Análisis de Dear me, I was…, para Nintendo Switch 2. El primer exclusivo third party y una experiencia memorable.

Valoración
Puntuación
Una experiencia maravillosa
Dear me, I was... es un título que transmite tantas cosas en tan poco tiempo, que merece la pena ser disfrutado sin saber nada de lo que nos vamos a encontrar, pues tiene momentos que nos sacarán una sonrisa y otros que conseguirán arrancarnos más de una lágrima, literalmente...
Hoy, 31 de julio de 2025 se lanza en exclusiva para Nintendo Switch 2, Dear me, I was… Una experiencia, más que un juego en si, que nos mete de lleno en una historia de vida, esperanzas, decisiones y mucho sentimiento, tal y como podréis comprobar en las siguientes líneas de este análisis.

Una historia interactiva llena de sentimiento.
Lo primero que llama la atención en este nuevo juego es el hecho de que el equipo que se encuentra detrás de su desarrollo nos ha traído anteriormente joyas como Hotel Dusk o Another Code. Sólo con eso ya os podéis hacer una pequeña idea del buen hacer de desarrolladores como Taisuke Kanasaki, formando parte de Arc System Works.
Tal y como he comentado en las primeras líneas, no nos vamos a encontrar con un juego al uso, ya que vamos a ser en todo momento espectadores a lo largo de una serie de capítulos que se desarrollan alrededor de la vida de nuestra protagonista, desde su infancia hasta su vejez, pasando por sus momentos más importantes y disfrutando de una historia que no os va a dejar para nada indiferentes.

La magia de esta narración interactiva reside en el hecho de que todo se nos presenta con dibujos en carboncillo y acuarela que van tomando vida, haciendo hincapié en todo momento en las expresiones de los personajes que ante nosotros se nos irán presentando, todo ello sin texto ni voces, acompañados por una maravillosa melodía de piano, la cual mostrará los diferentes momentos con su intensidad y emoción.
Corto, intenso y precioso.
Todo lo que en Dear me, I was… vamos a experimentar, nos pasará en un suspiro, pues la experiencia dura menos de una hora, pero estoy seguro de que va a ser difícil que se os vaya de la cabeza en bastante tiempo, pues consigue tocar la fibra de una forma que, personalmente, nunca había sentido en un videojuego.

A lo largo de toda la historia, habrá momentos en los cuales se nos presentará un lápiz sobre un folio en blanco, invitándonos a pasarlo por encima. Si pasamos el dedo por la pantalla táctil (yo lo he jugado en modo portátil), nos aparecerá un dibujo representativo del momento que estamos viviendo.
Otro tipo de interacción se basará en las comidas de la protagonista, presentándonos diferentes tipos a lo largo de sus años de vida y dándonos la opción de elegir el orden de consumo de la comida y la bebida, como un puente de unión entre una situación y otra.

No tendremos que tomar decisiones, más allá de una sencilla que ya descubriréis si decidís probar el título. En general, todo va a ir fluyendo, pidiéndonos esas pequeñas ayudas en forma de gestos, con los cuales nos iremos sintiendo parte de esa aventura que no es más en un canto a la vida, a una vida sencilla de la cual vamos a ser participes en todo momento.
Lo mejor, vivirlo…
Y es que no quiero destripar nada, pues aparte de ser un título muy corto e intenso, quiero que os dejéis sorprender por su magia, tal y como yo he hecho. He dicho en anteriores líneas que consigue tocar la fibra, y así es… En todo el tiempo que llevo con videojuegos, he visto historias enternecedoras, otras duras, otras divertidas, pero esta que hoy os traigo, por primera vez, ha conseguido hacerme llorar de emoción, pues tiene sorpresas que considero sinceramente que no os dejarán indiferentes.

A nivel gráfico, estamos ante una verdadera obra de arte en movimiento, ya que desde el principio, ver como los trazos sin color van tomando forma, van tomando vida y consiguen transmitir tantas emociones, cogiendo color en el momento justo para transmitir ese sentimiento de alegría y pasando a colores más apagados para transmitir tristeza. Todo está ejecutado de un modo sublime, no se le puede poner ninguna pega a lo que nos vamos a encontrar.
Y el apartado sonoro, es un goce continuo de melodías de piano interconectadas, unas melodías que consiguen transmitir en todo momento el alma de la historia que se nos cuenta en silencio, con las dulces animaciones de esos dibujos de acuarela, tan vivos, tan llenos de magia… Y para rematar la experiencia sonora, tendremos también una canción memorable, la cual resume en cierto modo todo el ciclo, pudiendo disfrutar de su letra en inglés.

Conclusión.
No voy a extenderme más en este análisis, pues lo mejor que podéis hacer es comprar el juego si tenéis la suerte de disponer de una Nintendo Switch 2, ya que de momento es exclusivo de esta plataforma. Y el precio del título es muy bajo, ya que por 7,99€ os lo podéis descargar.
De normal, suelo poner nota a gráficos, sonido, jugabilidad y duración, pero en esta ocasión, me voy a centrar en la nota global por lo que es esta obra. Lo podréis ver al final de este análisis.

Resumiendo, si queréis disfrutar de una experiencia relajante, con sentimiento y momentos que no vais a olvidar, no dudéis en haceros con Dear me, I was… Aún estoy con el corazón encogido por todo lo que ha conseguido transmitirme, y espero que a vosotros os haga sentir lo mismo.
¿A qué esperáis para lanzaros a una de las mejores experiencias que vais a tener este verano? No dejéis que nadie os lo cuente…