Críticas de literatura

Reseña: «Las Crónicas de Narnia I: El Sobrino del Mago», de C. S. Lewis

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El Sobrino del Mago fue el último libro sobre la saga de Las Crónicas de Narnia que escribió C. S. Lewis y, sin embargo, el primero según la cronología de la trama. Está situado a modo de precuela y de explicación de cómo se creó el mundo de Narnia y cómo surgió el mal. También sirve de aclaración de misterios tales como de dónde surgió el armario y la farola del segundo libro (según la cronología), “El león, la bruja y el armario”.

El protagonista principal es Diggory Kirke, quien, junto a su nueva vecina Polly Plummer, se embarcan en una serie de aventuras donde, sobretodo Diggory, deberán tomar unas decisiones morales que cambiarán el destino de sus vidas.

Diggory y Polly descubrieron por casualidad que su despiadado tío Andrew había creado unos anillos capaces de viajar a otros mundos, y éste los obliga a ponérselos para ver si, como conejillos de indias, también funcionan para los humanos.

Así es como aparecen en el bosque entre mundos donde nada cambia y todo permanece y ninguna magia tiene poder. De esa forma van a un mundo sin habitantes, donde Jadis, la Bruja Blanca, utilizó la Palabra Deplorable para hacer desaparecer toda la vida. Sin querer, rescatan a ésta y se la llevan al mundo real.

El desastre que llega a originar la bruja en el mundo real, donde carece de poderes, revela de forma oculta el profundo potencial del ser humano para realizar el mal, ya que una persona cualquiera, si posee la fuerza de voluntad y la valentía necesarias, puede originar un daño inimaginable pese a sus limitados recursos.

Diggory, para salvar a su mundo y de paso recuperar su tranquila vida, consigue traer de vuelta al bosque entre los mundos a Jadis, con tan mala suerte que también se trae consigo a Polly, un caballo, el cochero y a su tío Andrew. Juntos se internan y asisten asombrados a la creación de Narnia con un estilo indiscutiblemente cristiano, creado por la canción de Aslan, el león.

Aslan, que podría estar basado en la figura de Dios según la visión de C. S. Lewis, provoca en los que tienen buen corazón una alegría y un amor profundos, mientras que a los malvados los sume en un terror que los hace huir a la menor ocasión. La comparación del león con la bomba atómica, así como la posible similitud de la Palabra Deplorable con ésta, demuestran los mayores temores populares de la época en la que se escribió el libro, pocos años después de la segunda guerra mundial.

Es destacable la broma del cuervo cuando, todos los animales (muchos de ellos parlantes) han sido creados, se reúnen a comentar lo que ocurre. Pues, cuando el pájaro soltó lo que él mismo denominó como el Primer Chiste, C. S. Lewis bien podría querer transmitir que incluso su idea de Dios tuvo que tener sentido del humor, pues en algún momento tuvo que crear el humor y, con él, el Primer Chiste.
Sorprendentemente, Aslan decide que los nuevos reyes del mundo serán el cochero y su esposa, a quien hace aparecer en el mundo, y éstos, asombrados, se calificaron a sí mismos de simple gente campo. De esta forma, Lewis no olvida de aclarar con certeza las clases sociales de los personajes nativos de Gran Bretaña, para sin embargo darle la vuelta nombrando reyes del nuevo mundo a dos simples campesinos.
La Bruja Blanca, en cambio, se queda en Narnia encarnando el papel cristiano de Satanás, siempre permaneciendo entre los traidores y los mentirosos y tentándolos con las llamadas “delicias turcas”, que se tratarán en el próximo libro.

Es, por tanto, un libro que plantea las bases de todos los demás, despejando incógnitas a los más seguidores de la saga y que, pese a eso, yo recomiendo leer en primer lugar, siguiendo de esta manera el orden cronológico de las obras. De hecho, la crítica de todos los libros de Las Crónicas de Narnia se hará en dicho orden.

Por otra parte, no es, a mi juicio, tan buen libro ni tan profundo como los demás de la saga que he leído hasta ahora. Su factor infantil hace que, a los ojos de una persona ya madura, el estilo literario y sobretodo conversacional se haga un poco pesado, pero la profundidad moral del argumento, así como la evolución del protagonista, hacen que esta obra pueda ser dirigida a todas las edades.

C. S. Lewis la escribió, por tanto, como una dedicación final a todos los seguidores de Narnia y una respuesta destinada a satisfacer la curiosidad de los lectores acérrimos. Para los lectores actuales, que no vivieron la sucesiva publicación de las obras, les resulta de iniciación en un fantástico mundo lleno de misterios, animales parlantes, bondad, maldad, héroes, villanos y, sobretodo, magia.

Víctor Yeste

Director de la web, revista digital y radio online @HelloFriki. Escritor, ingeniero en Informática, cinéfilo, seriéfilo y, en definitiva, friki empedernido.

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