Críticas de cómics

Crítica SW 4.”Star Lord y Kitty Pryde”, de Sam Humphries y Atti Firman

Resumen de la Crítica

General
Guión
Dibujo
Personajes
Historia
Edición

"Has escrito mal mierda, cretino"

Una historia muy llevadera, sumamente entretenida, con muchos guiños y sentido del humor al servicio de la química de sus protagonistas

Valoración de los Usuarios 2.6 ( 1 votos)

Las más que interesante y divertida serie El Legendario Star Lord tuvo un problema básico en su planteamiento, y era su inevitable caducidad. Con las Secret Wars en la mira de los editores pocas posibilidades tenían sus autores de construir un buen desarrollo a largo plazo sobre este personaje rein-reinventado que es Star Lord (y no me refiero a su encarnación clásica obra de Chris Claremont o Doug Moench, sino a la personalidad que presentó Keith Giften  en la serie de Thanos, publicado aquí en Thanos nº 2: Samaritano, que saltó a Aniquilación y que surgió de su secuela, Conquista y el volumen II de la serie Los Guardianes de la Galaxia hasta su Chrisevanización) como protagonista absoluto en su propia serie regular, ya limitada. Aún así, con todas estas limitaciones, la serie era muy divertida, con una buena combinación de acción y comedia con aspectos románticos dentro del contexto cósmico marveliano y del particular universo starlordiano y encima con otro hándicap, el mini evento Vórtice Negro en el punto de mira, lo que básicamente la conformó como un prólogo del mismo. No obstante, los cimientos eran de buena calidad y las posibilidades de esta serie eran inmensas teniendo en cuenta que el protagonista estaba limpio de la coralización de los Guardianes. Pero qué suerte para todos que Hickman (y los editores me imagino) decidieran salvar al amigo Peter de la desaparición de la Tierra 616 y que el que se encuentre en Mundo Batalla sea el personaje canónico con sus recuerdos intactos. Y ello porque Humphries se puede permitir el lujo de mantener esos buenos cimientos para, previo derribo de la casa que había construido a partir de estos materiales, empezar la construcción de una nueva con los mismos. Porque esta miniserie respeta esa frescura, esa deshinibición, ese sentido del humor con  los mismos ingredientes: comedia, acción y romance. Compartiendo protagonismo con otra Kitty Pryde (no la de la Tierra 616 porque esta muerta, y sí, Kitty Pryde está muerta de verdad) se puede permitir el lujo de presentarnos a este personaje con la misma sofisticación y buen hacer de siempre pero con más mala leche y una actitud más desvergonzada como ladrona/traficante al servicio de Valeria Von Muerte. El que la protagonista presente cambios respecto a la Kitty de toda la vida (uno de esos personajes que más ha evolucionado en la historia de la editorial y que tan bien exploró Sam Humphries) no significa que se deje de lado lo que le convirtió en ese personajazo que hemos tenido el privilegio de ver crecer: su encanto, inteligencia, lealtad y valentía. Lo que pasa es que no está al servicio de un sueño utópico e imposible sino a un criterio más real en estos ambientes sórdidos en los que se desenvuelve, el instinto de supervivencia. Y si el dicho dice que si algo funciona, no lo arregles, bien que ha hecho el autor de cumplirlo manteniendo los valores y sentimientos marca Pryde aunque con propósitos más oscuros pero respetando la química y el contraste sentimental entre Peter y Kitty. Y bien que se agradece.

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En la Manhattan recreada por el Dr. Muerte, la agente de la Fundación de Valeria Von Muerte Kitty Pryde se dispone a comprar a una versión alternativa de Gambito restos de algo que denomina anomalía (en clara consonancia con lo que ocurre en la serie central). La operación será interrumpida por el Sr. Quill gracias al típico enredo de comedia de acción obligándose ambos a recuperar dicho objeto obedeciendo cada uno a sus propios intereses: los de la primera mercantiles y los del segundo románticos. El caso es que el objetivo de la misión es lo de menos, aquí lo realmente cañero del arco es la relación de los protagonistas, la emoción de Star Lord de encontrarse a su amor perdido con momentos evocadores a modo de flashes muy logrados para incomprensión y desesperación de esta.

Otra cosa interesante es que no se trata de un what if como algunas series que estamos conociendo a resultas del mega evento. El hecho de que Peter sea nuestro Peter hace que la histona se desmarque de esos planteamientos, sin obviar la presentación de versiones alternativas de personajes de la casa. Si bien aquí no es que sea muy original con Gambito y Los Nuevos Mutantes por ejemplo, sí lo es y mucho con Drax y con lo que se puede hacer con los huesos de Longshot (que morbosillos han estado aquí con esto, pero que bien tirado) y maravilloso el recuerdo al binomio Cacharro-Kitty Pryde de la serie Excalibur.

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Sobre el dibujo de Alti Firmansyah, que a bote pronto no me suena, sin perjuicio de que haya leído algo suyo sin quedarme con su nombre, es bastante eficaz y sus composiciones para la idea del guionista están bien resueltas. De un estilo muy a lo manga shonen americanizado, hace creíble las reacciones de los personajes en función de lo que hacen y dicen, así que por mi parte este apartado están más que solventado.

Un cómic de pura desconexión, muy entretenido. Totalmente llevadero, que se lee en un suspiro, que te dibuja una sonrisa en la cara, realizado con gran amor y respeto a esa relación imposible pero encantadora entre Quill y Kitty (ese Bendis inspirado, si señor!!!)  con inteligentes guiños a la cultura popular (desde Casablanca a La Vida de Brian, Ja!). ¿Qué más se puede pedir a un comic de consumo rápido de tres grapas? Pues eso, una muy grata sorpresa.

Secret Wars: Star-Lord and Kitty Pryde 1-3 USA. Guardianes de la Galaxia vol II nº 30. Panini Cómics. Grapa. Color. 72 pags. 4,50 €.

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