Críticas de cómics

Crítica: «Haunt 02/02», un descenso infernal

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Solo para completistas

Aunque al principio intentan seguir la inercia de la serie, ni Joe Casey es capaz de levantar la historia

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Cuando trajimos a la web el primer volumen de Haunt ya avisamos que en el segundo había un cambio drático de equipo creativo. A los creadores, es decir a Todd McFarlane, Robert Kirkman y Greg Capullo, les seguían Joe Casey a los guiones y Nathan Fox al dibujo. Si por norma tal cambio en cualquier serie supone una variación en el rumbo y la lógica diferencia creativa, en este se puede comparar con un descenso imparable.

Los primeros 20 números que conformaban el primer volumen nos contaban la historia de dos hermanos, Daniel y Kurt Kilgore. El primero sacerdote y el segundo agente de operaciones especiales. Cuando el segundo es asesinado en servicio, un extraño poder hace que el espíritu de este, formado de ectoplasma, se fusione con el cuerpo de Daniel, dando forma a un super-ser al que bautizan como Haunt. Con sus ebras de ectoplasma y su agilidad aumentada es prácticamente imparable y absolutamente letal.

Al principio, había un hilo conductor y una historia de fondo. Es verdad que era todo una excusa para poner en viñetas acción sin freno, mucho gore y un lucimiento gráfico marca Image. Pero cuando la serie fue abandonada por sus creadores todo se fue a pique.

Es lo que encontramos en los diez números que componen este segundo volumen. Si bien es cierto que los primeros compases son aceptables, argumentalmente hablando, posiblemente por las directrices que venían marcadas de sus anteriores guionistas, también es cierto que la lectura de este tomo se torna absolutamente caótica.

Primero porque no sabe muy bien a donde se dirige, con unos protagonistas desdibujados y perdidos en una historia de fondo difuminada y errante que ni siquiera Joe Casey sabe enderezar. Y segundo, y es lo que más desgasta al cómic, por su dibujo totalmente incomprensible. Nathan Fox se empeña en emborronar con infinidad de elementos, líneas, sobredibujos, sombras… un enmarañamiento gráfico que hace la lectura muy incómoda porque casi nunca sabemos lo que está pasando.

Las persecuciones son imposibles de seguir, los combates son indescifrables y solo atisbamos las figuras de los personajes y sabemos lo que ha pasado cuando se para la acción y se producen las largas conversaciones que no enganchan porque no entendemos nada.

Haunt es un personaje con cierto gancho, y ese conflicto fraternal que les obliga a los hermanos a estar eternamente atados podía dar mucho juego… pero se echa a perder. Además se incorpora un tercer protagonista, una especie de hippie místico llamado Still Harvey Tubman y que ni sabemos quien es, ni lo que quiere ni nada y solo está ahí para hacer avanzar la historia cuando los protagonistas están en apuros.

En fin, no es cuestión de ir señalando los innumerables errores que inexplicablemente tiene este tomo (¿donde estaban esos editores de Image?), pero sí advertir que la lectura de esta obra no es en absoluto divertida más que en sus primeros compases. Para más inri, acaba el volumen con un «continuará» de libro que nos remite al Universo Spawn y que hace que nos quedemos, todavía más, con el cabreo en el cuerpo.

Solo es recomendable para los completistas de este Universo Spawn, que no quieran perderse nada de este personaje, Haunt, que sigue apareciendo en dicho Universo y del que todavía queda mucho por contar. Porque vale la pena y se le puede sacar… pero por favor, que lo hagan con un poco más de oficio.

Giacco

Redactor jefe de las secciones de Cómics y Videojuegos, así como presentador de muchos de los programas de Hello Friki Podcast.

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