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Crítica: “ Osamu Tezuka 11: Vampires”.

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Rica mitología

Si el reino animal no es más peligroso para uno de sus miembros que la necesidad del otro para sobrevivir, no hay manera que eso se cumpla con el ser humano.

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Planeta continúa con su ambicioso proyecto de todo Tezuka presentando la inédita Vampires. Es curioso que no haya diferencias en estilo y tono que la anterior obra aquí traída, Prime Rose, a pesar de los casi veinte años que las separan. Para bien o para mal, esa atemporalidad permanente tiene el mismo peso para apreciar alegorías que para apreciar ese aspecto desfasado en lenguaje y arquetipos.

A pesar de eso, en plenos años sesenta, con el comic code vigente en el mercado estadounidense y las limitaciones autoimpuestas en Europa, ya sea por censura ya sea por cuestiones comerciales, no creo que haya en esa época cómics más explícitos, crudos y duros que el manga. A pesar de que la apariencia y expresiones, a primera vista, continúen pareciéndonos infantiles. Porque temas tan oscuros y malignos siguen escondiéndose en looks cuquis y caricaturescos a pesar de seguir enseñando de una forma comprensible pero fatalista, lo peor y lo mejor de la condición humana.

Como en otras obras, Tezuka golpea de nuevo en su enésima versión del enfrentamiento entre el mal puro contra la inocencia interrumpida. Negro o blanco. Como es frecuente en su trayectoria, apenas hay grises. Y ello, me imagino, por su vocación humanista en su vertiente divulgativa. Además, los civiles o los personajes entre líneas o fuera de plano vuelven a sucederse como espectadores ingenuos o desinteresados, como señalando que unos pocos hacen mucho mal, otros tantos se les enfrentan y el resto a verlas venir.

Da con el dedo en la llaga con la alegoría que parece atisbarse en estas páginas. Si el reino animal no es más peligroso para uno de sus miembros que la necesidad del otro para sobrevivir, no hay manera que eso se cumpla con el ser humano. Y sobre todo, si a los miembros del reino animal se les dotara de inteligencia. Por muy poca que sea, ¿seguirían actuando según sus instintos o actuarían conforme a nosotros? En la isla del Doctor Moreau de H.G Wells se estudió esta variante. Y al contrario, ¿si a un puñado de humanos se le dotara de la capacidad de transformarse en animales con su inteligencia intacta, utilizarían esa habilidad en beneficio de todos o para dominarlos a todos? Estos dilemas son los que se exploran en esta obra a través de los wecos y los vampíricos.

Si los planes argumentales una vez explicado lo anterior no se alejan de esas ficciones fantásticas de vampiros o seres poderosos en la que la humanidad se alía con criaturas nobles en el enfrentamiento con las crueles para evitar que la misma sufra, lo que si noto a Tezuka en esta obra es una exageración fuera de lo normal en el slapstick y lo absurdo. Está más desatado que nunca. Si es algo ya usual en su obra, que se acepta, en este caso se le va muy mucho. Es más anticlimático que nunca. Además, como el propio Tezuka se introduce en la obra con gran importancia en los destinos de los protagonistas, el maltrato personal que se impone es casi hilarante. También en las referencias metalingüísticas con el manga y los estudios de animación de la época.

La mitología en las razas sobrenaturales que desarrollan los acontecimientos está muy bien perfilada. No sólo para justificar sus acciones malvadas o bondadosas sino que cronológicamente explica muy bien porque hacen lo que hacen. Aparte que es bastante imaginativa en diseño y en fondo dramático. Lo mismo para el villano, que pudiendo justificar un origen trágico para construir una personalidad malvada, Tezuka obvia esto para presentar un joven absolutamente cruel que disfruta siendo malvado.

La obra se completa con historias autoconclusivas ambientadas en siglos pasados sobre la presencia de estas criaturas en determinadas épocas históricas. En este caso, el ritmo y estilo es más clásico y fluido.

También se presentan una serie de episodios cortos que forman un extraño arco final que se mueve entre el epílogo y la secuela, a pesar de que la historia principal es totalmente cerrada.

Vampires 1-2, Tezuka Productions. Vampires, Editorial Planeta. Blanco y negro. Cartoné. 850 pags. Pvp: 45 €.

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