Análisis de A-RED Walking Robot, un plataformas original, encantador y metálico

Gráficos
Sonido
Jugabilidad
Duración
Muy recomendable
Divertido y original plataformas con el que pasas muy buenos ratos aunque a veces la cámara te frustra
«Tu creador gira la llave y despiertas en un taller… eres un diminuto robot a cuerda. Bienvenido a A-RED Walking Robot«
Original, divertido y visualmente impecable. Esta creación de JOOKITOOZ, estudio independiente español, concretamente de Barcelona, llega a PS4, PS5 y PC con todo a favor para convertirse en uno de esos plataformas que enamoran. Solamente viendo el tráiler y las capturas notas todo el cariño que David Kampa, veterano en otras artes audiovisuales, ha puesto en este su primer juego. Y vaya debut.
Desde el 17 de julio lo tenemos disponible en los sistemas mencionados y vamos a hacer todo lo posible para que le deis una oportunidad porque os aseguramos que ofrece unas cuantas horas de diversión.
Empezamos.

A-RED, el robot que camina… hacia la libertad
La historia con la que arranca el juego es esa, la de un robot que «despierta» en el taller de su creador. Este le ha dado cuerda y el simpático personaje metálico echa a andar… pero la cuerda se gasta, así que tendrá que recorrer el taller en busca de más «giros de cuerda» para seguir avanzando y escapar del lugar. Ni que decir tiene que nosotros seremos los que controlemos los movimientos de A-RED y los encargados de hacerle llegar sano y salvo hasta el final, que no va a ser fácil.
Los controles son sencillos: A-RED avanza siempre y nosotros controlamos su velocidad, así como la dirección. Solo con eso lo tenemos que guiar por el escenario que es, literalmente, el taller de un científico/inventor despistado y excéntrico. La cosa se complicará cuando tengamos que pasar de una mesa a otra haciendo equilibrios por un fino listón de madera… o cuando avancemos entre lápices, revistas y demás objetos que nos pueden hacer tropezar y caer, momento en el que termina la partida y regresamos, automáticamente, al último punto de guardado.
Tranquilos, porque el juego guarda automáticamente muy a menudo y no nos obliga a repetir de forma cansina e innecesaria aquel lugar que tanto nos costó pasar. Bueno, si queremos podemos repetirlo porque el juego guarda más de un punto y te da la opción de volver «más atrás».

Las múltiples habilidades de un robot de cuerda
Pero si esto se tratase de andar y esquivar y guardar el equilibrio sería divertido pero tendría el peligro de cansarnos. Afortunadamente nuestro A-RED irá adquiriendo gadchets con los que poder disparar y realizar vuelos cortos, gracias a una pistola de rayos y un jet pack respectivamente.
Y creednos, van a hacer falta. En ocasiones podemos elegir distintos caminos en distintas alturas o en ocasiones tendremos que saltar y volar y controlar el peso y la posición de nuestro metálico cuerpo para llegar más lejos. Son en estos momentos (y muchos otros) cuando vemos el brutal trabajo de físicas que tiene este, en apariencia, sencillo juego. La pistola también será necesaria porque nuestro creador ha dejado por ahí olvidadas otras creaciones que no son tan amigables como A-RED, aunque también la usaremos para librarnos de algún obstáculo, pulsar botones, etc.
Todo lo comentado forma una variedad de opciones que, usadas en el juego, convierten la experiencia en una divertida sucesión de desafíos. Un plataformas singular que premia la paciencia, la habilidad y la observación.

Fotorrealismo de un taller desordenado
Técnicamente es una maravilla. Sus gráficos realistas nos hacen creer que estamos de verdad en un taller, lleno de tornillos y herramientas, de botes de spray de pintura, de archivadores, de mesas y sillas, de revistas y de mil objetos perdidos y olvidados con los que nos vamos a tropezar. La interacción de nuestro metálico protagonista con el entorno es perfecta, ya que todos los objetos responden con lógica a la física real y, para rematar, en ocasiones se juega con la luz… y la ausencia de ella.
Una melodía sencilla que encaja en el juego y que no molesta, que incluso pasa a segundo plano para que tomen importancia el montón de sonidos que creamos al interactuar con el entorno, muy bien integrados en el mismo para recrear una sensación real de soledad e indefensión. Y esos ruiditos que emite A-RED cuando pierde el equilibrio se te van a quedar en la cabeza.

Un robot con partes por pulir
Nosotros hemos disfrutado de una versión previa al lanzamiento y hemos detectado algunos problemas. Imaginamos que serán corregidos fácilmente aquellos que hacen desaparecer una rampa o una abertura, dejándote bloqueado. Lo hemos solucionado volviendo a cargar la partida y entonces, magia, la rampa o la abertura aparecían en su sitio y podíamos seguir avanzando. Tiene pinta de ser uno de esos fallos que se solucionan con el parche inicial.
Mayor problema nos ha supuesto la cámara que, en no pocas ocasiones, te deja vendido. No puedes controlar la cámara y esta está fija, moviéndose automáticamente conforme avanzas. Te permite ver y anticipar el camino, siempre… pero el problema llega cuando aparece un enemigo que se mueve y queda fuera de tu campo de visión o cuando estás atravesando una pasarela muy muy muy estrecha y la cámara de repente te sigue y se mueve y te hace perder el control de la dirección.
No pasa mucho, la verdad, pero cuando sucede te da rabia porque pierdes la partida no por tu culpa o falta de habilidad, sino por algo que no controlas.

Conclusión: amamos a A-RED
A pesar de esas pegas tenemos aquí un nuevo juego indie que destaca por muchas virtudes. Desde ese protagonista que sin decir una frase te gana el corazón hasta su espectacular apartado gráfico. Reconocer objetos e interactuar con ellos descubriendo el camino a seguir se vuelve algo natural e intuitivo en el juego. Eso demuestra el gran trabajo en su diseño de niveles y todo el esfuerzo que se ha puesto en él.
Otras virtudes más evidentes, como el uso realista de las físicas, también son admirables. Y no os hemos hablado de las partes donde usamos electricidad, ni de su rejugabilidad (que la tiene!), ni de su fantástica intro.
A-RED Walking Robot es la opera prima de su autor. Solo un gran talento (y mucho trabajo) puede obtener este resultado final. Y aunque no se trata de un juego muy largo, se trata de un juego que se disfruta a cada momento y que apetece repetir. Una vez más, el soplo de talento y aire fresco llega desde el mundo independiente.