Críticas de videojuegos

Crítica: Metro Exodus. Un viaje sin retorno.

Resumen de la Crítica

General

Realmente sorprendente

Mezcla con acierto el shooter clásico de la saga con un medido sandbox, además de combinar el terror y la acción con la estrategia y la supervivencia. Un juego completo también en su aspecto narrativo y en su profunda historia.

Valoración de los Usuarios 4.85 ( 1 votos)

Metro Exodus

La saga Metro se inició en 2009 con la novela Metro 2033 escrita por Dmitri Glujovski y supuso el inicio de una exitosa saga literaria (cuya última entrega llegó a las librerías hace unos meses, Metro 2035) y saltó al mundo del videojuego con dos interesantes títulos que llevaban el apocalíptico mundo descrito en las novelas a las pantallas de consolas y ordenadores. Metro 2033 y Metro: Last Light eran esos primeros juegos que concluyen con esta entrega final que analizamos aquí. Metro Exodus. Esta breve entrada me permite introducir la pregunta «del millón»… ¿se puede jugar Metro Exodus sin conocer o haber jugado previamente este universo? La respuesta es categórica: Sí.

Metro Exodus cuenta con un arranque lo suficientemente elaborado como para ser, por sí solo, una aventura cerrada y completa que no exige ni precisa conocimiento previo. Está tan bien narrado que su inmersión inicial es, simplemente, impecable. Vamos a explicarlo…

Argumento, historia, personajes…

Nos encontramos en el año 2036. Hace veinticinco años que la Tierra fue devastada por la guerra nuclear y solo unos pocos miles de supervivientes han conseguido resistir ocupando los túneles del Metro de Moscú. En la superficie, la contaminación y la guerra civil tras el holocausto fueron sucedidos por la aparición de feroces seres mutantes, violentas bestias surgidas del horror postapocalíptico. Todo esto y mucho más se nos cuenta al arrancar el juego de una manera magistral y original: somos testigos de todos estos sucesos, los vamos contemplando, desde la ventana de un tren en el que viajamos… mientras una voz en off nos relata los acontecimientos. Se trata de un travelling que avanza al compás de nuestro vagón y con cuyo avance contemplamos los funestos acontecimientos que sirven de base para el resto de la aventura y, de un plumazo, nos resumen el fascinante universo de la saga Metro.

Ya en el juego, encarnamos a Artyom (protagonista de la primera y tercera novela), un joven idealista que no se resigna a vivir para siempre en los lóbregos túneles del metro de Moscú. Forma parte de la Orden, que se encarga de vigilar y proteger tan precario lugar de los ataques de seres hostiles, humanos o bestias. Para desesperación de sus compañeros espartanos y de su esposa, Anna, nuestro personaje se ha aficionado a explorar el exterior… las ruinas de Moscú. Allí busca otros supervivientes y, siempre sin perder la esperanza y ayudado por una radio, busca lugares más amables y colonias exteriores donde poder comenzar una nueva vida.

Pero la realidad que le ha tocado vivir es implacable y sus «excursiones» al exterior suelen terminar mal… bien por acabar contaminado por radiación o herido por elementos hostiles. De hecho, el tutorial del juego es una de estas salidas de Artyom, de la que debemos sobrevivir y solo lo lograremos gracias a la intervención de nuestros compañeros. Una manera sutil de introducir el carácter de «grupo» tan presente en todo el juego.

En un momento dado localizaremos la que será otra gran protagonista de Metro Exodus: la locomotora Aurora. Encontrar este medio de transporte y localizar un mensaje de radio que nos insta a viajar hasta los Urales, donde otros supervivientes han conseguido establecerse, es el siguiente paso en la aventura… y poco más vamos a contar de su argumento. Este es el inicio y a partir de aquí nos espera un apasionante y peligroso viaje por la Rusia postapocalíptica, plagado de amenazas de todo tipo.

El grupo a bordo de Aurora formará parte de nosotros a partir de ahora. Los camaradas combatirán codo con codo y alguno nos acompañará en las misiones que se suceden a lo largo del viaje… misiones que son tan variadas como peligrosas. En ellas encontraremos posibles aliados… o enemigos, todo depende de como los tratemos e interactuemos con ellos. Nuestras decisiones serán determinantes a la hora de que se nos unan nuevos miembros al equipo, de encontrar alianzas con reductos de supervivientes… o pueden resultar fatales para el destino de alguno de nuestros compañeros. Porque es fácil que alguno muera por el camino. Este carácter dinámico que hace de nuestras decisiones elementos determinantes para el desarrollo de la aventura confiere a Metro Exodus una rejugabilidad muy interesante.

