Críticas de cómics

Crítica: «La Cosa del Pantano. La Saga Completa», obra cumbre.

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Un imprescindible

Se trata de una de las mejores obras de uno de los mejores guionistas que ha tenido el cómic. Imprescindible.

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Los que llevamos tiempo haciendo y/o leyendo reseñas de cómics, estamos familiarizados con la década de los ´80 y su excelente «cosecha» gracias al cómic americano y la reinvención que vivió, principalmente, el género de super-héroes, el más leído de todos. Hablamos de Vertigo como la rama «adulta» de la todopoderosa DC Comics y hablamos de Crisis en Tierras Infinitas y su posterior revisión de los héroes y heroínas más emblemáticos. Sin embargo, hay una serie y unos autores que atraviesan ambas «revoluciones» comiqueras, que fueron parte de su génesis y que ayudaron a ese cambio y crecimiento. Se trata de Alan Moore, Steven Bissette, Rick Veitch y La Cosa del Pantano.

La Cosa del Pantano fue creado por Len Wein y Berni Wrightson en 1971. Gozó de serie propia, realmente digna, y se convirtió en un personaje recurrente y emblemático que se mantuvo entre el género superheróico y el de terror. Alec Holland, científico botánico, era asesinado en su laboratorio cuando realizaba ciertas investigaciones. Envuelto en llamas corrió hacia el pantano, donde se ahogó. Poco después renació como ese monstruo vengador que era la Cosa del Pantano. Y hablo en pasado, porque Alan Moore lo cambió todo.

El escritor inglés llegó como un torbellino a la serie y la recogió en su número 20… y ya no la soltaría hasta varios años después, en el número 64. Entre esos 44 números y algún que otro especial se nos cuenta toda una epopeya, una saga, una odisea digna del mejor de los personajes y que ningún aficionado al cómic (ni a la Literatura) debería perderse.

Evocadoras composiciones a lo largo de la obra

Las ediciones de esta saga son innumerables y varias editoriales han aprovechado su publicación… en grapa como hizo Zinco en su origen… en tomos en color o en B/N de Norma, de Planeta, de ECC Ediciones. Pero es esta última editorial la que nos ofrece una edición «definitiva» que se atreve a contenerlo todo, en un único volumen de casi 1200 páginas, con unos acabados de lujo y una traducción renovada para la ocasión. La Cosa del pantano. La Saga Completa es el compendio ideal para tener toda esta obra inmortal en un único volumen… y sobre esta edición nos inspiramos para redactar esta reseña.

Retomando la magnitud de la obra, insistimos en su importancia. Alan Moore profundiza en varias temáticas y utiliza para ello personajes de todo tipo e índole, desde la misma Liga de la Justicia hasta otros semi-olvidados. Además, crea su propio ecosistema y se saca de la manga, por ejemplo, a un mago inglés llamado John Constantine. Como podéis ver, esta obra contiene elementos que la han hecho trascender en el tiempo. Tal es su importancia y su legado.

Otro ejemplo. En una de las primeras historias escritas por Alan Moore para esta serie, en Lección de anatomía, se reescribe el origen del personaje. Pero se hace con una elegancia y una inteligencia fuera de lo normal. Con respeto, con lógica y sorprendiendo tanto al lector que es capaz de sacarle una mueca de asombro. Y a partir de ahí la serie te atrapa y no te suelta, te enreda con su prosa barroca, su lírica encantadora, tan fuera de lo normal para un cómic del género al que pertenece. Pero al mismo tiempo te engaña, porque mientras lees esos grandes párrafos, descubres que no te aburres ni los evitas, sino que contribuyen a crear un curioso y divertido contexto donde todo puede pasar.

Un universo verde que te lleva desde la aventura hasta el terror y de ahí a la historia de amor más romántica que imagines, salpicada de sexo y de encanto. Incluso se permite horadar en los complejos que cualquiera pueda tener al respecto, dedicándole unos geniales capítulos en los que Abby, la pareja de La Cosa del Pantano, es juzgada por sus actos «impúdicos» con un ser no-humano.

