Crítica: «Humanity», el rebaño humano
Historia
Jugabilidad
Gráficos
Duración
Muy Recomendable
Puzles y crítica social. Los Lemmings 2.0
Seguro que todos conocéis los juegos de los Lemmings. Hace años era una franquicia con mucho tirón que, desde 1991, se fue publicando en diferentes plataformas. Unos seres de pelo verde y sin voluntad propia que avanzaban sin pensar, incansables, siempre adelante… el problema es que delante podía haber fosos con pinchos, fuego, caídas mortales y mil peligros más. A nosotros nos correspondía dirigirlos por el mapa para que no muriesen o, por lo menos, muriesen los menos posibles.
Con esa misma premisa llega Humanity, desarrollado por THA Limited para PC, PS4 y PS5 y con posibilidad de jugarlo en VR. Pero Humanity va mucho más allá que aquellos populares Lemmings, ya que aprovecha la misma mecánica para lanzar un mensaje, más o menos velado, de crítica social.
Un líder de cuatro patas
En el juego vamos a controlar a un perro hecho de luz, una especie de perro guía que será el encargado de poner marcas en el mapa. Bien flechas para cambiar de dirección, bien marcas de salto con las que nuestros «pastoreados» personajes salvarán abismos… un buen montón de iconos/marcas que nos permitirán dirigir en todo momento a la muchedumbre.
El juego se divide en capítulos que a su vez se dividen en fases. Cada una de esas fases es un mapa 3D por donde una muchedumbre caminará, como los Lemmings, siempre hacia adelante. El problema es que los mapas contienen todo tipo de peligros, así que tendremos que usar esos iconos/marcas para redirigir el avance de la masa. Hay momentos en los que el mapa se llena de gente, una cantidad asombrosa, una locura de caminantes que nos pondrán un tanto nerviosos porque da «cosa» ver como se despeñan o se matan de las maneras más absurdas y horribles. Los caminantes salen de un portal y debemos «pastorearlos» para que lleguen a una especie de punto de extracción.
Por suerte, el juego te permite poner pausa en todo momento y controlar la cámara a voluntad para echar un vistazo al mapa y evaluar el plan a seguir. Eso sí, lo pasaremos mal porque los mapas estan muy bien elaborados, con mucho ingenio (o mala leche), y en ocasiones nos van a poner al límite y va a ser casi imposible salvar al 100% de los desdichados caminantes.
Salvar vidas es algo complicado
Nuestro querido perro protagonista puede moverse con mucha agilidad por los mapas, incluso puede «navegar» por la fila de caminantes y acceder a distintos puntos del «desfile» en pocos segundos. Esto facilita rectificar una orden o cambiarla, porque a veces vamos a tener que hacerlo para pulsar, o no, algunas baldosas que desbloquean caminos.
Es un juego de puzles muy curioso y original, pero también muy exigente. Porque si queremos avanzar en la historia tendremos que rescatar a los «goldies». Estos son unos seres antropomórficos, dorados, que se encuentran en puntos estratégicos del mapa. Para rescatarlos tenemos que hacer pasar por ellos el desfile de caminantes, y la mayoría de las veces esto nos obligará a variar el recorrido complicando bastante el asunto. El problema es que para pasar al siguiente capítulo se nos pide un número mínimo de «goldies» rescatados, así que podemos decir que este Humanity no regala nada, vas a tener que esforzarte de lo lindo para acabarlo.
Además, los «goldies» irán desloqueando muchas más cosas: ventajas y habilidades de nuestro perro protagonista que podremos usar durante las partidas… opciones nuevas de juego como el modo foto entre muchas otras cosas… nuevos modelitos de ropa y personajes para los caminantes… Y muchas sorpresas que se van incorporando de forma progresiva y le dan más vidilla a este curioso Humanity.
Gráficamente Humanity no busca sorprender ni destacar. Los escenarios son zonas de bloques poligonales, de una limpieza clínica y azul solo salpicada en ocasiones por elementos que parecen decorativos, como árboles o césped, pero no os engañéis, porque están puestos estratégicamente para estorbar y ponernor trabas. También hay zonas acuáticas que pondrán a prueba las dotes nadadoras de nuestro rebaño humano, así como otras opciones que no queremos desvelar para que las descubráis vosotros mismos… solo decir que a veces nuestros caminantes van a tener que tomar parte activa en la resolución de las fases, bien empujando bloques bien activando pulsadores.
Musicalmente destacable pero, en ocasiones, cargante
El mensaje de Humanity es bonito a la vez que inquietante. Hay una historia de fondo que sirve para conectar las diversas fases y que nos será narrada a través de una «esfera parlante» y hace alusión a esa humanidad alienada y manipulada que es la sociedad actual. Un mensaje que, no nos engañemos, solo es una excusa para darle algo de sentido al juego pero, oye, funciona. Además, acompañada de una banda sonora de lujo que casa fenomenal con el conjunto. Música experimental y disonante, sintetizadores vocales que dan como resultado una sensación fría unas veces y espiritual otras y, en no pocas ocasiones, será tan cargante y repetitiva que te invitará a desactivarla desde el menú.
La banda sonora contiene 26 pistas y presenta una variedad de temas electrónicos instrumentales, experimentales y ambientales que utilizan muestras vocales armónicas y codificación en vivo para capturar perfectamente el alcance épico y la profundidad emocional del juego.
Para los melómanos, dejamos enlace para compra digital (opciones de audio de alta calidad):
Crea tu propio Humanity
Hay una opción que aun no hemos comentado y que convierte el juego en un producto inacabable. Estamos hablando de su editor de niveles. Una de las opciones del menú es conectarse a la comunidad y descargarse cualquiera de los cientos de niveles que otros usuarios han creado. La imaginación de cada uno es el límite y esto permite que podamos disfrutar de un Humanity infinito. Por supuesto, nosotros también podremos entretenernos creando nuestros propios niveles, lo que aumenta las horas de juego y diversifica lo que se hace en él. Podemos ser creadores también y compartirlo en la red.
Conclusión
Un juego de puzles que, pese a heredar las «mecánicas lemmings», sabe reinventarlas y convertirlas en algo profundo a la vez que divertido. Ingenioso en su concepción, arte y diseño de niveles consigue ponerte al límite, sobre todo si quieres recolectar todos los «goldies» que hay diseminados en los rincones más remotos. Es decir, que completar el juego al completo es una tarea titánica pero muy gratificante.
La vida virtual de esta muchedumbre digital está en nuestras manos. No vamos a poder salvarlos a todos, pero desde luego no nos vamos a aburrir.