Críticas de cómics

Crítica: «Parasyte 7», los verdaderos parásitos.

Resumen de la Crítica

General
Guión
Dibujo
Personajes
Historia
Edición

Muy recomendable

Ya aclaradas las estrategias del autor, solo queda establecer el ritmo y las consecuencias hasta el final de la serie. Un tomo trepidante de infarto.

Valoración de los Usuarios 4.7 ( 1 votos)

El final del tomo anterior dejaba una escena a medias. Metidos en la intensidad del momento, el corte llegaba como uno de esos frustrantes momentos televisivos en los que la pausa para publicidad te pilla por sorpresa y te deja aturdido. Los sucesos en la vida de Miggy y Shinichi se han acelerado de tal forma que no tenemos tiempo a reaccionar. Pero si las tramas comienzan a resolverse por la cercanía del final de serie, lo mismo pasa con el mensaje que Parasyte quiere transmitir.

Ya quedó más o menos claro en el tomo previo e, incluso, leyendo entre líneas se podía percibir… lo que Hitoshi Iwaaki nos estaba diciendo todo el tiempo es que el «Parásito» al que alude el título no se refiere a esa especie invasora, sino a los seres humanos. Somos nosotros los que, con nuestro afán destructivo y explotador, actuamos como parásitos fatales para nuestro planeta y este, como un ente vivo, actúa en consecuencia para su supervivencia. El mensaje estaba ahí, velado, para que poco a poco lo fuéramos asimilando y fuéramos entendiendo que los Parásitos no han llegado con un interés voraz o aniquilador, sino que son instrumentos de control. Y una vez comentado el mensaje que hay «detrás» , vayamos al que hay «delante»…

Los humanos han decidido erradicar la amenaza parásita y no van a ir con medias tintas, pues saben que cualquier paso en falso puede acabar en masacre dado el alto nivel de agresividad y violencia que suelen llegar a mostrar estos seres. Para identificar a los parásitos, que se esconden entre nosotros y son virtualmente invisibles, tenemos dos métodos muy originales: una compleja operación militar que hace pasar a la población por unos arcos de rayos-x y, la que más me gusta, la capacidad deductiva de un tipo realmente singular… un asesino en serie. Su frialdad y su conocimiento del alma humana le permiten ver y distinguir (por los gestos, por las reacciones, por las miradas) a los humanos que tienen un parásito en su interior. Este nuevo y turbador personaje, que conocimos en el tomo anterior pero que se desarrolla en su plenitud en este, responde al nombre de Uragami y da tanto miedo o más que los propios parásitos. Incorporar a estas alturas un nuevo personaje y que aporte tanto es algo que desde luego no esperaba.

 

Destaca también en este tomo el alto grado de gore. Iwaaki recupera esa característica, muy abandonada en los tomos previos. Pero si el tono de «casquería» se hubiera mantenido al nivel de los primeros tomos, las brutales escenas que podemos contemplar en este no causarían tanto impacto. Porque el nivel es fuerte: parásitos decapitando y cercenando miembros, disparos y víctimas colaterales, Uragami haciendo de las suyas… además de la aparición de Goro, un parásito evolucionado que será el enemigo a batir no solo por los protagonistas, sino por la misma Humanidad. 

Todas las tramas se están cerrando ya desde este penúltimo tomo… la influencia de los parásitos infiltrados en las altas esferas, la relación de Shinichi y Satomi. Todo se está preparando para ese gran final que está a punto de llegar… porque al igual que pasó con el tomo anterior, el final de este es un cliffhanger de libro. El sadismo del autor queda de manifiesto, no por ofrecernos irrepetibles escenas de horror, no por incomodarnos con ese mensaje ecologista que debería azotar nuestras conciencias… sino por dejarnos colgados en mitad de una escena trepidante, trascendental. Las semanas que faltan hasta que llegue el octavo tomo van a ser… eternas!

  • Parasyte 7. Planeta Cómic.
  • rústica con solapas. b/n. 276 pp. 9,95 €

Giacco

Redactor jefe de las secciones de Cómics y Videojuegos, así como presentador de muchos de los programas de Hello Friki Podcast.

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