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Crítica: «Timothy vs the Aliens», invasión en blanco y negro

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Recomendable

Un simpático y sencillo juego semi-sandbox con algunos fallos en el control y aciertos en su ambientación

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Timothy vs the Aliens es un juego que nace enmarcado dentro del programa Playstation Talents gracias al trabajo del estudio español WildSphere. Una simpática y divertida aventura en 3D, semi-sandbox, que basa en su estética y en su propuesta su mayor encanto. Lo tenemos disponible en PS4, PS5, Nintendo Switch y PC, siendo la primera la que nosotros hemos probado y disfrutado. Esto de mezclar gánsteres y alienígenas es tan loco y divertido como suena.

Cada hombre tiene su propio destino

Timothy es el gangster protagonista de la aventura. Un buen día (o mejor dicho: una buena noche) vemos como una nave nodriza se posa encima de la casa del Don y desde allí inicia su invasión. La ciudad, Little Fish City (sí, Ciudad Pescaíto), queda desierta de gente y a nosotros nos toca abrir el campo de fuerza que protege la nave y acabar con la amenza del espacio exterior. Pero la tarea no será sencilla, ya que las calles están infestadas de seres viscosos y uniojos que quieren devorarnos (literalmente). Menos mal que Timothy cuenta con la ayuda indirecta de otros aliens y compañeros mafiosos. Unos le regalan una carta que le permite ralentizar el tiempo (lo que será vital en algunos combates) mientras que los otros nos ayudarán puntualmente.

En este pseudo-sandbox tenemos que recorrer la Ciudad Pescaíto buscando y localizando los objetos necesarios para avanzar en la historia. Sin haber encontrado según qué objeto o herramienta, no podremos acceder a nuevas zonas ni avanzar hacia el objetivo final. Esto hace que el juego sea en ocasiones demasiado lineal, aunque también dispondremos de tiempo para explorar a nuestras anchas la pequeña ciudad. Uno de los coleccionables, por ejemplo, es encontrar todos los perritos calientes de un paisano, lo que nos forzará a recorrer esas calles e incluso subir a algunos edificios. También tendremos que deambular por ahí para buscar el combate y así reponer la energía de nuestro poder… o recolectar dólares con los que comprar nuevas armas y botiquines.

Los aliens han llegado a la ciudad

El poder agota, a los que no lo tienen

Además de recorrer las calles tendremos que enfrentarnos a los aliens, de aspecto poco amenazador al principio (pequeñines y saltarines, que apenas restan vida cuando atacan) pero que se vuelven realmente peligrosos al aparecer los «hermanos» mayores. Estos son bastante más duros de abatir y nos zampan de un bocado si consiguen acercarse demasiado. Entonces ese aspecto bobalicón y simpático ya deja de hacernos gracia. Para combatirlos tenemos nuestras armas de fuego, típicas de gangster… una pistola, un revolver, una escopeta y una ametralladora. Con ellas le daremos de comer plomo y, si las combinamos con nuestro poder de ralentizar el tiempo, los alien no tendrán nada que hacer.

El factor shooter es importante en el juego, pero otros elementos como la exploración y el plataformeo también forman parte de la diversión. En nuestro peregrinar por la ciudad visitaremos en cierta ocasión el sistema de alcantarillado, el puerto o las azoteas de los edificios, rompiendo la monotonía de las calles. Es en esos lugares y en algunos otros momentos puntuales cuando el salto y el plataformeo toman protagonismo. Lástima que el control no sea demasiado fino y nos gaste algunas jugarretas puntuales que, sumadas a la poca habilidad como nadador de Timothy, hará que perdamos más de una vida… y los nervios.

Lo mismo pasa con la fase de conducción. En un momento dado tendremos que pulverizar el tiempo en una carrera contra reloj. Una carrera que ni es difícil ni es larga, pero el tosco manejo del coche nos forzará a repetir por habernos estampado con un muro o rebotado con vete tú a saber qué elemento. Una vez que superemos esa carrera tendremos opción de robar (bueno, tomar prestados) los coches que encontremos por la ciudad y así recorrerla con mayor velocidad. La precariedad en el control se manifiesta en esas dos ocasiones, pero es el único punto negativo grave que se le puede encontrar al juego.

