Reportajes de cine

Festival Buenos Aires Rojo Sangre 2012: Crónica Diaria N° 1

Hoy en día, el comienzo del Festival Buenos Aires Rojo Sangre, más conocido como BARS, es todo un acontecimiento para los fanáticos del cine de terror, fantástico y bizarro no sólo en Argentina, sino también en los rincones más distantes de América del Sur. Ese pequeño punto de encuentro donde hacia el año 2000 un grupo de amigos se encontraba para exhibir sus propios cortos y largometrajes filmados con una cámara digital, prácticamente nada de presupuesto pero mucha creatividad y fuerza de voluntad, se ha convertido hoy en el único evento del cine de género puro del continente. No por nada, su famoso slogan reza: “El cine que no te van a dejar ver en ningún otro festival”.

Así, el día 25 de octubre, quedó oficialmente inaugurado el BARS en su edición número 13, número especial para los fanáticos del terror, si los hay.

Como es regla durante los últimos años, el evento está compuesto por las tradicionales muestras de cortometrajes argentinos e internacionales, entre los que se incluye una sección especial de cortometrajes españoles; la Competencia Internacional de Largometrajes, probablemente la más relevante de todas, no sólo porque entrega la mayor cantidad de premios sino también porque se exhiben cintas de todo el mundo que rara vez se estrenan en los cines argentinos; y la Competencia Iberoamericana de Largometrajes.

Pero, además, este año se adicionaron variadas y jugosas secciones fuera de competencia, como es el caso de la sección Novedades, que propone, por ejemplo, la exhibición de piezas destacadas como Invasion of Alien Bikini (Corea del Sur, 2012), Lobos de Arga (España, 2012) o Little Monsters (Estados Unidos, 2012), último opus de David Schmoeller, director de clásicos del terror clase B como Tourist Trap (1979) y Puppet Master (1989). También promete la sección Argentina Año Verde, que tiene programados los estrenos de filmes locales de género exitosos en los festivales alrededor de Latinoamérica, pero que, en su mayoría, no han tenido el merecido lugar en la cartelera vernácula –vaya uno a saber por qué ocurren estas cosas. Allí podremos encontrar, por ejemplo, las esperadas Diablo (Argentina, 2011) y La Memoria del Muerto (Argentina, 2011). Como si fuera poco, la sección Última Página recorre un interesante arco sub-genérico con la ultragore Jodidos Kabrones (España, 2012), el slasher Sonríe (Argentina, 2012) y la zombieficada Crónicas Z (Argentina, 2012).

También se podrá encontrar una sección inédita denominada Filmoteca Presenta en la que se exhibirán las joyas clásicas del Festival en el original de 35mm: La Ira del Espadachín Manco (1971), Critters 2 (1988) y Bride of Chucky (1998). Todas serán presentadas por Fernando Martín Peña y Fabio Manes, reconocidos historiadores, coleccionistas y críticos cinematográficos argentinos –vale aclarar que Peña es uno de los responsables de encontrar en 2008 la copia perdida de la icónica Metrópolis (1927) en el Museo del Cine de Buenos Aires. Sin dudas, estas serán las funciones más concurridas así como muy probablemente las más emocionantes.

En cuanto a la primera jornada, por el momento lo que más se ha destacado es cierta temática en común de las propuestas así como su irregularidad. La primera función, que inauguró la Competencia Iberoamericana, presentó Reacciones Adversas (México, 2011), un thriller psicológico filmado en súper 16mm, ejercicio de bajo presupuesto en el que se advierte la influencia de David Lynch, homenajes explícitos a Taxi Driver (1976), de Scorsese, y giros del guión al estilo de Christopher Nolan. A la salida de la proyección se pudo confirmar la decepción de no pocos espectadores, probablemente porque esperaban otro tipo de propuesta en lugar de tonos reposados, con abundancia de planos fijos y escasez de diálogos.

Más tarde llegó la catarata de cortometrajes psychokillers, el primer volumen de cortos argentinos y la mencionada Jodidos Kabrones, que inauguró la sección Última Página. Sigue sin convencer el modo de proyección de los cortometrajes en DVD ampliado, un punto bajo del Festival que no permite disfrutar de la imagen y el sonido de las obras como realmente debería ser. Queda el consuelo para los realizadores –varios de ellos presentes en la sala– de poder mostrar sus trabajos en la pantalla grande de un cine.

Finalmente, el cierre de la noche vino de la mano de 555 (Argentina, 2012), película fantástica de tono apocalíptico que aún no ha tenido estrenos en salas comerciales a pesar de haberse rodado hace dos años. El filme cuenta la historia de un profesor de filosofía obsesionado con hallar el secreto de los dibujos proféticos de Benjamín Solari Parravicini, quien fuera conocido como el ‘Nostradamus argentino’. Pero la película es demasiado irregular, le sobran varios minutos y presenta un giro del guión hacia el final que resulta muy poco creíble y hasta casi injustificado.

Como puede verse, las propuestas de este primer día se enfocaron más hacia el thriller psicológico y fantástico, con un predominio de la creación de climas de suspenso más que del regodeo en la sangre y el gore. El segundo día promete ser bastante diferente, pero esa es otra historia.

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