, por esas vertiginosas carreras y por el mérito que tiene crear esta obra desde el plano indepentiene, Neon Apex merece ser recomendado… y disfrutado a toda velocidad.