Medicina de plomo es lo mejor para estos pequeños y viscosos visitantes

Le haré una oferta que no podrá rechazar

Se trata de un juego sencillo y corto, y por eso apto para todo tipo de público… incluso para los más pequeños. Pero su punto más favorable y destacable se encuentra en el aspecto visual, sin duda. Como si de una película de serie negra clásica se tratara, el juego luce un maravilloso blanco y negro. Las luces, los brillos y las sombras crean una preciosa tonalidad de grises y crean un ambiente fantástico por el que Timothy se desenvuelve. Para romper esa monocromía se utilizan los enemigos: los alienígenas destacan por tener unos colores vivos y llamativos, desde los naranjas intensos a los verdes fosforitos. La combinación de B/N y color intenso es una pasada. Además, las panorámicas de la ciudad gris se rompen con esa nave espacial colorida y sus luces llamativas. Estéticamente el juego te gana.

La historia, que es sencilla en extremo, se nutre de personajes modelados con diseños tipo cartoon, restándole sobriedad y seriedad al tono de la aventura. vamos, que es una historia de gangsteres para todos los públicos. Su desarrollo y resolución lineal evita que nos perdamos, además de que siempre tenemos visible el objetivo a seguir en cada momento, mediante una nota en pantalla. Quizá nos falte por decir que en la ciudad podemos encontrar, aquí y allá, algunos alienígenas amistosos que nos otorgarán ventajas tales como aumento de vida o resistencia. Suma a esto algún secreto (como el que está oculto en el Laberinto) y tienes unos pocos elementos que añaden interés aljuego.

También hay aliens buenos, como decía Freixedo. Este nos aumenta la salud, energía, etc

No podemos olvidarnos de la música, que nos acompaña durante todo el tiempo de juego con algún leve cambio… pero siempre respetando el espíritu que impregna al título, el género que representa. Una melodía digna de un apeli de mafiosos del Chicago de los años ’30. El apartado sonoro lo completan los efectos de sonido tales como disparos o gruñidos y algunas exclamaciones puntuales que hacen las marcas de diálogos entre personajes. Dichos diálogos aparecen en subtítulos y contienen toda la información necesaria para no perderse nada de esta divertida aventura.

Y haciéndolo todo, todo, estaremos unas seis horas jugando. Comparado con los títulos a los que el gran público está acostumbrado puede ser corto, pero no olvidemos que se trata de un juego indie realizado con talento y cariño, casi de manera artesanal. No juega en la liga de los grandes, pero es un grande en su categoría.

Poco más os podemos contar de Timothy vs the Aliens si no queremos reventar las pocas sorpresas que tiene. Pero sí queremos animaros a que le deis una oportunidad a esta aventura atípica que se atreve a mezclar dos géneros tan antagónicos como son la ciencia ficción y la serie negra. Además lo hace con gracia y consigue divertirnos, aunque sea por unas horas. Es un buen motivo para dejar que aterrice la nave y desciendan unos cuantos alienígenas… los recibiremos con plomo.

Los pequeñines han llamado a su hermano mayor… y tiene hambre

Desarrolladora: Wild Sphere
Producción: Sony Computer
Distribución: PlayStation Network 19,99€. Nintendo e-Shop 14,99€. Steam 14,99€
Jugadores: 1
Formato: Descarga
Textos/Voces: Español/No tiene
Online: No

Lo mejor

  • Su ambientación noir
  • detalles de humor muy graciosos
  • Esa loca mezcla de gangsters y aliens

Lo peor

  • Algo más de profundidad en el juego
  • El control del personaje nos la juega en algunos momentos
  • Su corta duración

Giacco

Redactor jefe de las secciones de Cómics y Videojuegos, así como presentador de muchos de los programas de Hello Friki Podcast.

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