Análisis de Orphans, incómoda alegoría

Con una propuesta que recuerda mucho a genialidades estilo Little Nightmares llega este Orphans, juego indie desarrollado por el estudio chileno Infinity Gears Studio. Radica mucho de su encanto en la historia que no cuenta pero que está siempre de manera presencial en los escenarios, en el tono del juego y en las sensaciones que transmite al jugarlo. Una especie de reflexión acerca de la infancia como víctima de una guerra o de un sistema que los olvida y los condena a dejar atrás la inocencia que deberían tener los niños para crecer a marchas forzadas si quieren sobrevivir. Malvivir.

Tampoco nos pongamos muy profundos o haremos huir a los posibles interesados, ya que se trata de un título divertido y en muchas ocasiones inquietante. No llega a ser tan terrorífico/onírico como la obra de Tarsier Studios (Little Nightmare), pero os aseguro que en muchas ocasiones os hará sentir incómodos.

Tampoco está tan pulido como aquel, pero guarda suficientes elementos para ser disfrutado. Está disponible desde el 18 de abril para todas las consolas actuales y PC (Steam y Epic Games) y os contamos nuestras impresiones tras jugarlo.

Una ciudad inquietante

Como ya hemos apuntado, no esperéis que Orphans os cuente una historia de la manera habitual. Aquí no hay narrativa más allá de la que tú puedes entender a través de los escenarios y de lo que sucede en pantalla. Un juego oscuro y misterioso como este se beneficia de esa críptica manera de presentarse. Todo es más siniestro e incómodo porque los protagonistas son niños que deben sobrevivir, solos, ante un entorno hostil y unos extraños e inquietantes personajes que deambulan por los escenarios y que, en caso de atraparnos, acabarán con nosotros de maneras poco sutiles.

Estos personajes son animales antropomorfos tan desagradables como ratas, gatos, cerdos, palomas… y están locos por devorarnos.

La protagonista es Victoria, una niña huérfana que debe escapar de esta ciudad maldita. Moviéndose por escenarios truculentos, por calles abandonadas o por viviendas extrañamente vacías, debemos conseguir que nuestra joven protagonista salve todos los enigmas y puzles que se planten ante ella al tiempo que esquivamos a esos enemigos.

Para bien y para mal, no estamos solos

Lo único que sabemos al comenzar el juego es que hemos llegado a esta ciudad tras un accidente marítimo y debemos escapar de allí. Lo bueno es que no estamos solas ya que encontraremos a más niños con los que debemos cooperar y así, actuando en equipo, salir vivos de allí.

Cada niño lleva una máscara siendo la de Victoria de Leona, lo que la identifica como valiente y luchadora. Otro niño llevará máscara de mono y gracias a sus acrobacias llegaremos a lugares inaccesibles o saltaremos distancias grandes… y es solo un ejemplo, pues a los largo de la aventura encontraremos hasta cuatro «amiguitos» con los que cooperar. Cada uno con su máscara de animal y cada uno con sus propias habilidades… Además de alguna mascota que también nos facilitará el avance en ciertas zonas.

Es decir, que Victoria no estará sola y en muchas ocasiones será la interacción con otros personajes lo que nos ayudará a triunfar.

Controles sencillos y algo toscos

Además de estas colaboraciones contamos con otra ventaja: un tirachinas. Con esta arma infantil podemos activar pulsadores, atacar, explotar globos y varias cosas más. Porque la mecánica de juego que presenta Orphans es simple pero suficiente: corremos pulsando un botón, saltamos pulsando otro y atacamos con el tirachinas con un tercero. También tiene un sencillo componente de sigilo cuando podemos movernos agachados… y poco más.

Por desgracia a veces los controles no funcionan demasiado fino y es muy probable que no calculemos bien los saltos (la cámara estática y sus extraños ángulos tiene la culpa) o que los enemigos nos vean a través de paredes o en la distancia. De la misma forma podemos pasar por el lado de un enemigo y que ni se entere, o que se mueva por el escenario de manera errática. Pequeños fallos en la IA de los enemigos que pueden dar con, también, pequeñas frustraciones. Sobre todo cuando el sistema de guardado automático te penalice y tengas que volver varias pantallas atrás y recorrer de nuevo, de forma tediosa, pantallas y pantallas.

La apuesta indie es evidente y gráficamente es un producto justito… pero suficiente. La ambientación está muy bien cuidada y constantemente sientes esa opresión y ese agobio que los creadores pretendían transmitir. En ocasiones nos ha recordado La Ciudad de los niños perdidos, con todo lo bueno que eso supone.

Tanto las animaciones como los escenarios presentan diseños perfectos para lo que esta experiencia ofrece. Un poco cartoon siniestro, sobretodo con los enemigos que parecen salidos de una pesadilla infantil (por favor, esa señora-paloma que nos quiere arrancar la cabeza a picotazos, que horror!)

En el plano musical y sonoro juega en la misma liga y, a pesar de tener una factura modesta, es suficiente para mantener el ambiente sobrecogedor y opresivo de la aventura.

Conclusiones

Jugar Orphans con las expectativas muy altas puede ser contraproducente. Tiene esos errores en el comportamiento de personajes, ese incómodo guardado y algunas plataformas que te harán repetir una y otra vez… pero sus puzles son muy solventes e ingeniosos y en ocasiones te pondrá de los nervios y te obligará a repensar tu estrategia para escapar del acoso del perseguidor de turno.

Su puesta en escena y su críptica narrativa sí consiguen crear una sensación especial de miedo e inquietud, amplificada por sus protagonistas, unos huérfanos desvalidos que cuentan con habilidades concretas para sobrevivir.

Su precio de salida quizá sea un poco excesivo para la duración del juego (poco rejugable, pocos coleccionables/secretos que encontrar), pero se trata sin duda de una experiencia en general satisfactoria y de otra de esas creaciones salida de un estudio independiente que nos deja con ganas de saber cual será su próximo trabajo.