Reportajes de cine

La distopía del mes (IV): La Jetée

Chris Marker, conocido por su película Sin Sol (Sans Soleil, 1983), y un experto en el cine de género documental, nos presenta una película nada convencional, pero capaz de transmitir en sus 28 minutos de metraje una realidad que no deja a nadie indiferente.  

 

El director

 

Este director, de origen francés, tiene en su haber más de medio centenar de películas, la mayor parte de ellos del género documental. No en vano, la Cinemateca Francesa le atribuye la creación del "documental subjetivo", un subgénero en el que el texto es tan (o incluso más) importante que la imagen. Su película más trascendental a nivel internacional es La Jetée (1962), sirviendo de inspiración para la película Doce monos (Twelve Monkeys, 1995), de Terry Gilliam.

 

La trama

 

Tras la Tercera Guerra Mundial, París queda devastado, y debido al holocausto nuclear, los seres humanos están condenados a vivir en el subsuelo. Un grupo de científicos de aspecto militar selecciona personas para ser sometidas a diversos experimentos que les darán la facultad de viajar en el tiempo, con el fin de hallar una solución a su situación. La mayoría de personas, al pasar por esta experiencia, mueren o enloquecen. Sin embargo, consiguen encontrar a un hombre que resiste los experimentos iniciales y es capaz de viajar en el tiempo. Este hombre está obsesionado con una imagen de su niñez, el rostro de una mujer, lo que le servirá de motivación para soportar la realidad.


 

La distopía

 

Se trata de una distopía post-apocalíptica. La Tercera Guerra Mundial ha estallado, y sus consecuencias son devastadoras. La guerra nuclear hace imposible la vida en el exterior, y los seres humanos se ven obligados a vivir en cuevas. No parece haber un sistema político más allá de los científicos que experimentan con personas, que eligen a otros supervivientes para realizar sus experimentos y capacitarles para viajar en el tiempo. El sacrificio de seres humanos es justificado por la posibilidad de salvación de la raza. Esta distopía no es descabellada (al menos en el aspecto de las consecuencias que tendría na nueva guerra mundial), y entra en el marco de lo posible (o incluso de lo probable, tal y como están los tiempos), lo que la hace aún más espeluznante.


 

La crítica
 

El director bautiza a este filme como una "fotonovela". Todo aquél que decida realizar una aproximación a La Jetée, ha de saber que la película está compuesta por imágenes fijas concatenadas, no por imágenes en movimiento. Además, está rodada en blanco y negro (lo que aumenta la sensación de documental de guerra) y la inquietante banda sonora acompaña la voz de Jean Negroni como narrador de la historia.

Los personajes de la película son anónimos, no se presenta el nombre de ninguno. Se identifica a los temibles científicos (que pueden evocar ligeramente a los científicos nazis de la Segunda Guerra Mundial) gracias a su vestimenta militar y sus pequeñas gafas con micro-objetivos. La película carece de diálogos, la única voz presente en todo el metraje es la del narrador. Se introducen efectos sonoros tales como latidos de corazón, que dotan a determinadas escenas de gran tensión y generan mayor empatía con el personaje.

Con estas peculiares características, Chris Marker introduce de lleno al espectador en un fantástico relato, sin nada que envidiar a las grandes superproducciones, dotadas de vistosos efectos especiales o actores de renombre. La Jetée no lo necesita. Es lo que diferencia a una película de una obra maestra.

La morsa verde

Amante de la ciencia ficción, el terror y la fantasía, tanto en versión cinematográfica como literaria.

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