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Crítica: “Los Terrifics, vol. 1”. Imaginautas involuntarios.

Resumen de la Crítica

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“¡Será mejor que alguien empiece a explicarme que demonios está pasando!”

El primer acercamiento de Los Terrifics nos mueve por territorios cómodos, conocidos, placenteros. Queda por descubrir sí esto se queda en una serie más o en algo tan especial como su planteamiento prometía.

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Vacile directo al vacío editorial de los 4 Fantásticos o proyecto ambicioso para cruzar personalidades antagónicas, el primer volumen de Los Terrifics coincide con los planteamientos básicos de las maravillas imaginautas dimensionales, espaciales y científicas. Puestos los personajes en común acuerdo tras las secuencias propiciatorias de su encuentro, el primer foco de atención radica en localizar su trasunto marvelita para al poco descubrimos que en realidad están amalgamados. Como pasatiempo puntual tiene su punto.

A partir de aquí, el misterio científico se une con el de la aventura más pura en ámbitos más deudores de la ciencia ficción que de la fantasía, pero lo segundo también suma. En este primer acercamiento a la serie me quedo con las interacciones y dinámicas de los personajes habida cuenta las tremendas posibilidades de juntar en la misma habitación a Plastic Man y a Metamorfo supervisado por un Mister Terrific que está para pocas bromas, recordándonos que es un personaje que lleva amortizado muchísimos años. Funciona bastante mejor cómo árbitro más que como líder del grupo, apareciendo como deus ex machina encubierto por su capacidad de resolverlo todo (como le pasaba a Míster Fantástico) y como catalizador directo o indirecto de todo lo que ocurre. El único rol femenino lo ostenta Chica Fantasma, personaje más desconocido que sirve de excusa para ramificar la mayoría de las aventuras y lugares por ser el lienzo en blanco de la serie. Al darle un pasado traumático y una situación dramática por su características metahumanas, el trasfondo angustioso se une al de sus tres compañeros (todos tienen su cuota de desgracias) conviertíendose en el punto de partida.

Si bien las aventuras y misiones no son rompedores ni lucen por su originalidad, el gancho en la premisa de Jeff Lemire lo obtenemos por los choques disfuncionales de los cuatro protagonistas y por sus encuentros chisposos y animados. La verdad es que el como y el donde se antojan irrelevantes, de hecho tenemos para todos los gustos, amenaza dimensional, problema espacial y combate terrestre. Pero se quedan en conceptos relegados a un segundo plano. El caso es que si el planteamiento, desarrollo y desenlace de las aventuras de estos palos con personajes de este calibre los hemos visto en cualquier tipo de editorial especializado en el género, el elemento distintivo radica en la integración más o menos larga de unos individuos que en otros tiempos coincidieron de forma puntual para coexistir, lo que permite otorgar más texturas a estos sujetos de los ya conocidos.

Como novedad (y puede que como excusa creadora de la serie) la introducción en el Universo DC de uno de los personaje más carismáticos de la rama mooreniana del estudio Wildstorm añade glamour a este primer recopilatorio del que tenemos que exigir más. Esperemos que las consecuencias en el futuro estén a la altura del rescate de este personaje y no se quede sólo en el puro morbo. Confiemos en Lemire.

El gran Ivan Reis se encarga del dibujo en la parte central del primer arco argumental. Me imagino que lo colocaron como reclamo comercial y para atraer a clientes potenciales pero sin tener un acabado al nivel de sus mejores momentos se nota que pocos comen en su mesa cuando se trata de preparar escenarios y estructuras de fantasía espacial. Como siempre en él, obtenemos un gran resultado en claridad narrativa, composición global y anatomías. Joe Bennett complementa a Reis para dar cierta coherencia visual pero desequilibra un poco el resultado gráfico final. Si Bennett intenta captar la estela de Reis, Don Shaner hace lo mismo con Mike Allred y deja claro que el segundo hubiera sido el dibujante que ideal para esta serie. El caso es que pareciéndose a Allred le da a la serie una apariencia visual muy acorde con las personalidades del grupo y una marca novedosa a la linealidad gráfica hasta su aparición. Que no pasa con Bennett, que contando con una registro más reconocible en el género, si bien es eficaz y cumplidor, no tiene ese rasgo de frescura y sugerencia.

El primer acercamiento de Los Terrifics nos mueve por territorios cómodos, conocidos, placenteros. Queda por descubrir sí esto se queda en una serie más o en algo tan especial como su planteamiento prometía.

The Terrifics 1-6, DC Comics. Los Terrifics nº 1, ECC Ediciones. Rústico. Color. 136 pags. Pvp: 13,50 €.

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