Análisis de Doom: The Dark Ages, para Xbox Series S. En la piel del Slayer.

Valoración
GRÁFICOS
SONIDO
DURACIÓN
Brutal
Doom: The Dark Ages es un título que mantiene toda la esencia de la saga, brindándonos momentos de acción frenética y añadiendo nuevas mecánicas que no desmerecen para nada en su conjunto. Un autentico juegazo con mayúsculas.
Es curioso echar la vista atrás y ver como ha evolucionado todo en unos treinta años. Allá por 1993 aparecía Doom, una revolución que dejó boquiabierta a toda una generación, con un shooter en primera persona que nos permitía sumergirnos en un entorno 3D muy bien ejecutado.

Toda una evolución.
Y pensar que con unos escasos 15 megas de espacio podíamos llegar a disfrutar tanto en un PC…
El caso es que no hace falta que demos un repaso a todo lo que Id software nos ha ido ofreciendo a lo largo de estos años, si no, más bien centrarnos en el título que hoy analizamos. 78Gb de juego para la tercera entrega de este reboot de la franquicia Doom, titulada Doom: The Dark Ages, el cual nos sumerge en un entorno gótico y sorprendente, pues estamos ante una precuela que nos cuenta los orígenes del Slayer, con mucha diversión y acción frenética a raudales.

El título, traído de la mano de Bethesda, se encuentra disponible para PS5, Xbox Series X|S y PC (Windows,GeForce Now y Xbox Cloud Gaming).
Lo que más llama la atención en este Doom, es el hecho de que vamos a disfrutar de un argumento repleto de cinemáticas, en las cuales se nos irá contando la historia de nuestro Slayer, dentro de un mundo entre medieval y demoníaco, con muchos ingredientes para que gocemos a través de sus 22 niveles.

Esta vez con escudo.
Y más allá del argumento, nos encontramos con una novedad bastante curiosa, pues nuestro Slayer contará con un escudo, al más puro estilo Capitán América. Sí, aparte de contar con las típicas armas, armaduras, etc., dispondremos de un escudo, con el cual podremos parar y desviar golpes y disparos, así como lanzarlo en forma de sierra y otras formas que iremos desbloqueando a lo largo de nuestra vertiginosa aventura.
Pero no os asustéis, vamos a repartir estopa a tope, ya que más allá de contar con la defensa del escudo, con el cual haremos parrys en multitud de ocasiones, embestiremos, lanzaremos y destrozaremos a cualquier demonio mayor o menor que ose interponerse en nuestro camino. La verdad es que vamos a enfrentarnos a hordas y hordas de enemigos constantemente, con lo que controlar en cierto modo las mecánicas contará a nuestro favor, y el escudo podríamos considerarlo como un arma más a nuestro alcance en este sentido.

Destrucción a lo bestia.
Ahora, aparte de apuntar y disparar, podemos fijar un enemigo, y al pulsar el gatillo de disparo, lanzarnos de golpe contra el mismo, infringiendo daño o haciéndolo añicos, dependiendo del tipo de demonio, o si va ataviado con algún escudo también. Este movimiento de avance lanzado nos sirve para seguir una estrategia de combate, sobre todo cuando nos encontramos en zonas repletas de enemigos. Al lanzarnos de golpe contra un enemigo, podremos localizar lugares con energía, munición o armadura y llegar de una forma más rápida a las mismas, mientras vamos aniquilando e intentando sobrevivir.

Y claro está, las armas también tienen un papel muy importante, pues es la base en la cual se sustenta su esencia. Tendremos la famosa escopeta, pero también utilizaremos el Triturador, que escupe trozos de huesos, o la ametralladora de clavos, entre otras. Con todas ellas vamos a hacer daño a los enemigos, pero si utilizamos cada tipo de arma contra el enemigo adecuado, podremos hacerles mucho más daño. Por poner un ejemplo, si nos vienen enemigos con escudo de hierro, haremos más pupita si disparamos con clavos o balas, quebrando su resistencia.

