Críticas de cómics

Crítica: «DC contra Vampiros: Guerra a tumba abierta», crónicas vampíricas DC

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Bien

Un complemento a la serie limitada que va de menos a más y adolece del singular aspecto visual

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La serie limitada DC contra vampiros, recién terminada en nuestro país y de la que os hablamos en nuestro podcast (y volveremos a traer por aquí), ha tenido una buena acogida y nos ha presentado un else world de lo más interesante. Por eso, es natural que la editorial continúe con el proyecto, como en este caso, en forma de spin-off que amplía y continúa la historia.

El título de la serie madre deja poco lugar a dudas. Una invasión vampírica azota el Universo DC, convirtiendo en chupasangres también a los meta-humanos. Por eso la cosa se complica hasta lo indecible, porque al poder que ya de por sí tienen los vampiros se suma su componente «meta». Una guerra se desata entre infectados no-muertos y el resto de la humanidad y, sinceramente, la cosa pinta mal.

A los eventos, giros y sucesos de la serie madre se siguen los que podemos contemplar en esta miniserie titulada DC contra vampiros: Guerra a tumba abierta. Seis números recopilados por ECC ediciones en un tomo y con el que ampliamos este siniestro nuevo universo.

Y como se trata al mismo tiempo de un spin off y de una continuación, el cómic nos sitúa en medio de la historia ya rodando. Los vampiros van ganando claramente y los pocos metahumanos que quedan se han reagrupado y lideran un pequeño grupo de resistencia encabezado, entre otros, por Deathstroke. Este, por su cuenta y riesgo, organiza una expedición a la última Fosa de Lázaro que queda. Ese lugar donde un manantial de aguas mágicas es capaz de sanar o devolver la vida. Es lógico pues pensar que en esas aguas podría residir alguna especie de cura contra el vampirismo.

Y así nos encontramos al principio de este cómic, con un pequeño grupo de personajes intentando una acción desesperada. De ahí pasaremos a conocer al resto de la resistencia y les acompañaremos en sus planes para intentar darle la vuelta a la situación. Bane, Constantine, Booster Gold o Mary (Shazam) son algunos de los personajes, mezcla de héroes y villanos, que deben formar alianza ante un mal mayor y definitivo.

Alex Parnadel y Matthew Rosenberg firman los guiones. Por desgracia se traban en dialogos confusos y carentes de identidad en los que no distinguimos a un personaje de otro más que en los momentos más álgidos. La historia avanza algo trabada y se requiere un esfuerzo extra por parte del lector, que se ve arrastrado a distintos escenarios y a diversas situaciones de una manera un tanto fría.

Pero no todo es malo. Midnighter y Deathstroke tienen buena química, la participación de Booster Gold y Mary ayuda a reconectar con los personajes de siempre. Además, las escenas de acción y lo crítico del momento que están viviendo terminan por conseguir que nos impliquemos. La historia va de menos a más y su acelerón final es apoteósico.

Pero aun queda un aspecto negativo que reseñar, porque el arte de Pasquale Qualano y demás artistas no ayuda en nada a tener una lectura fluída. Se ha optado por un cómic en blanco y negro apoyado por puntuales incursiones de color (el rojo de la sangre, el azul de la elecricidad…), pero lejos de darle carisma y originalidad lo que hace es restarle espectacularidad. La transición entre viñetas tampoco es clara y no permite seguir los enfrentamientos con comodidad. En más de una ocasión no sabremos quien a golpeado o a quien, por ejemplo.

Quizá se haya querido dar un punto de distinción, por acercarse al terror, y ese elemento de blanco y negro se pensó como algo acertado. Y no es así. Cuando participan tantos personajes, muchos de ellos poco conocidos, no se puede trabar tanto el aspecto visual. Así y todo seguro que muchos lectores valorarán el «experimento» como algo positivo y artístico. Esto ya es algo subjetivo.

Para terminar, apuntar que cada uno de los seis episodios que componen la miniserie se complementaba con una pequeña historia… que ECC ha respetado e incluído en este tomo. Entre ellas nos encontramos con verdaderas joyas, como la protagonizada por Black Bolt o la que recupera a ese sensacional y extraño superhéroe que conocimos en Authority: Hawksmoor.

Sea como sea, este mundo DC alternativo infestado de vampiros parece que tiene aun mucho para contar. Con sus aciertos y sus fallos, Guerra a tumba abierta es un buen punto a seguir.

Giacco

Redactor jefe de las secciones de Cómics y Videojuegos, así como presentador de muchos de los programas de Hello Friki Podcast.

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