Críticas de videojuegos

Crítica: «Blasphemous 2», la penitencia continúa

Historia
Jugabilidad
Gráficos
Duración

Muy Recomendable

Exigente y difícil, pero hermoso y artísticamente sobresaliente.

Valoración de los Usuarios 4.65 ( 1 votos)

Es muy recurrente usar la iconografía de mitos religiosos en los videojuegos. Antiguas religiones como la escandinava, la griega, la egipcia… aparecen en sagas que todos podemos enumerar sin mucho esfuerzo. Lo que no es tan habitual es utilizar la mitología y simbolos de religiones todavía en «activo», evidentemente por estar sujetas a polémicas y ser susceptibles de desatar la ira e indignación de devotos y creyentes.

Así, a bote pronto, apenas se me ocurren un puñado de títulos. Dante’s Inferno, El Shaddai: Ascension of the Metatron, I Am Jesus Christ… y un puñado más. Entre esos pocos destaca uno, aparecido en 2019 y desarrollado por la española The Game Kitchen. Blasphemous retorcía la imaginería y los mitos católicos tan arraigados en el acervo popular español y sevillano de donde es, concretamente, el equipo creativo y su director, Enrique Cabeza.

Un metroidvania de elevada dificultad en el que controlábamos a un deboto, El Penitente, ataviado a la forma y manera de los costaleros de Semana Santa y luchando con distintos tipos de armas y ataques (y magias) con una serie de enemigos que reflejaban, como un espejo deforme, esa herencia cultural y religiosa que es el catolicismo.

Blasphemous, considerado de culto por su estética y por su dificultad, ha estado macerando una esperada continuación que ve ahora la luz, cuatro años después, y que cuenta con una cuidada edición física distribuída por Meridiem Games. Disponible ya para todas las plataformas, os avisamos que en esta ocasión los retos a los que se enfrenta El Penitente son todavía más exigentes, más peligrosos…

Algunas escenas animadas nos narran su intrincada historia

El camino de la penitencia continúa

El Penitente ha renacido y está destinado a luchar contra las malvadas fuerzas que han regresado para dar tormento a las gentes que viven en este desconsolado y apesadumbrado mundo. Vamos, que el argumento es lo de menos y a través de rocambolescas frases y florida semántica se nos darán unas pocas pinceladas de lo que pasa. Acompañadas, eso sí, de animaciones muchas veces y, otras, de hermosas ilustraciones. Mención aparte y destacada merecen las voces que se escuchan en el juego, a cargo de actores y actrices con marcado acento español o, mejor dicho, acentos españoles. Voces contundentes y muy personales recitando tan barrocas frases. Se repite la impresión que esto causa en el jugador y aumenta, exponencialmente, la personalidad única del juego.

El camino se inicia con nuestra resurrección (no se da puntada sin hilo en esto de las referencias religiosas) y desde esas villas partimos: Ciudad del Santo Nombre y Profundo Lamento. Nombres que, por cierto, nos vaticinan el tono que va a tener el juego y lo que nos espera.

A partir de aquí y tras conocer a los primeros pnjs debemos decidir que camino seguir para acabar con el primer grupo de jefes y obtener de ellos los objetos necesarios para continuar. Encontraremos el camino bloqueado en ocasiones pero, por norma, la dificultad de los enemigos que los habitan nos indica el camino.

Nuestro amigo el escultor, su ayuda será imprescindible para mejorar en el combate

Fiel a su mecánica y esencia

En el aspecto jugable encontramos pocas variaciones con el juego anterior. Fieles a la premisa de que si algo funciona, para qué cambiarlo, volvemos a contar con distintos tipos de armas (debemos elegir una de tres en un inicio) y con el ataque básico que poco a poco iremos aumentando para poder realizar combos, ataques aéreos, ataques en carrera, con carga y un buen puñado más. El plataformeo y los saltos son protagonistas también, así como medir distancias y tempo en los combates. Esencial si queremos usar el arma más poderosa del juego, el parry. Si bloqueamos en el momento justo, asestaremos un golpe que en muchas ocasiones será fatal. Pero cuidado, que no todos los ataques se pueden detener.

Evidentemente seguimos contando con la particular magia del juego, aunque limitada y muy débil, será lo que más cuesta subir. Ese es otro aspecto interesante del juego, subir nuestros parámetros. Para ello casi siempre nos tocará buscar y encontrar diferentes artefactos, reliquias y objetos sacros que suelen estar custodiados, como no, por algún malintencionado enemigo. Dándole dichos objetos al pnj adecuado nos ayudará bien subiendo nuestra barra de vida, aumentando el retablo que llevamos a la espalda para poner figuras y otorgarnos ventajas, o bien consiguiendo nuevas armas o hechizos.

