Críticas de cómics

Crítica: «La Casa Slaughter 2: Escarlata», el color del conocimiento

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Muy Recomendable

Sigue ampliándose en "universo" creado por Tynion IV y Dell'edera

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La serie de éxito Hay algo matando niños ya nos sorprendió hace unos meses con el primero de los tomos de su spinoff, La Casa Slaughter. Allí profundizaba en aspectos de este universo y de estos personajes que no daba tiempo a explorar en la serie «madre» y, en este segundo volumen recién publicado por Planeta Cómic, lo sigue haciendo.

Aunque el cambio de tomo también supone cambio de personaje y de facción de la casa Slaughter. Vamos a conocer más sobre los Máscaras Escarlatas a través de Edwin Slaughter. Este joven entregado a la causa y a la facción escarlata dedica su vida a escribir y documentar (y documentarse) que es para lo que están estos acólitos. Pero él anela algo de acción e incluso siente un poco de envidia por Erika, la protagonista de la serie original.

Parece que sus plegarias han sido escuchadas y es enviado a una misión de campo, aunque solo para investigar. Han llegado noticias de un campamento infantil donde se están produciendo extraños ataques a niños, vaciándoles los ojos… por lo que todo apunta a que un ente demoníaco/monstruoso, de esos que ellos combaten, se ha materializado en la zona.

Hasta allí marca nuestro protagonista pero, como pasa con estos acólitos, no están solos. Le acompaña su «demonio personal» que, en el caso de Edwin, se trata de un pincel parlanchín. En ese campamento encontrarán algo que no esperan y que va más allá de lo que están acostumbrados. Además, conectará a nuestros protagonistas con su pasado y con el origen oculto de Edwin y su llegada a la Casa Slaughter.

Tynion IV se muestra un poco más críptico que de costumbre y deja el peso de la narración literaria en manos de Sam Johns y en lo visual, menos mal, tenemos a Werther Dell’edera. Con él, la historia se torna un viaje onírico de auténtica pesadilla con compisiciones artísticas realmente impactantes. El estilo brusco y descarnado del artista hace de esta historia algo único dentro de la serie y, aunque no deja de repetir la fórmula que vimos en otras ocasiones explicando el origen de otros personajes, en esta ocasión se torna todo más… épico o legendario.

Sin embargo la parte literaria no termina de exprimir la historia. Falta información o algo más de desarrollo en los protagonistas. Lo que comienza siendo un misterio a desentrañar que salpica a nuestro protagonista, acaba siendo un enigma particular de este que no termina de verse con claridad. También se deja de contar lo que sucede en el campamento y solo al final los guionistas parecen acordarse y lo solucionan con una escena de cierre acertada, eso si.

Se ha convertido en una franquicia de terror que crece con cada número y va aumentando su leyenda, con mucho que ofrecer aun. Tynion IV es tan imprescindible como Dell’edera y si cualquier otro autor interviniese, sin duda se notaría. En este tomo hay un ejemplo palpable, pues el guión corre a cargo, también, de Sam Johns.

Lo próximo en aparecer será el sexto volumen de Hay algo matando niños. Entonces sabremos si sigue ese sello, esa línea tan particular que hace, de esta, una serie única. Imaginamos que sí y esperamos, ya de paso, que en futuros volúmenes de La casa Slaughter cuiden con mimo y dedicación lo que tanto ha costado construir. En definitiva, Tynion IV y Dell’edera son impresindibles para que no se cierre La casa Slaughter.

Giacco

Redactor jefe de las secciones de Cómics y Videojuegos, así como presentador de muchos de los programas de Hello Friki Podcast.

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