Entre los compañeros y aliados que encontramos a lo largo de la aventura hay una gran variedad. Desde los principales como Anna, que nos apoyará en algunas misiones con su infalible puntería, o como Tokarev, el maestro armero que nos ayuda a mejorar nuestras armas… pasando por lugareños fanáticos de la religión más absurda, a salvajes criados en «libertad», a grupos de bandidos… que interactúan con nosotros en un perfecto doblaje y de la manera más lógica. En ese aspecto la IA es muy interesante y, salvo por pequeños detalles (p.e: nuestros compañeros charlando amistosamente mientras somos atacados a pocos metros de ellos por hordas de vigilantes), se comportan de forma coherente, tanto los aliados como los enemigos.

En esa categoría, la de los enemigos, podemos encontrar una diversidad realmente imponente. Enemigos humanos que actúan en solitario o, habitualmente, en grupo y lo hacen de forma organizada… mutantes «tipo zombi», que son torpes y lentos pero letales si te llegan a alcanzar, además de muy diestros arrojando piedras… los vigilantes, que son unos seres comunes en los páramos radiactivos y se caracterizan por su fiereza y determinación. Te olisquean, te buscan y, si te localizan, rugen y aúllan avisando a la manada, que se lanzarán hacia ti en vertical con sus letales garras y afilados colmillos… los seres acuáticos o anfibios, que surgen del agua cuando menos te lo esperas… la fauna salvaje, agresiva y mutada en muchas ocasiones (cuidado con los osos). Dejándome intencionadamente en el olvido a muchos otros, podéis haceros una idea de la rica variedad de peligros que nos esperan en este viaje en tren a través de la devastada madre Rusia.

Gráficos

A4 Games es sinónimo de impacto en lo visual, no hace falta más que echarle un vistazo a los títulos anteriores a este Metro Exodus para comprobar como cierta esta afirmación… y sin embargo van un paso más allá con este título. Los modelos de todos los personajes (y hay muchos) están detallados con cuidado y esmero, dotando de realismo a cada uno de los secundarios que viajan con nosotros. Tampoco se ha escatimado en la infinidad de enemigos humanos o potenciales aliados que vamos encontrando a lo largo del viaje, ni con la gran variedad de monstruos y mutantes (y fauna) que aparecen a lo largo de las misiones. Quizá los enemigos acuáticos y su movimiento por el agua resulte algo artificial a la vista, llegando a ser molestos los sustos que de forma demasiado habitual recibimos al ser abordados por ellos. Eso sí, una vez se plantan ante nosotros, percibimos todo el horror en sus cuidados diseños.

Lo que sí impresiona es el cuidado diseño de los escenarios. Y aquí hay que detenerse un poco. En Metro Exodus encontramos partes del juego que se desarrollan como snadbox y otras partes como shooter lineal (en el siguiente apartado lo explicamos). En los capítulos estilo sandbox vamos a alucinar con los enormes entornos repletos de detalles y habitantes, con una línea de dibujado del horizonte más que aceptable. La desolación y el cataclismo, el caos, se respiran en esos entornos… que más avanzado el juego variarán a escenarios más salvajes y naturales. El ciclo día y noche está mucho más conseguido que en otros títulos, en los que pasamos de uno a otro casi sin darnos cuenta, pero en este caso vamos a notar como la luz crepuscular va llenando de sombras nuestro entorno de forma progresiva… y al contrario, como la luz gana terreno a la noche. Y cada uno de esos ciclos con su vida propia (de noche abundan las bestias y las anomalías eléctricas y de día, los bandidos que dormían, campan por el mapa buscando recursos).

Otro aspecto que llama mucho la atención es la cuidada climatología. Aquí la lluvia intensa molesta y reduce la visión… y el sonido. Si llevamos puesta la máscara es todavía peor (existe un comando para limpiar las gotas de lluvia del cristal en la máscara). Pero la lluvia es solo una de tantas, ya que encontramos niebla, nieve, ventiscas… y todas reconstruidas de forma realista para dotar al juego de mayor presión y atmósfera.

Un apunte final en este apartado para las armas. Muy al estilo steampunk, la civilización superviviente ha tenido que reinventar las armas de fuego con aquello que encontraba. Las armas en Metro Exodus (bueno, y en los otros Metro) están diseñadas de tal forma que podrían fabricarse en la vida real, tal es el nivel de detalle que ha puesto 4A Games en el juego. Pistolas, escopetas, rifles de fabricación casera y con la posibilidad de ser modificadas a nuestro gusto. Visualmente las armas destilan un aspecto «casero» y «artesano» que choca al principio y se gana nuestra simpatía con el uso (y cuidado que se encasquillan veces!)