Estos simpáticos nazarenos nos harán las funciones de «viaje rápido» entre determinados lugares
Estos portales, que nos suenan del anterior juego, son el otro método del viaje rápido

No olvidemos la tradición

Arriba escribíamos que este Blasphemous 2 es fiel a su esencia. Efectivamente, nos volvemos a encontrar con una serie de personajes extraídos de nuestra herencia religiosa, oportunamente retorcidos y transformados. Algunos nos suenan del juego anterior y otros llegan para la ocasión, son los enemigos que encontraremos por su amplio mapeado torturándonos con sus herráticos ataques y sus mecánicas cuidadosamente estudiadas para acabar con nosotros. Hay una gran variedad y nunca dejas de sorprenderte con sus diseños, que parecen extraídos de la pesadilla de algún monaguillo atormentado.

Tal y como pasaba con el anterior, encontraremos zonas por donde será un calvario solamente transitar. Avanzar, subir escaleras, saltar plataformas… se convierte en ocasiones en todo un reto.

Y para retos, los grandes enemigos, los jefes. Aunque, como hemos dicho, el juego te permite recorrer el mapa casi con total libertad (al adquirir nuevas armas y habilidades abres nuevos caminos), la dificultad de los enemigos que encontramos nos indica por donde podemos avanzar y por donde… va a ser mejor dejarlo para más adelante. Y cada uno de esos caminos nos lleva a un jefe que, sin excepción, suponen un desafío a veces desesperante. Ya sabeis lo que toca: morir y volver a intentarlo, una y otra vez, aprendiendo rutinas y ataques. El ABC en este tipo de juegos y que todo posible jugador debe tener en cuenta para no acabar subiéndose por las paredes. Pero como pasa siempre que el juego es bueno, la práctica y la paciencia, la constancia y el aprendizaje, nos llevará hasta la victoria final. Ahí es cuando el nombre de Penitente cobra todo su significado.

Fue el primer jefe que encontramos… y nos hizo sudar sangre

El Arte Sacro como inspiración

La estética de Blasphemous 2 no bebe solo de cuestiones religiosas. La zona pacífica del juego es un pueblo que recuerda mucho a cualquier pequeña localidad de la España rural, y lo hace en todos los sentidos. Los pnjs que allí encontramos son, otra vez, representaciones de esa cultura. Bien el escultor que nos ayuda con sus obras si le llevamos herramientas, bien el confesor que disipa nuestra culpa, bien esa inquietante monja que nos pide encontremos a sus hermanas perdidas o bien esa escena, llena de lamentos y quebrantos, que es el velatorio… son solo unos pocos ejemplos de la sensacional, pero oscura y turbadora atmósfera que se respira en el juego.

El arte desplegado está a la altura de lo que se espera en esta secuela y, quitando ese pueblo mencionado, encontramos todo tipo de entornos y lugares retratados con un estilo retro pero precioso. Interiores e incluso personajes están inspirados en obras de arte y artistas clásicos que, a su vez, ya se inspiraban en la religión para componer sus obras. Claro está, se les ha dado un barniz oscuro y terrorífico que, sinceramente, tiene su atractivo. Un poco irreverente, un poco blasfemo, pero esa es la gracia y la esencia de Blasphemous.

Dominar todas las técnicas y las armas será fundamental para sobrevivir

Conclusiones

Blasphemous 2 es una continuación lineal del primer título, un poco continuar donde aquel se quedó sabiendo que la trama pasa a un segundo plano cediendo la fuerza y el peso a su estética. Visualmente es apasionante, en todos los sentidos, y no busca reinventarse porque, de momento, no lo necesita. Es más de lo mismo, pero es precisamente lo que queríamos si hemos disfrutado/sufrido el anterior.

Ya llegará, si llega, el momento de reciclarse o cambiar. Blasphemous tiene su estética pegada a su título. Indeleble, como la fe del devoto. El trabajo artístico que respira el juego no merece más que elogios, habiendo cuidado todos los aspectos más evidentes al ojo y al oído… pero también al los «sentidos» del jugador mas hardcore.

Porque, efectivamente, la exigente dificultad es otra de las señas del juego… y aquí se mantiene. Mejor dicho, se potencia. La experienca del primero ha dado al equipo de The Game Kitchen las herramientas necesarias para hacerlo todo mejor, y lo han hecho.

Blasphemous 2 es más dificil que su antecesor. Mas largo. Más inquietantemente hermoso. Pero sobretodo, más irreverente y provocador. Solo apto para penitentes.

Giacco

Redactor jefe de las secciones de Cómics y Videojuegos, así como presentador de muchos de los programas de Hello Friki Podcast.

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