Crítica Osamu Tezuka 01: LA CANCIÓN DE APOLO

Osamu Tezuka no es un autor de manga ni un animador audiovisual, es un maestro de la vida que se expresa a través de su arte. Con su obra, tremendamente amplia y profunda, el lector o espectador se transforma en interlocutor privilegiado de un gran hombre, un sabio en todos los sentidos de la palabra. Una mente preclara de la que a través de su obra conocemos su visión de la vida y del mundo que le rodea. Y una conversación con alguien así debe celebrarse, disfrutarse y deleitarse. Porque no se lee al Señor Tezuka, se le escucha, pero sin posibilidad de réplica, no teniendo más remedio que asentir ante lo incontestable de su propuesta. De ahí que sólo hable el maestro, lo que reduce la conversación a una auténtica lección. La experiencia de leer su obra va más allá del puro entretenimiento, provoca tantas buenas sensaciones y tan positivas reflexiones a lo largo de sus páginas que uno no será mejor persona en el concreto día en que lea alguna de sus historias como en ese momento. Pero sobre todo con la seguridad de que el maestro no quiere aleccionar ni adoctrinar, sino mostrar aspectos de la vida de las que se deberían reflexionar más a menudo. Consejo: si te invaden malos pensamientos y has leído a Tezuka, acuérdate de esa obra suya que te encandiló y que te emocionó. Desaparecerán. ¿Quieres que te recomiende alguna de sus clases? prueba Adolf, prueba Buda, prueba Ayako, prueba Tetsuwan Atom (sí, Astroboy, ¿por qué no?), prueba El Árbol que da Sombra o cualquiera de su impresionante legado; o prueba La Canción de Apolo.

En La canción de Apolo (Apollo no Uta, 1970) afloran esos buenos sentimientos que a veces olvidamos que forman parte de nosotros. Aquí también aparecerán los Momentos Tezuka, la bofetada de realidad que te provocará el nudo en la garganta, que te impactará y emocionará. Y no olvidemos una cosa, eso es bueno.

¿Qué esconde La canción de Apolo en sus páginas?, un manifiesto sobre la naturaleza, el amor, la familia, las personas. Es decir, la vida.

Shogo Chikaisi es un joven traumatizado por una infancia injusta. Una infancia marcada por el odio, el egoísmo, la ignorancia y la desatención de una madre que se arrepiente de ser madre. Y esa indiferencia da como fruto un ser solitario y malvado que combatirá a toda costa cualquier muestra de amor por parte de terceros.

Será a partir de una maldición celestial, cuando por las malas Shogo deberá conocer el significado del amor y la esperanza a partir de una serie de experiencias vitales y trascendentes mediante paisajes y escenarios reales e imaginarios, pero siempre interiorizados en él.

Con un ritmo marca de la casa, la lectura es adictiva y voraz. Un compendio de los temas más utilizados por el autor: aventura, drama, historia, fantasía, naturaleza y ciencia ficción. Pero sobre todo, el genuino: el mal y el bien que hacen los hombres. Es cierto, esta todo aquí!!, como si de la hermana pequeña de la extraordinaria Fenix (Hi no Tori) se tratara.

Ojo, no nos encontramos con un Tezuka precisamente optimista, fijaos que estamos en el ecuador de su carrera, pero tampoco es el Tezuka oscuro de los años siguientes como con la citada Ayako o MW. Colocada en medio puede servir como perfecta transición de una vertiente a otra. Sumamente interesante.

En definitiva, una obra notable, emocionante, trepidante y coherente con el discurso constante e imperecedero de su autor. Una perfecta inversión.

La Canción de Apolo está disponible desde mayo de 2014 gracias a ECC Ediciones.