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Crítica: «Ikai», terror japonés made in Spain

Historia
Jugabilidad
Gráficos
Duración

Para fans del terror japonés

Un juego independiente algo corto pero intenso que hará las delicias de los enamorados del folklore sobrenatural japonés

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Siempre recibimos con los brazos abiertos los proyectos que llegan desde estudios españoles. Juegos independientes realizados con presupuesto ajustado y mucho talento y ganas… y eso se nota siempre en el producto final. Se nota que los recursos y el dinero es limitado, pero también que tenemos en nuestro país una muy buena cantera de profesionales que solo necesitan una mínima oportunidad para hacerse un hueco en la industria.

Esto pasa con el estudio barcelonés Endflame, compuesto por tres personas, antiguos compañeros de clase, dispuestos a demostrar de lo que son capaces con este Ikai. Lo hemos jugado y hemos comprobado todas sus virtudes, que no son pocas, mientras nos llevábamos algún que otro sobresalto recorriendo el misterioso templo y sus alrededores.

Japón, tierra de misterios y Yokais

Nos encontramos en ese Japón tradicional que tanto interés nos despierta. Encarnamos a Naoko, una joven sacerdotisa que se encuentra sola en el templo y que va a tener que hacer frente a las numerosas amenazas que pululan por la zona… y a una maldición familiar que parece perseguirla en forma de yokai (o yokais, así en plural)

El juego es en primera persona y solo tenemos los pensamientos de Naoko para guiarnos, esto dota al juego de un carácter inmersivo bastante potente. Recordamos que estamos sola y el templo y los alrededores se van a convertir en un entorno realmente aterrador, sobre todo cuando caiga la noche y empiecen a aparecer las presencias no deseadas. Por fortuna, nuestro maestro nos ha enseñado a escribir sellos protectores con los que ahuyentar y exorcizar a las presencias malvadas. Esa será nuestra arma durante todo el juego, olvidaos de disparar o combatir… tendremos que escondernos, ser sigilosas y buscar papel y tinta para escribir cada sello.

Una aventura corta e intensa

Una de las virtudes de Ikai es que la atmósfera de terror va creciendo poco a poco. Si al principio las apariciones son incluso hilarantes, pronto se transformarán en presencias más amenazadoras y persistentes… y aterradoras. El mapeado, bastante limitado, se reduce al templo y sus distintas edificaciones, además de los jardines y el bosque colindante. Pequeño, pero suficiente para desarrollar la aventura completa que acabaremos en unas dos horas.

Este es un punto que juega en contra de Ikai, pues la experiencia es tan breve que acabaremos el juego casi sin darnos cuenta y, si no estamos muy atentos a los comentarios de nuestra protagonista… puede que incluso no sepamos ni lo que ha pasado. Será inevitable leer las notas que encontremos, porque en ellas se nos presentan algunos yokais y seres del folklore local… algunos de los que se nos aparecerán, incluso. Estas notas están acompañadas de bellos grabados y suponen un interesante añadido al juego. Son, en definitiva, coleccionables de los que vale la pena ponerse a buscar.

Ambientación y sustos bien medidos

Para ir avanzando en Ikai tendremos que resolver cantidad de puzles, aunque en su mayoría son sencillos y no nos llevará mucho tiempo resolverlos. Emplearemos más el tiempo en la búsqueda de objetos que nos ayuden a vencer a nuestros enemigos.

Las apariciones de seres fantasmales no son demasiado abundantes, algo que se agradece. Aquí vale eso de «menos es más». Es decir, si el juego fuera un carrusel de monstruos, perdería toda su tensión. Vale más como está planteado, contando y midiendo esas apariciones, buscando que formen parte de la historia que se cuenta y que marquen picos de terror solo en momentos concretos. A todo eso ayuda la ambientación… parajes oscuros, puertas de papel de bambú con sombras inquietantes, suelos que crujen, corrientes de aire que ululan… Es uno de los mejores aspectos del juego, esa inquietud producida por el entorno.

En cuestión de gráficos, la versión de PC y PS5 tiene un acabado fabuloso saliendo perdiendo en Switch y PS4… aunque en esas versiones también conserva ciertas virtudes, como el esmero puesto en los objetos cotidianos, con muy buen acabado y excelentes texturas, así como en los cuidados parajes como son el bosque o el jardín, que lucen una factura muy bella. Los interiores son los que más sufren en sus versiones «menores», pero nada que lastre la jugabilidad y el disfrute del título.

A modo de conclusión, podemos recomendar Ikai para los enamorados del folklore japonés y de sus «entrañables» yokais. Sabiendo de antemano que es un juego corto y con una historia poco original, pero que aporta numerosas cualidades para disfrutar de todo lo que el juego ofrece. Su ambientación y la recreación de ese trocito de Japón es excelente y se nota todo el cuidado y cariño puesto por el equipo desarrollador. Quizá lleguemos a ver una continuación, que cuente con más recursos y con la experiencia acumulada tras terminar este juego… sería una cita ineludible y volveríamos a acompañar a Naoko sin dudarlo.

Giacco

Redactor jefe de las secciones de Cómics y Videojuegos, así como presentador de muchos de los programas de Hello Friki Podcast.

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