Críticas de cómics

Crítica Osamu Tezuka 02: Devorar la Tierra

Resumen de la Crítica

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Personajes
Historia
Edición

“Así vosotros también la adorareis y quedaréis poseídos”

Tezuka visionario.

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Como asiduos lectores de cómics debemos congratularnos gracias a otro lanzamiento en nuestro país de los tesoros narrativos ocultos del maestro japonés. Cada publicación de un Tezuka en el catálogo editorial español hay que celebrarlo como el partido del siglo más animado de la temporada o como el estreno cinematográfico más esperado del año. Además empiezo a darme cuenta que las editoriales están seleccionando últimamente obras más concentradas y cerradas que otras más estiradas tipo Buda, El árbol que da sombra, Black Jack o Astro Boy. Y otro denominador común es el público objetivo al que se destinan estas lecturas, el adulto, alejándonos de propuestas más infantiles o juveniles de las que las librerías ya se han nutrido en demasía, sin desmerecerlas por supuesto. Y es que si ya en las de este corte se entrevén las inquietudes humanistas del autor con metáforas más ingenuas y optimistas, en las últimas publicadas la profundidad en el mensaje y la crudeza explícita plasmada es mucho más directa, consiguiendo el lector sacar más partido a todo lo que concierne la personalidad del profesor. Un ejemplo de lo anterior es Devorar la Tierra, otro claro exponente de sus episodios negros donde el autor escribe otro capítulo en su particular diario personal de la parcela más miserable, mezquina, hipócrita e insensible del ser humano. Si en Alabaster atacaba ferozmente la superficialidad de la sociedad y la oscuridad que los sentimientos reprimidos pueden absorber con motivo de ello al cobijo de los clásicos de la literatura fantástica, si en La Canción de Apolo la lucha encarnizada entre el amor y el odio antojaba triste resultado y en MW la corrupción y el ansia de poder producía víctimas indefensas originando monstruos espirituales, en la que ahora nos ocupa se mezcla todo lo anterior con nuevos apoyos dramáticos que ejemplarizan exactamente la impotencia del maestro ante una sociedad que lo devora todo a su paso comenzando por ella misma. Pero lo que más asombra leída a día de hoy es el tremendo paralelismo con la sociedad contemporánea en todos los ámbitos: el social, el económico y el geopolítico. Un escalofrío recorría mi cuerpo según avanzaba la lectura. Los editores han acertado de lleno en este sentido porque es imposible no mirar lo que nos rodea a día de hoy después de leer cada capítulo de esta novela gráfica. Como si de un oráculo se tratara, ya a finales de los 60, época donde se crea este catálogo visionario, el autor adelanta lo que le espera a la población mundial cuando el único objetivo de los poderosos es amasar fortuna y poder a costa de una minoría ciega y sorda que mira a otro lado, atisba la culminación de crisis económicas de diseño aprovechándose del consumismo extremo y superficial de una ciudadanía pendiente de obtener la felicidad con las modas forjadas por esos mismos poderes, al amparo de políticas que protegen esas prácticas. Un círculo vicioso cuyo destino deja a una humanidad despojada de humanidad. Una posibilidad futura de las mejores historias de ciencia ficción distópicas salida de unos años, donde la imaginería de los autores de este tipo de obras era infravalorada, pero que el tiempo y sus mensajes los han puesto en el lugar que merecen.

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La excusa para este torrente de ideas surge de otro recurso típico en el contexto social como es la lucha de sexos. En efecto, una misteriosa mujer, Zephyrus, obsesiona a todo hombre cuya mirada se cruza con su belleza exprimiéndoles al máximo hasta desnaturalizar cualquier atisbo de raciocinio, haciendo su presentación en la guerra del pacífico hasta los años sesenta, sus objetivos acaban como juguetes a manos de un niño travieso con consecuencias muy gravosas para sus víctimas. La aparición de un joven ingenuo y adicto al alcohol, Gohonmatsu Seki, pondrá a prueba el terrible plan de la misteriosa mujer cuyos orígenes datan de un conflicto doméstico mortal patrocinado por la avaricia, el poder físico y unas leyes anticuadas e injustas. A partir de aquí, un Tezuka muy pesimista en la civilización contemporánea a su escritura abrazará todos los estilos y géneros posibles para contar una historia grande y descomunal, muy ambiciosa, con mucha fuerza y con un claro mensaje apaciguador y mediador. Contada a través de tres generaciones, la acción se desenvolverá en géneros como el histórico, la ciencia ficción, de aventuras, drama, suspense y acción, con escenarios muy bien ambientados como es la escenografía empresarial, militar, urbana y exótica de tierras extrañas. Desde las envidias de los trajeados de “Los Canallas Duermen en Paz” (Akira Kurosawa, de 1960) hasta las islas gobernadas por estrambóticos megalómanos de “Agente 007 contra el Dr. No” (Terence Young, de 1962) con muchas dosis de cinismo e hipocresía marca “Desayuno con Diamantes” (Blake Edwards, de 1961) y añejas ficciones post apocalípticas. Un pedazo de obra. Todo bien mezclado y agitado donde el materialismo y la superficialidad, la codicia y la instauración de políticas desiguales y abusivas serán las bases de la vengativa Zephyrus para destruir la civilización y  empezar de nuevo. ¿Puede ser Gohonmatsu, el ingenuo y conformista de buen corazón sometido al alcohol que sirve de antídoto contra la hipnótica mujer, el vehículo donde el autor intente enderezar el rumbo y hacer ver que hay todavía esperanza y gente de bien?, esta y más reflexiones surgirán en la mente del lector a medida que pasa las páginas.

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Si además el maestro no tenía suficiente para utilizar el plan de la protagonista femenina y el desconcierto que representa el masculino para descubrir esta eficaz crítica social, como si de inspiraciones puntuales se tratara y evitando la posibilidad que su don creativo lo descarte, se permite introducir pildoritas narrativas en medio del gran plan como arreones imaginativos periódicos con historias aún más crudas y viscerales, tristes moralejas que comparten ficción con la trama principal, cuyos efectos se traducen precisamente en estas microhistorias.

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Mientras que en occidente a finales de los 60 los comics no salían de las aventuras y misterios ligeros. Los superhéroes se convertían en el motor definitivo de la industria. La comedia y el romanticismo se presentaban con tantas limitaciones que rozaban las de las clásicas historias de ciencia ficción y el género negro parecía la única aproximación a esa sociedad que no se quiere ver, pero con las prohibiciones típicas de lo políticamente correcto en el lenguaje del medio, en Oriente se publicaban dramas costumbristas adultos y de mucha dureza como la vida misma.Eso sí, disfrazados en envoltorios pulp que dan lo que piden unos lectores fascinados por la fantasía y la ciencia ficción de pasado mañana. Un todo en uno que legitima a cualquiera a enorgullecerse de que le diera por leer cómics.

Chikyu O Nomu, Tezuka Productions. Devorar la Tierra, ECC Ediciones. Rústico. Blanco y Negro. 520 pags. PVP: 27 €. Fecha de edición: Diciembre 2015.

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