Análisis de Terrifier: The ARTcade Game, desata el Infierno pixelado

Gráficos
Sonido
Jugabilidad
Duración
Entretenida salvajada
Para fans de Art el payaso. Con sus "cosas", pero muy disfrutable
Terrifier: The ARTcade Game es un beat ‘em up retro pixelado protagonizado por Art el Payaso, como si hubiera poseído una máquina arcade de los ’80 para convertirla en un festival de vísceras y risas macabras. Ha sido desarrollado por Relevo y publicado por Selecta Play, y tras varios retrasos por fin salió a la venta el 21 de noviembre de 2025 en PC (Steam), PS5, Xbox SerieS/X, Switch y hasta PS4.
Es un chute rápido de gore para fans del terror slasher y las maquinitas de otra época, pero no esperes una obra maestra. Al rebufo de Tortugas Ninjas o el más reciente Marvel Cosmic Invasion intenta aprovechar lo incombustible de una fórmula de otra época… pero lo consigue a veces, fallando en muchas ocasiones y acertando en otras tantas.
Tras apurarlo en su versión PS5 os traemos una completa review para que valoréis si vale la pena darle una oportunidad a esta ida de olla sangrienta protagonizada por uno de los slasher más cañeros de los últimos años.

Acabemos con esos malditos cinéfilos
Lo mejor de todo es que sí, encarnas a Art el Payaso, el villano silencioso y sádico de las pelis Terrifier. Eso sí, no estás solo pues cuentas con tres aliados que ya hemos visto también en la pantalla y que dan incluso más mal rollo que el propio Art. Se trata de La Niña Pálida, de Vicky (esa mujer con el rostro destrozado) y de un vigilante de hospital random. Este extraño y peligroso grupo descubre por las noticias que se va a rodar una película en la ciudad… una película que va sobre el propio Art y sus asesinatos. ¡Tremenda osadía! No se puede consentir que intenten sacar provecho de un personaje tan icónico, así que el grupo se planta y decide boicotear el rodaje de la forma que mejor sabe: cuchillo en mano y baño de sangre.
Irrumpes en sets de rodaje donde están haciendo esa película SOBRE ti, y ¡zas! desatas el infierno cortando extras, cámaras y hasta al director Damien Leone. Acompañado (o solo) vas de stage en stage destripando a un elenco de polis, payasos mutantes, bomberos gigantes y wombats explosivos. La historia es un meta-chiste sangriento: Art odia que lo filmen, así que los convierte en confeti rojo.
Incluye algunas cutscenes mínimas, pero con guiños a las pelis que te sacan una sonrisita torcida. No es una historia muy profunda, ¡es puro splatter arcade! Referencias a Streets of Rage o TMNT, pero con ese toque gore de Art: ejecuciones brutales donde revientan cabezas y chorros de sangre que tapan la pantalla, literalmente.

El equipo sangriento
El gameplay es un beat ‘em up 2D clásico, frenético… o eso pretende. Ataques ligeros/pesados, patadas voladoras, dashes y un especial que cargas con ejecuciones. Hay un arsenal disponible que podremos ir recogiendo conforme avanzamos, en cajas o tras arrebatárselas a los enemigos: motosierras, hachas, pistolas… El juego te permite masacrar solo o en co-op local hasta 4, ideal para sofá con colegas y un buen rato echando unas risas entre tanta exageración visual.
La buena noticia es que incluye varios modos extras: Modo Arcade/Story (7 niveles con algunas rutas alternativas), Modo Supervivencia (a ver quien es el guapo, por muy Art que sea, que sobrevive a 100 oleadas), Modo Time Attack (acaba en 50 min sin continues, ¡ también muy duro!), Modo Boss Rush y Modo Versus (para picarse con esos colegas con los que antes compartías risas).
Los niveles son sets de cine: pasillos, exteriores, ¡hasta la mente de Art! Bosses épicos que hacen referencia a las películas, tanto dentro como fuera de la pantalla, como Leone o Sienna, con patrones simples pero frustrantes si vas solo. El combate es divertido pero se puede volver un poco simple al limitarse a buscar el golpe más rápido y bloquear constantemente a los enemigos, además sus controles algo tiesos y los enemigos, que se generan de manera aleatoria, son bastante repetitivos. El efecto de sangre salpicando la pantalla mola, pero puede llegar a saturarse y molestar a la vista. Desde luego no es Metal Slug, pero para rachas cortas mola el caos cooperativo que genera.
Para lo corto que es tiene una variedad decente de escenarios y de bosses, permitiendo que el rato que lo estemos jugando lo disfrutemos a lo grande… y si eres seguidor de la saga le puedes sumar todos los enteros que quieras. Para los más exigentes la dificultad sube en bosses y en modo survival, con vidas limitadas (3+extra). También hay que reconocerle una rejugabilidad alta y su variedad de modos extras, pero si juegas solo se puede volver repetitivo: insistimos que 8 tipos de enemigos se nos antoja pocos enemigos.

Aquellos sangrientos años ’80
Gráficamente es una delicia, un festival de pixeles como puños que podrían pasar por una de esas maquinas arcades que vaciaban los bolsillos de los jóvenes en otras épocas… pero rescatados hasta la actualidad y transformados en grotescos personajes y en violentos golpes, fatalitys incluídos. Sprites carnosos de Art y compañía, que son expresivos y grotescos, y lucen animaciones fluidas de cortes y explosiones rojas con esos chorrazos de sangre.
Aunque los fondos son simples se notan vibrantes y encajan muy bien con lo que puede ser un atrezzo o decorados cutres de cine. Incluye efectos cartoon, inspirados en practical effects de las pelis. Lo mismo pasa con los enemigos, masillas o jefes, que aparecen exagerados y graciosos. Y la sangre, la omnipresente sangre, sangre everywhere: los salpica todo, mancha cada pixel, ¡hasta impide ver! (genial, aunque como hemos apuntado antes… molesto a la vez).
Otro detalle que nos ha gustado es ese efecto VHS opcional que parece que estemos viendo una peli en un viejo reproductor de video, con grano y todo (fijaos en las capturas, que hemos tomado de ambos modos). En cuanto al sonido tenemos melodías chiptune, de las que recrean las musiquillas de los ordenadores y consolas de 8bits, con riffs heavy metal genéricos pero con loops que cansan. Los efectos de sonido sí están a la altura con pocos pero jugosos efectos esponjosos para los golpes e incluyendo voces mínimas (gritos, risas mudas de Art). Falta algo de punch sonoro, pero encaja el silencio sádico con el que el payaso nos tiene acostumbrados.

Concluyendo
Su gore hilarante y fiel a Terrifier le hace ser un producto complementario y jugosos para fans, aunque para nada imprescindible ni necesario. Quizá hubiera estado mejor darle algo más de sentido y conectarlo con el universo terrorífico de Leone. Pero vamos a lo jugable… su estética te puede ganar si amas este tipo de juegos y su co-op local es divertido a más no poder, con amigos que pueden dejar de serlo tras una buena paliza.
Por desgracia tiene puntos negativos, como su corta duración y su repetitivo combate, tanto en movimientos como en enemigos. Los controles también se muestran algo duros y la música no destaca en absoluto.
En fin, Terrifier: The ARTcade Game es un capricho gore retro para quien adore a Art y quiera destripar vísceras en píxeles con colegas. No revoluciona el beat ‘em up, pero su caos sangriento y su humor negro lo salvan para sesiones rápidas. Únete al circo de Art y acaba con todos esos cineastas de ego desmesurado. El plató se teñirá de rojo.
