Críticas de cómics

Crítica: «Los Invisibles 1. Dí que quieres una revolución», Morrison desatado.

Resumen de la Crítica

General
Guión
Dibujo
Historia
Personajes
Edición

Genial locura

Una de las series más extrañas que puedas leer... pero también la más poliédrica y completa.

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Comienza ECC la publicación de otra de las piedras angulares que formaron Vértigo en su mejor momento. Se trata de Los Invisibles, la obra más personal (con todo lo que esa palabra conlleva) de Grant Morrison. Por fin, Los Invisibles, es publicado de la forma que se merece: en 7 lujosos, excelentes, tomos o volúmenes divididos por sagas. En este primer volumen, titulado Dí que quieres una Revolución, encontramos los ocho primeros números de su edición original, que a su vez comprenden los dos primeros arcos argumentales: Sin blanca en el Cielo y en el Infierno y Arcadia.

Como explica David Fernández en el magnífico artículo que cierra el tomo, Grant Morrison acometió Los Invisibles convencido de realizar la obra que siempre había querido y tras una buena temporada viajando por el mundo, de forma física y espiritual. Literalmente. Esto es algo que se comprende desde la primera página: un cómic difícil de digerir, de guiones complejos alucinates (o alucinógenos), sembrado de continuas referencias culturales. Literarias, históricas, filosóficas, religiosas, pop, etc. Todo puede pasar en las páginas de Los Invisibles. Es una experiencia casi onírica, irreal… pero también irrepetible e inimitable.

¿Y de qué va todo esto? El núcleo del argumento, paradójicamente, no es en absoluto complejo: Los Invisibles es una especie de sociedad secreta compuesta por aquellos que han «despertado» del mundo y se rebelan contra aquellos que lo controlan, malvados y temibles, utilizan al ser humano para su beneficio egoísta y malévolo. Y contado así me sigue sorprendiendo lo sencillo que parece explicar uno de los cómics más extraños y densos que he leído.

Invisibles Real

Pese a todo, Morrison quiso seguir, aunque fuera mínimamente, las reglas básicas de la narración y encontramos en los cuatro primeros números una ideal introducción al mundo de Los Invisibles. En esta primera historia en cuatro partes acompañamos a Dane McGowan en su despertar como Invisible. Empezamos a conocer la célula liderada por King Mob (personaje que es el mismo Grant Morrison) y los personajes que la componen. Cada célula de Invisibles está compuesta por cinco miembros, cada uno simboliza un elemento (¿los elementos no eran cuatro? Bueno, sí… pero no olvidemos el carácter de esta obra. Morrison nos asegura que existe un quinto elemento, el espíritu). El quinto miembro de la célula liderada por King Mob ha fallecido y deciden incorporar a Dane a sus filas, como quinto miembro. Para su epifanía Dane conocerá a Tom el loco, un excéntrico vagabundo que, por supuesto, es otro Invisible que le sirve como mentor. De esta forma, paralelamente al joven Dane, nosotros también descubriremos que demonios es todo esto de Los Invisibles y de la guerra que mantienen con los oscuros amos del mundo.

En el último arco, Arcadia, acompañamos al grupo de King Mob al pasado (a la Revolución francesa), para buscar a un miembro de la sociedad Invisible y traerlo 200 años en su futuro. Pero el viaje temporal tiene más riesgo de lo esperado y, mientras nuestros protagonistas contemplan como baja la guillotina, un temible villano (genial Xipe Totec, dios azteca rescatado de la mitología mexicana) se cierne sobre ellos, indefensos. Este arco es usado por Morrison para explorar esa convulsa época revolucionaria que tanto tiene que ver con la filosofía de la serie. En ella encontraremos muchos personajes históricos reales, tratados de forma deliciosa y rigurosa… y gamberra, también.

Invisibles 5 Orlando

En el apartado gráfico tenemos (y tendremos en los futuros tomos) un singular baile de autores. Steve Yeowell, Duncan Fegredo y Jill Thompson comparten el trabajo en este volumen. Personalmente nunca me ha gustado este aspecto de Los Invisibles. Se me antojan estilos muy sobrios y estáticos, sobre todo en el caso de Yeowell, al que siempre le he visto una gran similitud al estilo del gran Carmine Infantino, salvando las distancias. Es cierto, también, que Jill Thompson tiene la ventaja de trabajar con la parte de la historia que transcurre en el siglo XVIII, y le permite lucirse más. Siempre me pareció que la gran obra de Morrison flaqueaba en el dibujo. Aunque quizá sean solo mis propios prejuicios, pues me cuesta encontrar un dibujo que pueda encajar en la obra.

Con estos ocho primeros números, con este primer tomo de ECC, quedan sentadas las bases de lo que es la serie. Se han marcado las reglas, pero no los límites… y eso que parece difícil superarlos después de haber visto al mismísimo John Lenon convertido en un dios, después de ver al marqués de Sade fascinado por la trascendencia de su obra, después de maravillarnos con las revelaciones de Tom el loco, después de comprobar el dominio que Morrison tiene de las distintas mitologías. Pero se superaran. Los Invisibles es un inmenso puzzle cuyas piezas parece no solo que no encajen, sino que pertenecen a distintos modelos y fotografías… pero todo tiene sentido. Todo se entiende, incluso cuando lees escenas y frases inconexas, una extraña sensación de certidumbre permanece. Y es que el mundo de Los Invisibles y su eterna lucha no nos resulta tan ajena. Que va. Permanece constantemente familiar en nuestro inconsciente.

Algo muy inquietante, por cierto.

los_invisibles_num1

 

Giacco

Redactor jefe de las secciones de Cómics y Videojuegos, así como presentador de muchos de los programas de Hello Friki Podcast.

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