Crítica: “Liga de la Justicia Oscura: A Oscuras”. Una Pandilla Alucinante.

La cita es de Flash y dice más de lo que parece. Refiere a la idiosincrasia de este supergrupo. Lo extraño, lo variable, lo ajeno del superhéroe corriente. En efecto, ya desde siempre, a Superman se le ha visto incómodo con todo lo que tiene que ver con la magia. Batman siempre se ha visto fuera de lugar en estos entornos, cuando por ejemplo sí le hemos visto a gusto en ámbitos de ciencia ficción extrema. Con Wonder Woman puede haber alguna excepción gracias al panteón mitológico que tiene detrás. Pero en general, lo que no pueden esconder en la alfombra de la Atalaya, lo relegan a terceros. Este es el caso. La revisión de lo mágico, lo místico y lo sobrenatural de la editorial en la etapa Nuevos 52 queda reflejada en la presente cabecera. Peter Milligan, Jeff Lemire y Ray Fawkes se encargan de explorar esta parcela del Universo DC desde dos vertientes, una objetiva, a través de la mitología e iconografía que afectan a todos los juguetes de este cajón, y una subjetiva entorno a los personajes que nutren estos entornos, tanto principales como secundarios. Porque con independencia de los distintos retos y amenazas a los que esta no-JLA se enfrenta, lo que en realidad subyace es el análisis psicológico de todos ellos. Como se enfrentan al mundo bajo este contexto por ostentar sus peculiares habilidades y como les afecta en lo personal. Es decir, el precio que pagan por abrazar el mundo que han elegido.

“A Oscuras” inaugura la serie con la Encantadora como amenaza principal. Como arranque para reunir a los primeros miembros de está sociedad tiene más de íntimo en las relaciones y el encaramiento de la vida que de espectacularidad, aunque a simple vista parece lo contrario. Y ello porque lo más atinado de la historia radica en la colisión antagónica de personalidades contrapuestas repletas de cinismo y moralidad dudosa. Como no se trata de una sucesión de historias autoconclusivas sino que siempre hay un hilo narrativo constante a través de Madame Xanadú, aunque festivamente sí se puedan apreciar y disfrutar por separado, en el desarrollo de esta excusa narrativa es donde encuentro más altibajos, puesto que en ocasiones se pierde por su falta de coherencia y por su lenguaje críptico. Aún así la potencia dramática de las amenazas por su trascendencia física y emocional acogen los dramas personales que cada personaje esconde, ya sean los que tienen más calidad humana cómo Zatanna, ya sean los más prácticos pero antipáticos como Constantine, ya sean los más ambiguos emocionalmente como Dead Man. Que aprovecho para destacar en este último que aunque su nobleza es creíble, tiene un innegable lado oscuro latente bajo sus grandes inseguridades y traumas, pasando a ser una de las radiografías personales de la obra más acertadas. A partir de aquí nos iremos encontrando con disputas personales de lo más variadas.

El segundo arco argumental es un crossover con la serie “Yo, Vampiro”. En “El Alzamiento de los Vampiros” observamos a nivel coral los pasos firmes vistos en el primer capítulo. La pandilla se enfrenta ahora a una horda de vampiros donde la editorial se apoya para revisionar los conceptos de este apartado de ficción en la nueva continuidad (ya antigua). Tiene un argumento facilón, confortable, distinguiendo un cierto alargamiento explicativo para preparar el terreno de una historia que se resuelve con la característicos trucos dramáticos y épicos. El aspecto visual gana por la alternancia tan contraria en el dibujo de Daniel Sampere y Andrea Sorrentino, siendo este último un acierto en la serie ajena al tomo (y ya citada) por conectar tanto su estilo con el espíritu de la misma.

“La Sala Negra” y “La Guerra por los Libros de la Magia” forman lo mejor del volumen. Ambas se encuentran unidas indisolublemente dando lugar a una extensa saga en sí misma, casi como si todo lo anterior fuera un prólogo para presentar y colocar a los personajes y lo posterior un epílogo indefinido. Los cambios en el grupo son sustanciales respecto al principio, lo que da a entender que la disfuncionalidad del grupo es cambiante y constante, haciendo aquí acto de presencia personajes muy familiares en el ámbito sobrenatural como Orquídea Negra y Frankenstein, que sustituyen al incomodo Shade, el Hombre Cambiante. Esta variedad de personalidades evolucionan los registros de los personajes tanto de sí mismos como entre ellos, reforzando el valor adquirido de esta cuestión desde el primer episodio, destacándose por delante del resto de facetas artísticas y argumentales de toda la recopilación. Órdenes secretas en ambos lados del bien y el mal, dudosas maniobras y continuos engaños, mucho misterio pero más fantasía y ciencia ficción introduciéndose en espectaculares combates, es lo que nos mantienen en constante atención. Sobre todo a partir del análisis de otro de los grandes mitos de la parcela mágica de la editorial, Los Libros de la Magia. Recuperando este concepto, la obra rescata otro pilar de este hueco editorial, Timothy Hunter, embuyéndonos en un mundo lleno de fantasía y magia a través de unos paisajes y personajes de impactantes y deliciosos diseños. Una historia muy bien hilada y equilibrada, llena de potencia imaginativa, que explora el origen de un auténtico mito adulto de la editorial.

“La Casa del Terror” pone fin a la recopilación a pesar que el destino del grupo cambia de cabecera (JLA). Pero no olvida lo que le ha dado forma (a pesar que su despedida pueda obedecer a motivos comerciales), su continuo fanservice sigue vigente. La continuación en dar una vuelta a conceptos míticos se respeta, tocándole ahora a La Cosa del Pantano, La Casa del Misterio y La Casa de los Secretos. Aunque la segunda ya ha sido uno de los elementos principales de la serie desde el principio, en este final se analizan las posibilidades de estos conceptos que funcionaban como contenedores de relatos derivados del terror y el misterio y que ahora dan forma a un todo adictivo de referencias y guiños.

El mayor peso de la obra en su apartado gráfico lo ostenta el español Mikel Janin donde si bien todavía no aprecio sus grandes registros del actual Batman, si se observa que un nivel de detalle y limpieza muy conseguidos. Mientras que la sutileza y la claridad del trazo es total, la coherencia narrativa es plena, conjugando profesionalidad y belleza. En esta faceta artística, tanto la narrativa secuencial pura como el estilo gráfico están al mismo nivel de equilibrio dando a la lectura un aspecto visual muy estimulante y gratificante.

Justice League Dark (N52) 0 a 21, I, Vampire núms. 7-8, Justice League Dark Annual 1, DC Comics. Liga de la Justicia Oscura: A Oscuras, ECC Ediciones. Cartoné. Color. 576 pags. Pvp: 46,50 €.