La sensación que se percibe ante todo lo descrito con anterioridad es de un juego muy frenético, donde vamos recorriendo cada uno de los niveles, llegando de A a B, pero con la posibilidad de encontrar recovecos ocultos que nos permitirán conseguir coleccionables y otros logros. Durante el camino, vamos a soltar mucha adrenalina, vamos a morir más de una vez y vamos a tener que plantearnos como enfocar una zona de combate para salir victoriosos. Sí, os puedo asegurar que la esencia de Doom se mantiene en todo momento.
Manejando mechas, volando con dragones…
Otro aspecto destacable reside en el hecho de que en esta ocasión se nos van a brindar algunos niveles con cambios en la forma de juego, pues vamos a poder pilotar un mecha y luchar contra enemigos gigantescos a base de mamporros mecánicos, a la par que esquivamos sus golpes y avanzamos por el nivel. Por otro lado, hay algún nivel donde subiremos a lomos de una especie de dragón, disfrutando de una perspectiva diferente y dando más vida al título, al desahogarnos por momentos de niveles cargaditos de emociones.

Estoy seguro de que habrá muchos jugadores a los que no les gustará esto de tomarse un respiro con cinemáticas o niveles diferentes, buscando más ir por lugares laberínticos intentando encontrar la salida mientras destrozamos todo bicho viviente, pero personalmente, siempre me han gustado los títulos que meten variedad de situaciones que te sacan un poco de lo lineal, sobre todo teniendo en cuenta que estamos ante un juego que nos va a tener entre 15 y 20 horas dale que te pego.
Gráficos.
A nivel gráfico estamos ante un título soberbio en sus diseños, con unos mapas muy cuidados y unas texturas espectaculares desde que arrancamos el juego. Es una gozada movernos, sentir miedo en ocasiones y lanzarnos a destrozar a lo bestia, sin tiempo para pensar, pero pensando en como sobrevivir y hacer que los demonios se conviertan en una amalgama de sangre y vísceras.

Las animaciones, efectos de luces, paletas de colores, y en general, todo lo referente a diseño artístico y técnico, hacen que todo fluya, dándonos una experiencia de juego que se goza cosa mala. Personalmente no puedo ponerle prácticamente ningún pero. El motor IDTech sigue dando bien sus frutos.
Sonido.
Y a nivel sonoro, es que no defrauda. Una banda sonora con el estilo guitarrero de siempre, dando ese empaque demoníaco y rompedor que nos hace vibrar empuñando el mando, con el gesto rígido y sintiendo como todo fluye a nuestro alrededor en cada melodía.
Los efectos son también brutales, con los disparos, golpes, explosiones, tejidos y fluidos sangrientos cayendo… Luego tenemos las voces en español, bastante bien actuadas, lo cual da ese toque extra a la experiencia.

Conclusión.
Y es que lo mejor que podéis hacer si sois amantes de la saga Doom y de los shooters en primera persona, es jugar a Doom: The Dark Ages. Se han arriesgado y han metido alguna que otra propuesta nueva, lo cual es de agradecer, pues es un pilar más con el cual se pueden hacer grandes cosas en un futuro.
El juego está cuidado en cada uno de los detalles, apostando por hacernos disfrutar nivel a nivel, con sus cinemáticas, que pueden gustar más o menos, pero ya nos dan una historia a seguir. Los niveles son una autentica pasada, y podremos volverlos a recorrer con el fin de encontrar sus secretos, o bien intentar recorrerlos todos en la primera partida, ahí ya depende de nosotros.
Y no os voy a decir más, estoy seguro de que habréis visto videos, habréis visto las capturas de este análisis, pero nada se compara a que os pongáis a los mandos y disfrutéis en primera persona esta asombrosa experiencia. ¿Estáis preparados? Coged fuerzas que el viaje va a ser potente…