Reportajes de cine

Festival Buenos Aires Rojo Sangre 2012: Crónica Diaria N° 3

Era de esperar que la jornada del día sábado fuera una de las más concurridas e interesantes del Festival Buenos Aires Rojo Sangre 2012. Sin embargo, puede afirmarse que el resultado superó las expectativas, tanto en cantidad de público como en la calidad y variedad de los títulos exhibidos. Vale la pena hacer un recorrido por algunos de ellos.

En la sección Novedades se estrenó Monster Brawl (Estados Unidos, 2011), cinta con un argumento tan original como desquiciado: un show de lucha libre entre los monstruos más famosos. Durante una hora y media pueden verse a Frankenstein, el Hombre Lobo, la Mujer Vampiro y algunos más batiéndose a golpe de puño en un cuadrilátero con la excusa de demostrar quién es el más poderoso de todos. Claro que, después de todo, el filme resultó una de las grandes decepciones del Festival, porque a pesar de su originalidad y el buen trabajo de fotografía, el correr del metraje evidencia que no hay más que repetición de gags y recursos narrativos utilizados una y otra vez. Así, queda demostrado que el argumento es una excelente idea para un corto o mediometraje pero no para una película de 90 minutos.

También en la sección Novedades se exhibió Cell Count (Estados Unidos, 2012), cuya propuesta es diametralmente opuesta a la de Monster Brawl, tanto en cuanto a la puesta en escena como en el resultado. Cell Count es un híbrido entre el horror corporal de las primeras películas de David Cronenberg y los climas asfixiantes del cine de John Carpenter, una película perturbadora y tensa en la que cada escena tiene un propósito claro: alimentar una trama enigmática e incomodar al espectador. El gore no escasea, sobre todo hacia el último tercio de la cinta, pero lo cierto es que se privilegian primordialmente la creación de climas de paranoia y suspenso, volviéndola un producto entretenido que sabe cómo mantener al espectador al filo del asiento.

Por último, tuvo lugar la exhibición de la que probablemente sea una de las grandes películas de la Competencia Internacional, y por ende, de todo el Festival: Di Ingon ‘Nato (Filipinas, 2011). El argumento es simple: se trata de un filme de zombies en el que una misteriosa infección se esparce entre los habitantes de un pequeño pueblo en el medio de la selva filipina. Lo que la convierte en una gran obra es su sobriedad, efectividad y contundencia. La puesta en escena destaca con planos prolijos, muy bien compuestos; el manejo de cámara es reposado para luego tornarse frenético hacia el final, aunque igualmente permite advertir cada acción de los personajes. Además, el punto de vista sobre el horror y el gore, retratado a través de esa misma puesta en escena, es novedoso, si bien sería mejor analizarlo en un extenso artículo y no en unas pocas líneas. Me atrevería a decir que Di Ingon ‘Nato es la mejor película de ‘zombies por infección’ desde 28 Days Later (2002), de Danny Boyle.

En fin, una gran tercera jornada se vivió en el Festival Buenos Aires Rojo Sangre, que está llegando a su punto medio. Día a día, las expectativas por ver un muy buen Festival se van colmando.

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