Críticas de cómics

Crítica: «La Carretera de los Huesos», autopista al Infierno

General
Guión
Dibujo
Personajes
Historia
Edición

Muy Recomendable

Una brutal historia de supervivencia y terror basada en uno de los pasajes más oscuros de la Historia.

Valoración de los Usuarios 5 ( 1 votos)

La Carretera de los Huesos existe. Es una de las construcciones faraónicas más terribles y peculiares de la Humanidad. Se trata de una autopista que se construyó bajo el régimen asesino de Stalin, utilizando presos como mano de obra. Atraviesa Siberia, desde Magadán hasta Yakutsk, más de dos mil kilómetros de asfalto levantados sobre los cadáveres de los trabajadores. Literalmente. Los presos que eran destinados a su construcción sobrevivían una media de un año (calculad el número de personas que participaron/murieron si tenemos en cuenta que se construyó entre 1932 y 1953) debido a las altas temperaturas y el trabajo extremo. No había tiempo de enterrarlos y sus cuerpos se utilizaban como elemento poroso sobre el que verter el asfalto. Así que ya veis que su nombre está más que justificado.

Se le considera una carretera maldita, incluso a día de hoy muere gente en su trayecto: su extremada longitud, su nulo mantenimiento y la falta de poblaciones a lo largo de dicha carretera hace que transitarla sea una arriesgada aventura. De hecho, se recomienda hacerlo solo en vehículos 4×4 y con grandes cantidades de gasolina. Buscando información sobre ella, he visto que este mismo año (2021) fallecieron unos viajeros, perdidos en su interminable recorrido… congelados.

Rich Douek y Alex Cormack decidieron hacer un cómic sobre ella que publicaron en 2020, en IDW: Road of Bones, cosechando una crítica unánime positiva. Editorial Hidra la recopila en un estupendo volumen dentro de su colección Eclipse, donde acoge excelentes novelas gráficas de terror y donde este La Carretera de los Huesos encaja a la perfección.

Roman es nuestro protagonista principal. Se trata de un convicto que ha sido llevado a esta carretera y, a través de la primera parte del cómic, le acompañaremos en esa pesadilla cotidiana que son los trabajos forzados echando asfalto, enterrando compañeros caídos, malviviendo en tremenda condena. Recordad que se trata de presos durante la Rusia de Stalin, es decir, que fácilmente han sido condenados a varios años de trabajos forzados solamente por haber mencionado con desprecio el nombre del líder comunista o por haber criticado su régimen. Es lo que le pasa a Roman. Quizá por eso su cordura está flaqueando y cree ver a un ser que se oculta en la oscuridad: un domovoi, una especie de espíritu maléfico. Se encarga de alimentarlo dándole parte de su escaso rancho… y eso llama la atención de las autoridades. Pero… ¿es todo producto de la imaginación de Roman?

Un par de condenados, sabedores de que acabarán muriendo bien pronto, planean una fuga. El problema es que se encuentran en medio de Siberia y la huida va a ser más peligrosa todavía que la estancia en los campos de trabajo. De hecho, los guardias ni se molestan en perseguir a los que se fugan… sin comida ni agua, con temperaturas extremas, con miles de kilómetros de terreno imposible antes de cualquier lugar habitado, sencillamente es un suicidio. Y aun así, Roman se deja convencer por estos dos personajes y los tres se marchan… bueno, los cuatro, si contamos al misterioso domovoi.

Se abre entonces la segunda parte del cómic, el aterrador trayecto de los protagonistas a través de un infierno helado. Y si pensábamos que la estancia en los campos de trabajo los iba a poner al límite… ni imaginamos lo que van a tener que vivir.

Rich Douek escribe con un estilo sobrio y cortante, donde los personajes están deshumanizados por las circunstancias y doblegados por su destino. El pesimismo y la fatalidad recorre cada escena e impregna sus estados de ánimo. No hay tregua ni espacio para la esperanza, solo un instinto de supervivencia que se apaga poco a poco y cuya llama, con su ínfima presencia, mueve a nuestros protagonistas. La habilidad literaria del escritor, que nos sumerge en ese infierno blanco (y nos anima a informarnos sobre esa locura real que es la Carretera de los Huesos y su criminal construcción) se combina con el fantástico dibujo de Alex Cormack. Áspero, cortante y brusco en los trazos consigue trasmitir la falta de humanidad en la primera parte de la obra… donde la oscuridad y lo ominoso se esconde en cada rincón. Contrastando con lo luminoso y blanco que se apodera del cómic una vez escapan los protagonistas. Cambiamos entornos claustrofóbicos por grandes espacios abiertos, y la sensación de amenaza y terror, aunque cambia… permanece.

Artísticamente es impecable, tanto en lo literario como en lo visual. Se trata de un relato violento y duro que avanza, cambia y se transforma, pero sin abandonar la constante sensación de desamparo, de abandono, de destino fatal. Ni es un cómic amable ni optimista, es el reflejo de un horror real que permanece bajo toneladas de asfalto. Una lucha por la supervivencia contra lo imposible, condenada a perder. Desalentador, inquietante… y magnífico.

Giacco

Redactor jefe de las secciones de Cómics y Videojuegos, así como presentador de muchos de los programas de Hello Friki Podcast.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba