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Crítica: «Final Fantasy VII: Remake», el regreso del hijo pródigo (o parte de él)

Resumen de la Crítica

Historia
Jugabilidad
Gráficos

¿Relleno? Mejor "genial expansión".

Este remake es un juego mucho más introspectivo, más contemplativo, sí, pero con sus dosis de acción. Cuarenta horas divertidísimas que si no nos anclamos al pasado, dejan muy satisfecho.

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Cuando me regalaron hace unos años la PS4 me dije a mí mismo: «Vale, acepto el regalo porque esta es la consola con la que algún día disfrutaré del Kingdom Hearts 3 y del Final Fantasy VII Remake». Por el camino he gozado de otras maravillas para el recuerdo, pero la llegada de este título anuncia que una nueva generación consolera se acerca. 

Creo que muchos esperábamos con ansia este momento. El del retorno de Cloud Strife y compañía. Esperábamos el glorioso re-telling de su aventura original. No un spin-off. Se nos prometió devolvernos un juego más que clásico, legendario. Un juego que cuenta con más de dos décadas de vida y que supuso un hito para muchos amantes de los RPG en general y para la que es quizás la saga más conocida de Square en particular.

Un Final Fantasy que, (abro debate), no es el mejor y más pulido de la franquicia y en su momento ni siquiera explotaba toda la potencia gráfica de la primera máquina de Sony. 

No era tampoco mi Final Fantasy favorito, honor que le concedo quizás al VIII (Squall for president). Pero sí es verdad que fue el primero que empleaba gráficos 3D poligonales y que disfrutábamos en Playstation (hasta entonces sólo lo habíamos catado en plataformas «nintenderas»). Y aquello marcó. Pero, no voy a negarlo, si por algo es especial este título, es por sus personajes y el contexto que define. Porque todo ello tiene un carisma especial. De hecho único e irrepetible. Este mundo industrial, mecanizado de Gaia, no se ha vuelto a repetir en títulos principales de la saga que en sucesivas iteraciones fueron más tendentes a la fantasía medieval, al steampunk o a la tecnología punta. 

Por todo esto, para muchos adeptos a la saga, el retorno de Final Fantasy VII ejecutado a manos de Tetsuya Nomura (que ya participase en el original a las órdenes del gran Hironobu Sakaguchi), suponía un sueño hecho realidad. Desde ese E3 de 2015 en que lo anunciaron, hemos tenido los pelos como escarpias y ojo, no es para menos. 

No voy a profundizar en la sinopsis de este Final Fantasy VII ¿En resumidas cuentas? Cloud Strife, ex-Soldado, es contactado por su amiga de la infancia, Tifa y contratado por la organización ecologista Avalancha para acabar con la compañía energética Shinra, que succiona la vida de Gaia a través de los reactores Mako. Cloud, introvertido y huraño, irá poco a poco involucrándose en la causa de los eco-pacifistas y enfrentándose a su pasado reflejado en la figura del Soldado Sefirot.

Pero entremos en materia (nunca mejor dicho) De todo hay en este cartucho (¿se puede hablar de cartucho aún en 2020?), cosas buenas y cosas no tan buenas, pero, si he de dar una opinión puramente personal, puedo decir que lo estoy gozando como hacía muchísimo tiempo no paladeaba un juego. Tengo esa sensación de “quiero más” y de “¿qué pasará a continuación?”. Una sensación de verdadera empatía con los personajes que me lleva a sonreír si Tifa le tira los trastos a Cloud o a emocionarme con los discursos de Barret. Podéis carcajearos quienes me leais pero esas cosas no me pasaban desde precisamente aquellos años en que disfrutaba del juego original.

Es muy probable que a estas alturas (teniendo en cuenta que muchos se pusieron manos a la obra con este Final Fantasy VII Remake hace casi un mes) hayáis leído comentarios de jugones que se quejan y tildan a este juego de estafa. Afirman que todo es relleno, que no vale «pa’na»… Pues quien suscribe estas líneas, que acaba de revisitar el clásico no hace mucho, va a defender este remake con total tranquilidad y razones de peso más que suficientes.

¿Qué ocurre en mi opinión? Pues que para acometer una salvajada tan grande como es rehacer este título, sólo se pueden tomar dos caminos. O llevas a cabo un plan muy conservador, manteniendo casi intacto el aspecto visual del juego, limpiándolo y conservando la historia tal cual, como hiciese Square hace no mucho con el remake de Secret of Mana, o te vuelves loquísimo, coges los elementos clave de la historia y los personajes, no te conformas, arriesgas y rompes todos los moldes. Que es lo que a mi juicio han hecho. 

¿Sabéis esa sensación de tener algo idealizado? ¿Algo que en nuestra cabeza es maravilloso pero que en realidad no lo es tanto? Me pasó en 2013, que rescaté mi vieja Playstation y le di un tiento, precisamente a mi querido Final Fantasy VIII sólo para preguntarme porqué Squall no lucía tan «4K» como yo pensaba. Pues eso. Que a veces, la mente y el corazón recuerdan de forma muy diferente. Y eso es lo que a muchos fans nos afecta al experimentar un remake.

A nivel técnico, obviamente, el juego de 1997 sacaba mucho partido de los 32 bits pero también era imperfecto en muchos sentidos. Desde diseños de escenarios poco funcionales a movilidad de personajes reducidísima, combates limitadérrimos y para desgracia nuestra, una traducción horrenda. Pero es que si vamos más allá y analizamos un poco la historia, y la narrativa, hija de su época, todo sucedía a trancas y barrancas, con sucesivos deus ex machina, sin explicación, sin profundizar en motivaciones, en los personajes…

Pero, repito, eran limitaciones narrativas del momento, pues con el tiempo ha quedado demostrado que el universo en torno a Final Fantasy VII tiene un gran valor, algo que quedó más patente si cabe con spin-offs como el fantabuloso Crisis Core de PSP, con Dirge of Cerberus o incluso con la película de Advent Children, que para muchos supuso el punto de no retorno y la caída del título en las manos de Nomura. Final Fantasy, como la moderna Star Wars se enfrenta desde entonces a un fandom dividido.

Pero Nomura es experto en extraer pepitas de oro y sabía del valor de ese universo, razón por la cual se ha dejado la piel para brindarnos la oportunidad de revisitar esta historia desde un punto de vista totalmente distinto e innovador. Me atrevería a decir incluso que esto no es un remake sino una reconstrucción del universo FFVII en todo su espectro. Una Crisis en Tierras Infinitas que adapta el título a los tiempos que corren y lo vuelve complejo. Realista y muy inmersivo. Voy a decir ABSORBENTE incluso. 

¿Por qué se queja la gente entonces? Pues a mi parecer porque este juego es sólo una parte de una serie más extensa. Porque este FFVII Remake sólo cubre, en términos narrativos la historia que el original relataba en las primeras 4 horas de juego. Porque Nomura se ha sacado de la manga mil historietas secundarias maravillosas que cubren todos esos huequitos que generaban incoherencias en la trama original, y que hacen de esta una experiencia envolvente más allá de lo cinematográfico. 

Me explico con un ejemplo básico y del principio del juego, para no spoilear. 

Primera media hora del original: Avalancha llega al reactor Mako 1, pone una bomba, huimos como Cloud por la ciudad rápidamente, cogemos un tren y acabamos en el Seventh Heaven de Tifa, en la base secreta de Avalancha. 

Remake: Esto mismo ocurre en, como poco, las 3 primeras horas de juego. ¿Por qué? Porque al detonar la bomba y salir del reactor, arranca el Capítulo 2, (sí, este remake, muy inteligentemente se nos narra por capítulos que segmentan perfectamente la historia) en el que salimos del reactor, cruzamos la ciudad, vemos los destrozos causados por nuestras acciones, el sufrimiento de la gente, cuanto relatan los medios… Cruzamos el sector hacia la estación. Nos encontramos con Aeris, tomamos el tren, llegamos a las barriadas, las recorremos, llegamos el Seventh Heaven, Tifa nos lleva a Villa Cosmos, al día siguiente comenzamos a recorrer la barriada haciendo nuestros pinitos como mercenario, interactuamos con secundarios como Biggs y Wedge, nos escaqueamos en una misión nocturna a los barrios residenciales de Midgard y conocemos a la familia de Jessie… hasta que por fin llegamos al mismo punto de la historia, en el que Barret dice «Nuevo objetivo, reventar el reactor Mako 5».

¿Relleno? Yo lo llamo expansión. Universo expandido

Tal como se nos relatan los acontecimientos, con esa riqueza de detalle, mostrándonos aspectos inexplorados de la historia, con giros ambiciosos y perspectivas significativas, casi piensas «¿Cómo pudieron contarme la historia en 1997 omitiendo todo esto?»

¿Relleno? Yo lo llamo expansión. Universo expandido. Profundizar. Darnos motivos de por qué Avalancha hace lo que hace. Permitirnos conocer a personajes como Jessie, Biggs y Wedge que apenas tenían peso en el original. (Incluso el NPC, Johnny, aquí es un hallazgo que tiene su miga…). te implicas de tal modo que llegas a plantearse si Avalancha hace bien o si sus acciones son tan deleznables como las de Shinra.

Es increíble la sensación cuando paseas por las barriadas, entre chavolas, y escuchas a la gente cuchichear sobre ti o sobre las acciones de Shinra. Es algo que hace maravillosamente el juego, el permitir que nos mezclemos con el entorno y nos sumerjamos en sus historias. No puedo dejar de decir que es cierto que muchos niveles son un tanto «pasillo», pero en su defensa añadiré que esto permite la contemplación, el disfrutar de los mil detalles del mundo qeu Square ha puesto ahí para nosotros. En ocasiones el paseo es largo, como el que nos damos desde la iglesia hasta casa de Aeris, pero el precioso escenario y la mítica melodía de fondo tocada a piano hacen que se te olviden los males.  

La aventuura funciona, no sólo para quien disfrutó en 1997 sino también para quien descubre el juego en 2020 que va a saber apreciar los recursos propios de los RPG clásicos llevados aquí a la jugabilidad y los requerimientos de esta nueva era. Sus mecánicas son el cúlmen de la evolución de esta franquicia.

Dicho lo cual, por ejemplo, la gente se queja mucho del sistema de combate. Lo critican de asemejarse al de Kingdom Hearts, de ser «demasiado action RPG», anhelan el combate por turnos… Pero ¿han olvidado los últimos juegos de la saga? Opino que el sistema de combate diseñado para este Final Fantasy es de lo mejor que ha hecho Square en la vida. Para nada es un machacabotones. (Os lo dice un jugador manco). Los combates son en tiempo real, sí, pero hay que emplear los «ataques normales» para rellenar la barra BTC y poder así realizar acciones más potentes, ataques característicos de cada personaje, lanzar magias… y eso, es absolutamente clave, porque aquí cada enemigo actúa de un modo distinto, se mueve a su manera, emplea su estrategia, tiene sus puntos débiles. A veces incluso se alían entre ellos, combinando ataques como tú lo harías con los miembros de tu equipo. No vale solo con aporrearles. Hay que usar la cabeza, hacer que se fatiguen, emplear ataques físicos hasta lograr que un enemigo sea vulnerable para luego emplear la magia, descubrir qué ataques elementales le afectan o en qué momento dado… La velocidad a la que se disputan los enfrentamientos y ese factor estratégico hace que sea verdaderamente divertido combatir.

Por no hablar de que cada personaje es un mundo. El modo en que combate Cloud con sus espadones nada tiene que ver con cómo lo hace Barret a distancia con sus armas de fuego, con cómo Aeris lanza hechizos o con cómo se mueve o enlaza combos Tifa al más puro estilo beat em up. Y luego, claro está, se mantiene la esencia del sistema de materias, permitiendo que añadamos esa “capa de customización” extra a cada personaje con respecto a sus habilidades y magias según la materia que lleve engastada. 

No se puede negar que este Final Fantasy VII es la joya de la corona de Square ni la dedicación y el cariño puestos para traerlo a nuestras consolas.

Este remake es un juego mucho más introspectivo. Su narrativa se centra más en las historias personales que en la batalla de Avalancha versus Shinra. Es un juego mucho más contemplativo, sí, pero ello no le resta sus dosis de acción, todo en perfecto equilibrio. Y ante todo es un título divertidísimo que, salvando algún momentillo tedioso o el hecho de ser una aventura incompleta (esto es lo que más me duele), deja muy satisfecho. 

Ahora sólo queda esperar a que salga su continuación. Ver cuántos capítulos harán falta para contar esta historia que ha sido ampliada con nuevas líneas argumentales, tramas, personajes y secretos y ver qué nos deparará el futuro.

Dandan_Friki Pills

Dani Collado. Comunicólogo. Replicante mentalmente divergente. Leo cómics en mi TARDIS. I ? books, sci-fi, dinosaurs ? & cheesecake. Friki 24/7.

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