Críticas de cine

Star Wars: Episodio V – El Imperio Contraataca

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Tres años después de la mítica y aparentemente insuperable película inicial, llegó una secuela que hizo evolucionar la saga de forma inimaginable, llevándola a un nuevo nivel. Razón por la que esta es sin duda la cinta más importante de la franquicia. Un film sublime en todos y cada uno de sus apartados, y que contiene, además, una de las frases más célebres e impactantes del cine. La mejor película jamás hecha del Universo ‘Star Wars’. Obra Maestra.

Ya desde los primeros minutos queda claro que este nuevo episodio es radicalmente opuesto a su predecesor. Mientras que la anterior era una aventura sencilla y alegre, ‘El Imperio Contraataca’ gana en seriedad, profundidad y dramatismo, con unos personajes que no se quedan tal y como estaban en el anterior film, si no que siguen desarrollándose y evolucionando. Además, Lucas (que cede las labores de dirección a su mentor Irvin Kershner) tiene mucho más claras las reglas y bases de su universo, que adquiere una nueva dimensión y complejidad gracias al formidable guión firmado por Leigh Brackett y Lawrence Kasdan.

 

En cuanto al dramatismo, responde a un cambio muy sutil en el tono de la historia, ya que los protagonistas no se enfrentan a amenazas mayores que en el anterior film, pero mientras que en aquél estábamos convencidos de que Han iba a volver en el momento oportuno, de que Luke conseguiría destruir la Estrella de la Muerte, y de que, en definitiva, el bien acabaría venciendo, este episodio está impregnado de un pesimismo palpable. Esta vez, durante toda la peli tenemos serias dudas de que los buenos vayan a ganar. Dudas que al final serán confirmadas, pero de eso hablaremos más adelante. Empecemos por el principio, que también es muy diferente al de la película anterior, pues mientras que el de ‘La Guerra de las Galaxias’ era, como ya comentamos hace poco, muy pausado, este empieza «a saco», sin concesiones al espectador para que se ubique. Enseguida empiezan a pasar cosas: Luke atacado y secuestrado por un Wampa, Han, Leia y su tensión romántica (la relación entre estos dos nos va a regalar un buen puñado de diálogos memorables), el ataque por parte del Imperio a la base rebelde… Genial segmento por cierto, no solo porque es absolutamente espectacular y muy emocionante, si no porque sirve para que veamos a un Darth Vader mucho más complejo, brutal, cruel e implacable que se gana, esta vez sí, el rango de villano absoluto del film. Si en la anterior entrega ya era impactante, en esta ocasión, en la que se nos presenta acompañado por la mítica ‘Marcha Imperial’ (la B.S.O. de esta cinta es posiblemente la más perfecta de la saga), llega a aterrar y fascinar a partes iguales. De esta manera, se confirma como uno de los mejores antagonistas de la Historia del cine.

 

Tras la batalla, la trama se divide en dos líneas paralelas que acabaran cruzándose y que, milagrosamente, se complementan, sin pisarse la una a la otra: Una, protagonizada por Han y su grupo (Leia, Chewie y C-3PO), y otra consistente en el entrenamiento Jedi de Luke. La primera es con diferencia la más trepidante y dinámica, pues nos encontramos a los tripulantes del Halcón Milenario siendo perseguidos sin descanso por Vader, y no hay un momento de respiro para el espectador. Todo son espectaculares persecuciones espaciales que quitan el hipo, destacando, por supuesto, la que tiene lugar en un campo de asteroides. Atención al hecho de que el capitán Solo y los suyos también deban huir del supuesto lugar seguro que encuentran en uno de los asteroides, como una señal de que no van estar a salvo en ninguna parte. Mientras tanto, vamos viendo como se asienta el romance entre Han y Leia, los piques entre el capitán y 3PO… Lo dicho, una gozada, imposible aburrirse.

