Críticas de cómics

Crítica: “Invencible Presenta: Brit”. A prueba de subestimaciones.

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“No bromeabas con lo de las vistas. Es un país hermoso” ”Es un mundo hermoso”

Un cómic de superhéroes total, bien organizado, equilibrado en el ámbito de la maravilla y la espectacularidad pero tan bien en emoción por la cantidad de dramas personales planteados.

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De los escritores encargados de los spin off de Invencible, Bruce Brown es el primero de la clase. Mantiene la delicada y extraordinaria dinámica entre personajes, tiene una evolución verosímil y lógica con su dramas y puntos de partida, los picos climáticos son potentes, la historia río central va más allá del mcguffin, no es exagerada o loca ni frágil o conservadora y las tramas secundarias enganchan. Y ello con lo mejor de siempre del cómic de superhéroes, tropos incluidos.

No obstante, la serie escrita por Brown recoge lo ya cimentado por Kirkman con este personaje, quien profundiza en su personalidad, amenazas, ámbito superheroico y elenco secundario. Pero (con la supervisión del creador, me imagino) consigue abarcar más campo de acción a todos los niveles, presenta nuevos secundarios y expande la mitología de su protagonista.

El tomo empieza con Brit y dos secuelas en formato one shot, que en realidad forman una miniserie de tres grapas. Con dibujante de lujo y todo. Tony Moore plasma perfectamente el tono ligero y de puro divertimento de una aventura humilde pero muy marchosa donde se pone en juego una de las amistades mejor escritas en el comic USA de los últimos años, la de Brit y Donald, el número dos del maquinador Cecil Stedman, secundario de Invencible. La premisa es un clásico del género, explotar la biología del superhéroe para desarrollar un ejército de metahumanos para actividades militares o paramilitares. O mejor dicho, tener a mi disposición superhombres poderosos para que actúen donde yo quiero. Si a eso lo mezclamos con una historia romántica potente con una stripper, un científico loco sádico, un oficial del complejo militar industrial sin escrúpulos y una ex mujer metahumana cabreada porque te culpa de matar a su actual marido y poner en peligro a su hijo, la situación estalla en un tebeo inmersivo, muy divertido y lleno de momentos impacto marca Kirkman.

Pero eso es el aperitivo, porque la historia de envergadura, que llega a las cotas de la serie madre y que supone como aquella un tributo al género pero con voz propia, es su secuela, maxiserie publicada en doce episodios por el citado Brown. Estamos ante una historia ambiciosa, absolutamente capital para la historia de Brit, con mucha independencia de su predecesora que reúne lo mejor del universo Invencible: misterio, drama, comedia y aventura en muy altos niveles de calidad bien entrecruzados entre sí.

La amistad entre el prota y Donald se sigue desarrollando, las amenazas van desde las conspiraciones gubernamentales hasta amenazas del espacio exterior, pasando por monstruos gigantescos, experimentos clonadores terribles, tierras paralelas bien construidas, versiones alternativas bien tiradas y una hermana con un carisma tan abrumador que pocas veces se ha visto algo tan maravillosamente creado y escrito en tan poco y con tan poco. Hablo de Britney.

La imaginación vertida aquí juega con reglas ya escritas hace mucho, pero al encajar todo tan bien y al desarrollar una historia en conjunto bastante sólida, salvo alguna pequeña excepción, hay que colocarla en el contenedor de historias con lo de siempre pero con nuevos refrescos.

El dibujo de esta segunda, con dos actos y dos dibujantes, serie es limpio y ágil, perfecto para una historia como la presentada. Expresividad a tope tanto en los momentos de comedia de acción como en las tensiones dramáticas. Como el guión de Brown tiene en momentos mucha épica y momentazo final o cliffhanger, la potencia visual de Cliff Rathburn y Nate Bellegarde es total gracias a una composición de página fluida y comprensible. Además, sus estilos de trazo y sus formas, paisajes, arquitecturas, objetos y dinámicas personales en estático y movimiento recuerdan mucho a Ryan Ottley, lo que le da una coherencia visual con la serie principal absoluta, a la vez que entre ambos artistas.

Una sorpresa total, reconozco que iba con dudas sobre si estábamos ante un producto alimenticio y sacacuartos más, pero de ninguna manera, lo subestimé. Es un cómic de superhéroes total, con lo mejor de cada aspecto, muy bien organizado y equilibrado en el ámbito de maravilla y espectacularidad pero tan bien en emoción por la cantidad de dramas personales de sus principales actores. Como me alegro de haberme tragado mis prejuicios y animarme a probar.

Brit, Brit: Cold Death, Brit: Red White & Blue, Brit 1-12. Cartoné. 448 páginas. Color. Pvp: 42,50 €.

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