En Gotham será juzgada Abby por tener relaciones sexuales con un «monstruo»

Que en DC Comics apostaran tan fuerte por la serie y por su equipo creativo es digno de alabar. Les dejaron hacer y experimentar, les dejaron crear… y el resultado es evidente: cómic de autor disfrazado de maelstream. Hasta se permiten atravesar con su serie ese macro-evento que fueron Las Crisis en Tierras Infinitas. Un macro-evento que para el resto de colecciones supuso un «antes y un después» pero que para La Cosa del Pantano fue solo un trámite. Así de maravillosa es la serie: no tuvo que actualizarse ni cambiar, porque era una obra adelantada a su tiempo.

Evitando como estoy desvelar demasiado de la saga en sí, no puedo dejar de mencionar el arco final, que cierra de manera escandalosa la serie. Un periplo universal del protagonista que nos lleva a los confines del espacio y que permite a Alan Moore experimentar en terrenos que aun no había pisado… y que a nosotros nos deja totalmente noqueados.

Y tanto hablar de Alan Moore no debe ser impedimento para poner en su justo lugar a los artistas que le acompañaron durante estos más de cuarenta números. Stephen Bissette, John Totleben, Stan Woch, Rick Veitch y Alfredo Alcalá. Sin duda, en muchos casos, bajo la batuta del propio Alan Moore, pero que paradójicamente, se muestran libres en su concepción y ejecución de la obra. Páginas con diseños heterodoxos donde se combinan imágenes para formar viñetas o para crear extraños pero hermosos collages… juegos con la distribución de las viñetas e incluso queda tiempo para la narrativa más convencional. Pero aparte de composiciones y páginas, el estilo empleado se pone al servicio del personaje. Podemos deleitarnos en la contemplación de la Cosa del Pantano, que parece compuesto de vegetación viva.

Recrear entornos pantanosos llenos de insectos, plantas silvestres, árboles, animales… y combinarlo con una ambientación cambiante, sin duda un trabajo encomiable. Porque el cómic sabe arrancarte un escalofrío de terror o mostrarte unos gestos de puro amor… y eso a través del estilo recargado a propósito de estos geniales artistas. Varias veces he leído esta saga y siempre ha sido Stephen Bissette mi favorito, por su perfecta y precisa manera de dibujar al protagonista. Sin embargo, en esta ocasión, he disfrutado sorprendiéndome con unos acabados impactantes y experimentales a cargo de un intachable Rick Veitch. Y cuando una obra, tras ser leída varias veces, sigue sorprendiéndote, demuestra que está muy por encima de la media.

Hay ocasiones en las que el detalle con que se dibuja al protagonista es increíble

La saga de la Cosa del Pantano de Alan Moore trasciende el género. Como siempre le pasa al carismático y singular escritor, parece que está varios años adelantado al resto de creadores. Esta obra es muestra de ello y ha sido imitada hasta la saciedad… sin conseguir nunca llegar a su nivel. Lo que hizo con el personaje llega hasta la actualidad (el concepto de El Verde, por ejemplo) y decenas de autores han bebido de su creatividad. Pero no es esa la única virtud de este cómic… es su narrativa visual, que desde las primeras páginas anuncia que es insólita y especial… es su lírica y la métrica de sus guiones… es su estructura cambiante y creciente… es, en definitiva, el cúmulo de virtudes generadas por un equipo creativo en libertad y en estado de gracia.

Una saga ineludible que debe ser leída. Cuando, tras acabarla, te sorprendes pensando en aquel episodio o en aquella escena, dándole vueltas o recordando detalles, entiendes su magnitud… y sabes que tarde o temprano volverás a ella.

A partir de aquí, La Cosa del Pantano se hizo inmortal. Literal y figuradamente.

Giacco

Redactor jefe de las secciones de Cómics y Videojuegos, así como presentador de muchos de los programas de Hello Friki Podcast.

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