Podríamos seguir con más detalles en cuanto al diseño de vehículos (que también los hay durante la aventura) aunque en ese aspecto ganaría de calle la locomotora Aurora… en el diseño de fases (con un sobresaliente alto en este aspecto que consigue que las fases sandbox sean entretenidas y las fases shooter sean frenéticas)… en el diseño de edificios… en la narrativa visual… Además, incluye un avanzado «modo foto» con el que podemos capturar bellísimas imágenes del juego o inmortalizar los horrores que encontramos en nuestro viaje.

Estilo de juego, jugabilidad

En este aspecto también Metro Exodus destaca. Si bien no inventa ningún estilo nuevo (ni falta que le hace a estas alturas) combina como pocos lo mejor del shooter y del sandbox. 10 fases completan el juego y esos dos estilos se van alternando de tal forma que en las concebidas como sandbox (mundo abierto) encontramos fases largas y repletas de posibilidades. Especialmente complicadas por lo duro y cruel que resulta esta Rusia post-nuclear, ya que nos movemos por amplios exteriores dominados y repletos de todo tipo de enemigos. Es en estas fases donde prima el sigilo, la astucia y la supervivencia… y también la estrategia. Debemos de lidiar con las rutinas de los enemigos, saber si será mejor movernos de día o de noche, gestionar los escasos recursos y pensar muy bien como afrontar cada misión para poder salir vivo. Y la cosa va más allá. Por ejemplo, podemos girar las tornas si conseguimos que unos enemigos depongan las armas y mostramos clemencia… es posible que valoren nuestro acto de perdón y se transformen en aliados (o no).

Pasamos a las fases de estilo shooter, más genuinas dentro de esta saga. La estrategia de antes pasa a un segundo plano y prima la acción, el tiroteo, la respuesta rápida y la adrenalina. Se nota que A4 Games se siente más seguro en este terreno y vamos a disfrutar de acción vertical que no se sale del corte clásico en este tipo de juegos (ir del punto A al punto B). Esta simplicidad, combinada a lo comentado en el párrafo anterior (mundo abierto, secundarios que proponen misiones paralelas, mapa que explorar…) otorga a Metro Exodus un elemento cambiante que resulta divertido y refrescante.

A todo lo anterior añadidle que no se reduce a un género cerrado. Es decir, se trata de un sandbox/shooter en primera persona bélico, post-apocalíptico, con toques de estrategia, infiltración y mucho, pero que mucho survival horror. Ese es otro de los grandes aciertos del juego, dejar que pensemos que estamos en un juego de supervivencia futurista, de acción, para soltarnos a la cara un susto de órdago que introduce nuevos enemigos terroríficos. Variedad no falta en el título.

No podemos acabar este apartado sin avisar de la dificultad del juego. Si bien no se trata de una proeza imposible, Metro Exodus es un título exigente, sobre todo en las fases de mundo abierto. Ahí nos obliga a ser cautos y meditar nuestros pasos, no ir a lo loco y aprovechar todos los recursos que encontremos en el devastado mundo exterior. Las fases tipo shooter son más «jugables», y sin abandonar la táctica, nos van a permitir desfogarnos a tiro limpio. Y lo mejor de todo, cada uno de estos cambios en la jugabilidad están pensados para que entren en escena en el momento preciso.

Impresiones finales

Metro Exodus es la última entrega de esta franquicia de shooters que se atreve a ir un paso más allá. Los puristas pueden argumentar que no es un sandbox propiamente dicho, pero sin duda no era lo que pretendían sus programadores. Así que por su mezcla de estilos, por su argumento cambiante (que pena no poder ahondar en él, pero preparaos para las sorpresas, los giros y para soportar el peso de vuestras decisiones), por sus excelentes gráficos y por su maravillosa ambientación… nos encontramos ante el mejor de toda la saga, que mantiene la coherencia con la historia general (incluso con las novelas, aunque los juegos vayan un poco por su lado) no en vano el propio Dmitri Glujovski colabora co 4A Games y sabe aportar elementos nuevos y atractivos. No innova ni inventa, pero entretiene, sorprende, engancha y es altamente rejugable.

Os invitamos a viajar en el Aurora. Pero el billete solo es de ida.

Lo Mejor

  • La ambientación
  • La historia
  • La sabia combinación de estilos
  • Los personajes y sus múltiples interacciones

Lo Peor

  • Algunos picos de dificultad
  • La IA de algunos enemigos en espacios abiertos
  • La IA de los secundarios en algunas situaciones

Giacco

Redactor jefe de las secciones de Cómics y Videojuegos, así como presentador de muchos de los programas de Hello Friki Podcast.

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