 

Pero dejemos momentáneamente al grupo y vayamos con Luke (y R2-D2), que protagoniza la línea argumental más pausada, reflexiva y fascinante, en la cual conoceremos a uno de los mejores personajes de la saga, el gran hallazgo de ‘El Imperio Contraataca’: El Maestro Yoda. La marioneta más viva del mundo, desprendiendo la más absoluta sabiduría y con una forma de hablar característica que todos conocemos, será el encargado de enseñar a Luke, que parece destinado a perder. Desde que llega al hogar de Yoda, con demasiadas ansias y nada de paciencia, queda claro que sigue siendo un crío que no está listo para lo que se le echa encima. Por si esto fuera poco, asistimos impotentes a otros dos fracasos del joven Skywalker: Primero, el de la misteriosa «cueva maligna», donde Luke se da cuenta de que su mayor enemigo es en realidad él mismo, y de que tiene mucho, mucho miedo, como demuestra el hecho de que se lleve sus armas a la cueva a pesar de que Yoda le advierte específicamente que no es necesario. Por otro lado, es incapaz de sacar su nave del agua usando la Fuerza, pero lo grave es que él sabe que no puede, con lo que queda claro que no cree realmente en lo que esta haciendo (que diferente es este Luke de aquél que pudo destruir la Estrella de la Muerte fiándose solo de su instinto). A continuación quedaremos fascinados con el monólogo de Yoda sobre la Fuerza, y que hace que casi hasta la sintamos. Pura magia.

Poco después, llega el punto de inflexión en la película: Luke tiene una premonición en la que Han y Leia sufren penurias en una ciudad en las nubes. Por supuesto, aún cuando Yoda y el espíritu de Obi-Wan insisten en lo contrario, va corriendo en su ayuda. Sabemos que no esta listo. Lo vamos a pasar mal.

 

Hora de volver con la tripulación del Halcón Milenario, que decide esconderse en Bespin (una ciudad… En las nubes, claro), donde vive Lando Calrissian, antiguo amigo de Han y que viene a ser una versión aún más canalla de Solo. Por supuesto, estamos en alerta permanente, más aún cuando 3PO ve algo que no debería y desaparece. Pero cuando se descubre la traición de Lando y vemos a Vader esperándoles… Bajamos al infierno literalmente, pues tras ser torturado, Han es llevado a la cámara donde será congelado en carbonita. Un lugar lleno de sombras, vapor (que bien podría ser humo) y una iluminación rojiza. La atmósfera no podría estar mejor conseguida.

El momento de la congelación es realmente magnífico. Ya sea por la impresionante banda sonora, por el memorable «lo sé» de Han como contestación al «te quiero» de Leia, o por que lo primero que vemos cuando se disipa el vapor es un primer plano de Vader (como si fuese un símbolo de su infinita maldad y poder), el caso es que cuando se acaba la escena uno acaba destrozado y agotado. Y aún tenemos que sufrir un poco más, pues Luke acaba de llegar y todos sabemos que Vader le va a dar una paliza.

 

Debo decir que el duelo de sables de luz que acontece me parece, de lejos, el mejor de las seis cintas que forman la saga. Violento, largo, agotador, durísimo y con un equilibro perfecto entre espectacularidad y realismo (no encontraréis las excesivas acrobacias y florituras vistas en la trilogía de precuelas), y que además tiene un plano que a mí me fascina: Cuando el combate está a punto de acabar y Luke ya está exhausto y herido, hay un momento en el que la cámara se coloca en la espalda de Skywalker, y le vemos diminuto intentando contener como puede los salvajes espadazos de un gigantesco Vader. Pelos de punta. Tras esto, ya sabéis lo que toca: Pérdida de mano y… «YO SOY TU PADRE». Sería absurdo afirmar que este alucinante y mítico momento sigue teniendo el mismo impacto, pues todo el mundo, haya visto o no las pelis, sabe que Darth Vader es el padre de Luke, pero como es el gran momento al que nos ha conducido todo el film, como es el auténtico clímax, como la música acompaña tan sumamente bien, y como es tan jodidamente perfecto… Sí, sigue siendo brutal.

Pero aún queda por señalar el momento en el que Leia percibe a un manco, magullado y traumatizado Luke y va a rescatarlo. Sí a eso sumamos la frase «hay otro…» por parte de Yoda, ya tenemos otro quebradero de cabeza que darle a los espectadores que vieron la película en su día.

Y así acabamos esta colosal aventura, con nuestros héroes hechos polvo (uno de ellos congelado y en manos de su peor enemigo) y con un montón de preguntas sin respuesta. Al menos ganamos a un redimido Lando como aliado.

 

No hay mucho más que añadir. Todos los actores están bastante mejor que en la cinta inicial, sospecho que porque Keshner es mejor director de actores que Lucas, y los efectos especiales son, una vez más, apabullantes. TODO en esta película es, simplemente, lo mejor de lo mejor.

Tres años más tarde veríamos el cierre de esta increíble saga. Un final que, si bien es notable, es ciertamente inferior a sus dos hermanas mayores. La comentaremos próximamente.

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