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Crítica: «Livingston contra Fumake», crimen imperfecto.

Qué ilusión me ha hecho que Diabolo Ediciones haya editado este volumen tan fantástico de Livingston contra Fumake. Una obra escrita por Mique Beltrán e ilustrada por Keko que es, a la par, un retrato del panorama comiquero patrio de mediados de los 80 y una historia imperecedera que a finales de 2021 conserva toda su esencia, su significado, su humor y su arte.

Livingston contra Fumake fue además una obra golpeada por los imponderables. Comenzó a publicarse en la revista Madriz que solo los más ancianos del lugar recordarán y que fue cerrada dos números después. Por suerte, otra clásica del lugar, Totem, tomó el relevo y publicó la obra de principio a fin, para deleite de los lectores.

UNA CLASE DE HISTORIA COMIQUERA

¿Y qué se nos presenta tras las tapas duras de esta edición de Diábolo? Pues en primer lugar una genial introducción de la mano del guionista Carlos Portela que nos pone en situación y nos da cierto contexto para que disfrutemos más si cabe de la obra.

Y tras la lección de historia del comic de Carlos, tenemos el tebeo de Mique y Keko en todo su esplendor. Un comic ilustrado en un blanco y negro que le viene que ni pintado a este inusual thriller. Un arte, el de Keko, que rompía con los esquemas de la época. De potentes claroscuros y líneas gruesas y dinámicas que dotan a los personajes de un toque sombrío que encaja a la perfección con el espacio en que se desarrolla la aventura: El hotel Empire. Un hotel clásico y rococó muy de los 50, en el cual se aloja el que quizás sea el auténtico protagonista de la obra: Fumake.

¿PERO DE QUÉ TRATA?

Fumake es un simple y humilde asesino a sueldo, como lo fueron su abuelo y su padre antes que él. Y como tal sólo quiere perpetuar el negocio familiar y ser el mejor en lo que hace. Más que nada por aquello de llevarse algún dinerillo al bolsillo y poder disfrutar de la vida con su novia, la enfermera Alicia. Ni siquiera cree en el crimen perfecto, pues piensa que tal cosa no existe y que si se da es solo fruto del azar. La cuestión es que el «poli» de la historia, el inspector Livingston (siempre acompañado de su fiel escudero, el sargento Caruso… o sea, Guillermo) no se lo va a poner fácil. Livingston sí piensa que existe ese «crimen perfecto» y es un tipo testarudo, obsesionado en destapar los atroces asesinatos de Fumake. Así que ni corto ni perezoso, visita al criminal y le pide que por favor le dé otra oportunidad (la vigésimo octava) para pillarle. Fumake, a quien le han encargado asesinar en el Empire a una mujer infiel, acepta a regañadientes, no porque piense que Livingston tiene posibilidades sino porque lo que quiere es cumplir rapidito para cobrar e irse de paseo con su novia. Y hasta aquí puedo leer.

El comic en si es todo un esperpento que muestra la absurda competición que mantienen Livingston, policía bizarro a más no poder y caricatura quizás del Poirot menos avezado (más cercano de hecho al Clouseau de la Pantera Rosa), y Fumake, maestro del crimen preocupado al máximo por su nivel de profesionalidad.

Livingstone contra Fumake, al más puro estilo hitchcockiano, pone todas las cartas sobre la mesa y nos muestra cada uno de los pasos del asesino. Aquí no hay misterio. Aquí hay tensión por saber cómo Fumake acabará con su víctima (cosa que, no lo dudamos, hará eficientemente) y por conocer el desenlace de la divertida competición que se trae con Livingston. La historia resulta incluso breve y sus 44 páginas se quedan cortas, pues es un no parar de principio a fin, con constantes giros y una comedia sutil, entre el absurdo y el humor negro, que no tiene desperdicio.

ALGUNOS EXTRAS JUGOSOS

Para acabar con la reseña, he de comentar el regalo final de la edición de Diábolo, que nos deleita con algunas páginas del mismísimo guion original de Mique, así como con bocetos de Keko que muestran el proceso de creación de la historieta. Hay incluso planos del hotel Empire diseñados para establecer un plan de asesinato plausible por parte de Fumake, que juega mucho con la arquitectura del edificio.

EN RESUMEN

En definitiva, este Livingston contra Fumake es una auténtica maravilla digna de estar en nuestras estanterías por muchos motivos. Si te gusta el comic español de los ochenta. Si eres amante de Hitchcock y del thriller más descabellado. Si te quieres echar unas risas con las situaciones más absurdas y descabelladas que has visto entre un inspector de policía y un asesino profesional, este es tu comic.

Dandan_Friki Pills

Dani Collado. Comunicólogo. Replicante mentalmente divergente. Leo cómics en mi TARDIS. I ? books, sci-fi, dinosaurs ? & cheesecake. Friki 24/7.

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