Críticas de cómics

Crítica: «Wonder Woman. Sangre. La Saga Completa», de ECC Ediciones.

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Muy Recomendable

Al completo una de las mejores etapas del personaje en su época más reciente.

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Diez años después de que se reconstruyera el Universo DC, reinventándose en Los Nuevos 52, nos llega recopilada en un solo tomo, de forma integral, toda la etapa con la que Wonder Woman entró en dicho reinicio. Brian Azzarello y Cliff Chieng fue el equipo creativo elegido para contar las aventuras de uno de esos iconos de la compañía. La responsabilidad era alta, pero la profesionalidad y competencia de los encargados era garantía de éxito. Azzarello fue ayudado por otros dibujantes a lo largo de los más de 35 números que componen esta saga llamada Sangre y en la que se incluyen nuevos personajes con viejos roles, viejos personajes con nuevos roles… y grandes dosis de épica. No es la primera vez que os hablamos de esta saga en Hello Friki, pero su regreso en formato íntegro, en un tomazo de más de 800 páginas publicado por ECC Ediciones, excusaba que volviéramos a acercarnos a ella. Vale la pena.

Para empezar, en esta edición se ordenan de forma cronológica todas las grapas que componen Sangre, iniciando el tomo con aquel número «cero» y el Secret Origins #6 que se publicó en 2014. Así tenemos una visión continuada de la nueva etapa de la amazona. El grueso volumen incluye todas las portadas originales y algunos bocetos de personajes. En definitiva, tenemos en un único ejemplar toda la saga al completo.

Azzarello tenía claro que su aportación a la serie debía ser única y viró la historia hacia la mitología, dando gran importancia a los dioses griegos tan determinantes en el mundo que rodea a Wonder Woman. Pero hizo algo más… primero, vinculó la relación de la heroína con estos dioses de forma más estrecha y directa, otorgando importancia capital al panteón compuesto por Dionisio, Hermes, Hades, Hera, Ares, etc. También decidió otorgar una forma distinta a dichos dioses, alejándose del aspecto «clásico» que ya vimos en otras etapas anteriores, como la de George Pérez, y sintonizando más con el moderno concepto de «dios-clásico-venido a menos» que, por ejemplo, Neil Gaiman ha popularizado en alguna de sus creaciones. En este sentido, la aportación de Cliff Chiang es determinante a través de sus diseños.

A lo largo de la saga Wonder Woman tendrá que lidiar con la cólera de Hera, despechada esposa de Zeus, ese dios picaflor que ha ido dispersando su semilla y su prole por todo el mundo. Cansada de estas traiciones matrimoniales decide acabar con la última de esas aventuras sexuales convertida en niño/a sin padre. Afectada de forma familiar y directa, Wonder Woman defenderá con su vida a Zola y su bebé de la venganza de Hera. Contará con algunos dioses aliados y otros que, conspirando por el trono del Olimpo ante la desaparición de Zeus, jugarán una retorcida partida de intereses.

Y en medio de esta persecución y guerra de dioses llegará la sorpresa: algunos de los hijos de Zeus son conscientes de su poder y entran en la contienda, desafiando a sus tíos y bregando por conseguir sus oscuros planes. Entre ellos destaca El Primogénito. Y a lo largo de 800 páginas asistiremos a esta guerra celestial que puede tener consecuencias fatales para todo el Universo.

Intereses y manipulaciones, sacrificios y traiciones, batallas y amor… Sangre ofrece todo lo que una gran epopeya promete, sabiendo mantener una tensión constante que va creciendo en el fondo hasta llegar al los números finales y apoteósicos. Un gran viaje por el que transitan cantidad de personajes que vienen y van, toman protagonismo o dan un paso atrás para cedérselo a otros… siempre situados en el lugar correcto para que Azzarello los maneje y los utilice en favor de la historia.

Aunque Wonder Woman es la gran protagonista, en muchas ocasiones cede el lugar a otros personajes que consiguen variedad y movimiento en el relato. La profundidad de los mismos también es destacable y se desarrollan de manera lógica, con evoluciones nada forzadas ni excesos. La narración sigue un ritmo constante y natural, plagada de momentazos que animan a seguir leyendo y que mantienen el interés sobre la lectura a base de giros y contundentes momentos.

Cliff Chiang aporta su personal estilo, de trazos rectos y firmes que esconden gran virtuosismo en la composición de retratos, figuras y, sobre todo, en su narrativa visual. Jugando con viñetas grandes o pequeñas, con grandes panorámicas o contundentes páginas que parecen explotar. Su Wonder Woman es poderosa y recia a la vez que hermosa y grácil y, sobre todo, el diseño de dioses y monstruos, influenciado por esa visión moderna de los mitos, se transforma en una mirada actual y divertida de los dioses clásicos. Destaca Discordia o Hefesto, una por ser tan radicalmente diferente y otro por mantener ese aire clásico.

Pero no todo van a ser alabanzas, porque en un evento tan dilatado hay hueco también para errores o decisiones discutibles. Por ejemplo el baile de dibujantes sustitutos, que hacen echar de menos a Chiang porque se rompe una cierta coherencia visual. Aunque se busquen algunos autores de estilo similar o intenten mantener el mismo patrón, la diferencia es palpable no ya por variación de calidades, sino por el carácter personal del trazo y el estilo del artista neoyorkino. Al ser un autor de marcado y singular trazo, su ausencia se deja notar en esta saga que avanza de manera tan continuada. Es decir, no existen saltos en la historia ni en la narración, pero esta se rompe a veces por la diferencia visual de un número a otro.

Otra cosa que no nos ha gustado es el diseño de algunos personajes, como Hades o Poseidón, que rizan el rizo de lo innovador, pero eso es un aspecto opinable… ponemos mejor la crítica en la manera de mostrar a Afrodita: esta diosa aparece desnuda completamente y se le supone una hermosura perfecta. Decimos se le supone porque siempre aparece fuera de plano y no se le ve nada más allá de un hombro o un trozo de cabello. Para una visión tan vanguardista y moderna, sin complejos, del panteón griego, esta decisión nos suena poco menos que contradictoria. Sin embargo todas estas críticas son aspectos menores que no eclipsan la calidad global de la obra.

Quizá deberíamos criticar más que una serie tan extensa tenga, inevitablemente, algunos momentos de baja intensidad… o la innecesaria inclusión de personajes como Orión y algún otro de Nueva Génesis que aparecen casi de forma anecdótica y tangencial. Pero siguen siendo, como en el párrafo anterior, males menores que quedan sepultados por la magnífica sensación de obra global y redonda que deja la lectura de Sangre.

Nos falta saber si este panteón será recuperado, o alguno de sus componentes, dentro del Universo DC… o simplemente se les dejará caer en el olvido. Tienen potencial para explotar e, incluso alguno de ellos, podría ser capaz de protagonizar su propia serie. El Primogénito también es comparable como villano a los más poderosos y peligrosos contendientes de grandes sagas como pudiera ser Trigon, Doomsday o Siniestro, por lo que no vamos a descartar su recuperación en un futuro. por personalidad y «peligrosidad» bien lo merecería.

Sangre es una de las últimas grandes sagas protagonizada por Wonder Woman, la amazona y heroína que recientemente está siendo llevada al cine con gran éxito llegando por ello a más público. Y este tomo, por su carácter integral, es además una forma perfecta para conocerla en su medio natural y original: el cómic. Porque contiene todo lo necesario: la historia del personaje desde sus orígenes, una epopeya larga e intensa y un final cerrado. Una puerta de entrada al personaje para nuevos lectores y una serie con calidad de sobra para satisfacer, al mismo tiempo, a los veteranos.

Giacco

Redactor jefe de las secciones de Cómics y Videojuegos, así como presentador de muchos de los programas de Hello Friki Podcast.

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